LAS CRÓNICAS DE JONATHAN - Ezequiel Cisnero Torres
© Ezequiel Cisnero Torres
© 2021, Ediciones Corona Borealis
Avda. Gregorio Prieto, 19 A
29010 Málaga
Tlf. 0034-951336282
www.coronaborealis.es
Maquetación editorial: Georgia Delena
Diseño de cubierta: Javier Lanzat
ISBN: 978-84-122643-1-9
Primera edición: mayo 2021
Todos los derechos reservados. No está permitida la reimpresión de parte alguna de este libro, ni tampoco su reproducción, ni utilización, en cualquier forma o por cualquier medio, bien sea electrónico, mecánico, químico de otro tipo, tanto conocido como los que puedan inventarse, incluyendo el fotocopiado o grabación, ni se permite su almacenamiento en un sistema de información y recuperación, sin el permiso anticipado y por escrito del editor.
A todo aquel que decida adentrarse en esta historia
Que ha sido escrita para refrescar las fantasías
De los que tienen una sed interminable de aventuras,
Y sobre todo, a los que creen en
El amor.
Y para mi hija Mónica, la luz de mi vida.
Índice
Portada
Título
Créditos LAS CRÓNICAS DE JONATHAN - Ezequiel Cisnero Torres © Ezequiel Cisnero Torres © 2021, Ediciones Corona Borealis Avda. Gregorio Prieto, 19 A 29010 Málaga Tlf. 0034-951336282 www.coronaborealis.es Maquetación editorial: Georgia Delena Diseño de cubierta: Javier Lanzat ISBN: 978-84-122643-1-9 Primera edición: mayo 2021 Todos los derechos reservados. No está permitida la reimpresión de parte alguna de este libro, ni tampoco su reproducción, ni utilización, en cualquier forma o por cualquier medio, bien sea electrónico, mecánico, químico de otro tipo, tanto conocido como los que puedan inventarse, incluyendo el fotocopiado o grabación, ni se permite su almacenamiento en un sistema de información y recuperación, sin el permiso anticipado y por escrito del editor.
Dedicatoria A todo aquel que decida adentrarse en esta historia Que ha sido escrita para refrescar las fantasías De los que tienen una sed interminable de aventuras, Y sobre todo, a los que creen en El amor. Y para mi hija Mónica, la luz de mi vida.
El inicio de los tiempos
Donde comienza el amor
Razas diferentes
La gran misión
Penik desaparece
El inicio del destino de Dower
El encuentro
Preparativos de la guerra contra Bloonding
Penik se dirige a Bloonding
Ataque a Frennia
Collan recuperado destino Boswat
Forasteros en Bloonding
Penik llega a Cauto Cero
La humanidad hacia Cauto Cero
La gran guerra mundial. Fin de la misión
La llegada del nuevo mundo
Libro I Las crónicas de Jonathan
Época difícil la que se vivía en aquel extraño mundo, matizada por las guerras constantes, la sangre y la muerte como única vía de escape a los acontecimientos, donde solo los ejércitos más poderosos podrían sobrevivir, o a decir mejor, el destino era la desaparición y el sometimiento para los pueblos más débiles. Una fuerza extremadamente diabólica hacía eco del poder, dispuesta, con su gran ambición, a sembrar el terror en todas las latitudes, en todas las esquinas, en todos los confines, con una única concepción, la de apoderarse de todo cuanto existiera. Por tales motivos, en la tierra por aquella época existían solo dos conceptos importantes, matar para conquistar, o matar para no ser conquistados.
Las fuerzas del mal eran protagonizadas por los vulcanos, unas terribles criaturas de las que más vale hablar en detalles, con un ejército altamente equipado y organizado, siendo este, el más grande del mundo. Eran dirigidos los militares del mal por alguien mucho más sádico, más negativo que ellos mismos, que tal vez en alguna lengua perdida su nombre sería traducido a “Muerte; Infierno”. El profeta Von Cross, quien hacía entender que sus únicos sueños eran los de dirigir al mundo entero, era esta figura reprochable. No se puede vivir con tanta ambición y con tanta vanidad a la vez, el mundo no nació para ser dirigido, el mundo surgió para dirigirse a sí mismo. Pero de la única forma en que los malos pueden entrar en razón es a través de las armas, mientras ellos se sientan poderosos, nada cambiara, y si está dentro de sus posibilidades te despojarán de todo cuanto tengas.
Las fuerzas del bien estaban representadas por diferentes especies que no se metían en problemas o se metían en ellos cuando resultaban ser ineludibles, los humanos no tenían otra opción que enfrentar lo que se avecinaba, de lo contrario, quizás yo no hiciera esta historia, porque quizás aquellos humanos tuvieron alguna relación con los de nuestros días, a menos que los “humanos” que vemos hoy y que van a la escuela con nosotros, o al trabajo, o vemos en la calle, a menos que esos humanos hayan venido de otro mundo ¿Nunca se lo han preguntado? Algo ciertamente probable. Pero aquellos al igual que nosotros estaban dispuestos a sobrevivir, como lo estaríamos nosotros si se nos colocara entre la espada y la pared. Y la única forma de vivir era encarando a los malditos vulcanos.
Los otros seres del bien eran los freezzies y los anders, los primeros aún deben habitar en algún rincón oculto en nuestros días, porque su inmortalidad es reconocida en las historias que aquí se reseñan, los segundos eran tan mortales como los humanos, pero se reproducían, así que aunque usted nunca haya visto alguno, no se le ocurra decir que no existen, porque en algún lugar puede existir un anders, en algún lugar un anders puede ser lo tan feliz que es usted o sentirse lo tan amargo que se siente aquel que recibe una obra de mal, nunca hagamos algo para que un anders, un freezzies o un humano se sientan mal, cuando se sientan bien los otros también nosotros nos sentiremos de esa forma. Referente a las dos especies distintas a la nuestra podemos decir que a diferencia de nuestros antepasados, si lo fueron y no vinieron nuestros vecinos de otro planeta, no se sentían amenazados por los vulcanos, por tanto no se preparaban desde el punto de vista militar, y no trataban siquiera de ayudar a los antecesores humanoides, algo que sería nefasto para todos, porque terminarían exterminados, en la unidad radica la fuerza.
Ahora, hablando completamente de los humanos se puede decir que tenían un buen nivel de organización, ejércitos bastante unidos entre sí y con determinados sistemas de exploración, pero sus posibilidades de sobrevivir eran pocas. Se estaban preparando para una guerra contra Vulcania, la cual consideraban el fin de sus tiempos, por conocer la verdadera ferocidad de los soldados del enemigo, muy sagaces y bien armados, los cuales además de sus características propias tenían poderosas bestias a su servicio conocidas como waiks y por encima de ello contaban con la sabiduría, inteligencia y adivinación de El profeta. No obstante esto, los humanos hacían lo posible por estar lo suficientemente adiestrados para cuando los vulcanos decidieran atacarlos resistir. Aunque la muerte estuviera a las puertas de la sociedad, nadie se iba a dar por vencido, porque siempre sus habitantes se han caracterizado por luchar, mientras tuvieran una gota de vida, así lo harían.
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