Danzando entre las secciones, los recreos literarios serán modos preciosos y tal vez más precisos de abordar el tema que nos reúne.
No podemos cerrar esta presentación sin antes agradecer a quienes han contribuido con sus artículos, con sus escritos, con sus poemas, con sus cuentos, a quienes se han prestado pacientemente a ser entrevistados, a Jacques-Alain Miller que nos ofreció generosamente publicar su alocución en el Senado francés, a Ernesto Bertani que un detalle de su obra Ambigua ilustra la tapa de este libro y a la Galería Zurbarán que gentilmente autorizó su utilización, a Alejandra Glaze que a través de su editorial decidió acompañarnos, una vez más, en esta apuesta.
Esperamos que este libro sirva para abrir interrogantes y nos invite a seguir trabajando. Los dejamos ahora en el umbral del Prólogo escrito por Mónica Torres.
1- Perteneciente al Centro de Investigaciones del Instituto Clínico de Buenos Aires del Campo Freudiano.
2- Tema: Cultura y sexuación. Integrantes: Alejandra Antuña, Jacinta Duer, Jorge Faraoni, Gerardo Ortega, Santiago Peidro, Andrea Pineda, Gabriela Triveño, Graciela Schnitzer y Mónica Torres (más uno).
3- Así se llama comúnmente a la ley que modificó el Código Civil extendiendo el matrimonio civil a las uniones del mismo sexo. Ley 26.618, sancionada el 15 de julio de 2010 y promulgada el 21 de julio del mismo año (www.boletinoficial.gov.ar). Mientras escribíamos esta presentación, se conoció el dato de que se habían celebrado 7000 matrimonios del mismo sexo desde la promulgación de la Ley de Matrimonio Igualitario en julio del 2010.
4- Ley 26.743, sancionada el 9 de mayo de 2012 y promulgada el 23 de mayo del mismo año (www.boletinoficial.gov.ar).
Esto no es un prólogo Singularidades
El título lo dice casi todo. Podría dejar las cosas en el título y seguramente se me entendería…
Es imposible prologar este libro de cualquiera de las maneras en que he prologado otros varios. Porque se recopilan en él singularidades. Con todo el valor de la palabra.
Artificiosamente se han agrupado los trabajos de los autores en “Secciones”.
Pero… La primera sección: “Los actores sociales” reúne un artículo de un psicoanalista sobre el contexto sociohistórico de la Ley de Identidad de Género en la Argentina, (1) con el comentario de un abogado especialista en DD.HH., dos sociólogas, una activista travesti, el coordinador del Equipo de Atención Integral en Reasignación de Sexo del Hospital Gutiérrez, un filósofo y una representante de las políticas públicas en el área de salud sexual.
La segunda sección, más conocida para el lector habitual, recopila diferentes intervenciones de psicoanalistas (que también son, por supuesto, actores sociales) en contextos absolutamente diferentes. Van desde la intervención de Jacques-Alain Miller en el Senado, en relación a la Ley del matrimonio homosexual en Francia, hasta las tribulaciones de Gustavo Dessal en sus “Meditaciones de un psicoanalista sobre la vida amorosa en Mutandia”.
En la tercera sección, se agrupan los trabajos de psicoanalistas y expertos en cine sobre el modo en que este relató la cuestión homosexual o trans, desde el cine en Argentina en los años 40 (un verdadero hallazgo) hasta el cine contemporáneo actual.
Y en el medio de las secciones el lector encontrará recreos o pausas literarias de diferente temática, ya que no es lo mismo la homosexualidad femenina que lo que aquí llamamos el universo “trans”.
Entonces, amigo lector, este libro no habla de las singularidades, es las singularidades mismas.
Como objeto propone un universo tan disímil, que el mejor elogio que del libro puede decirse es que pone en acto la singularidad del entramado político y social que la Ley del matrimonio igualitario (tanto en la Argentina como en Francia) y la Ley de Identidad de Género (solo en la Argentina) ponen sobre la mesa.
Los habilidosos artesanos que han construido semejante originalidad son los integrantes de un cartel de la Escuela de la Orientación Lacaniana y de un módulo sobre cultura y sexuación del Departamento de estudios sobre la Familia, conocido también como Enlaces, perteneciente al Centro de Investigaciones del Instituto Clínico de Buenos Aires. De ambos, el cartel y el módulo, estoy inscripta como “más uno”. Y se puede decir que lo soy realmente, o más bien un “menos uno”, porque ellos se han puesto a trabajar sin que ningún más uno fuera necesario para que así lo hicieran.
Y hemos querido, tarea que solo contingentemente pudo ser posible, que escriban en este libro: abogados, médicos, activistas trans, etc., etc., etc. Y esto porque hemos deseado que los lectores a los que está dirigido no sean solo los psicoanalistas… No hemos hecho (y lo celebro) un libro más, de psicoanalistas para psicoanalistas. La apuesta es a otro público. Y no ha sido fácil. Porque muchos de los aquí llamados “actores sociales” desconfían del mundo psi, con justa razón, en algunos casos. Quizás porque bajo ese universal, “los psicoanalistas”, puede encontrarse cualquier “psico-algo”, como diría Lacan, y es mejor cuidarse de ellos… (2)
Entonces, este libro es singular. Es distinto. Y prologarlo es imposible.
No obstante, tomaré algunos de los conceptos aquí trabajados.
“El principio mayor despejado por la experiencia del psicoanálisis ha sido formulado por Jacques Lacan y es ‘no hay relación sexual’. En la vida, tal como es vivida, no hay relaciones entre los sexos que estén preestablecidas. Sin excepción, los seres hablantes tienen que inventar su relación sexual y es lo que los distingue de los animales, para quienes la relación sexual está programada, es siempre típica de una especie, como si allí hubiera, para los seres hablantes, un agujero en el programa”.
J.-A. Miller, “Intervención en el Senado francés”
Lo dicho es el fundamento del psicoanálisis lacaniano y eso no impide que nuestro amigo Gustavo Dessal, que conoce, me consta, muy bien estos principios, se encuentre “fuera de la escena” ya sea en Boyeston Street, Boston, Massachusetts, en el verano de 2012, en la primavera de Nueva York en el 2013, o en Tokyo en la última década.
Dessal no entiende muy bien ese “I do it my way” que reina desde EE.UU. hasta Japón, se describe como “un vulgar turista aferrado a un Edipo gastado por el uso” que observa atónito estas “experiencias”. Al final de su artículo, escrito en escala literaria, el psicoanalista asoma para decirnos que más allá del Edipo “nos encontramos en una creciente zona fronteriza en la que el psicoanálisis se adentra para investigar y poner a prueba una clínica del inconsciente y de los sujetos que no se inscriben en una transferencia al saber”.
Es “nuestra pasión por lo nuevo”, le contesta Graciela Schnitzer, una de las mentoras y hacedoras de este curioso objeto singular. “Nuestra pasión por lo nuevo […] es saber hacer con la inquietud que lo nuevo propone, lo que nos fuerza a una triple acción como analistas-ciudadanos”. “No rechazar los cambios” sin olvidar que ”la idea del progreso es para nosotros cuestionable” y por ende estamos condenados a “mirar sesgadamente los sucesos”. Y esto sosteniendo “nuestra labor clínica, poniendo entre paréntesis todo lo demás, para que el brillo recaiga en el caso por caso” en una era de la singularidad.
Y si usted, ávido lector, se entusiasma con la lectura de este libro singular, se encontrará con un comentario de Emilio Bernini sobre las películas de Luis Saslavsky, Vidalita (1949) y Las ratas (1963). Imperdible lectura sobre el “gaucho amujereao” y la “niña priendada” de un capitán del ejército. En Vidalita el amor se juega entre varones y gauchos. ¡En el cine argentino de 1949! O, en Las ratas, donde el crimen es reemplazo de la unión imposible.
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