Joaquín Viloria De la Hoz - Un conde nórdico en el Caribe:

Здесь есть возможность читать онлайн «Joaquín Viloria De la Hoz - Un conde nórdico en el Caribe:» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un conde nórdico en el Caribe:: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un conde nórdico en el Caribe:»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El conde Federico Tomás de Adlercreutz nació en Finlandia, en el seno de una antigua familia de la nobleza escandinava. Tuvo una educación esmerada y llegó a ser edecán del rey y diplomático sobresaliente. Por problemas financieros se vio obligado a dejar Suecia, su patria, a finales de 1819. Viajó a Londres, donde se enroló en la Legión Irlandesa y una vez en América se integró al ejército Libertador. Adlercreutz permaneció en América cerca de tres décadas, entre 1820 y 1849, y no hay duda que con su presencia se fortalecieron las relaciones de Suecia con las repúblicas suramericanas de Colombia, Venezuela y Ecuador. Esta edición bilingüe se publica el año 2020, cuando se conmemora el Bicentenario de la Independencia de la provincia de Santa Marta, así como los 200 años de la llegada del conde Adlercreutz al Caribe grancolombiano.

Un conde nórdico en el Caribe: — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un conde nórdico en el Caribe:», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

4. Real Archivo Militar (Colección Nils Adlercreutz), Estocolmo, Etat Major Général de l´Armée Suédoise, N° 657, Estocolmo, 9 de diciembre de 1819.

5. Devereux se desempeñó como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario para promover los inetereses de la Gran Colombia en las cortes de Rusia, Suecia-Noruega y Dinamarca, entre noviembre de 1822 y julio de 1823. El Vicepresidente Francisco de Paula Santander fue el encargado de nombrarlo y de revocarle los poderes conferidos (De Mier, 1983, pp. 1445-1446, t. 5).

6. En 1823 el Congreso de la República de Colombia y el vicepresidente Francisco de Paula Santander le otorgaron a Elbers el privilegio de la navegación a vapor por el río Magdalena. Aunque esta exclusividad era por veinte años, el presidente Simón Bolívar revocó el privilegio en 1829 (Viloria, 2002, p. 30).

7. Pedro Gual fue un destacado patriota y político venezolano. Colaboró con Miranda en la primera República (1810-1812), y poco antes de la derrota patriota fue nombrado agente ante el gobierno de Estados Unidos. De este país pasó a Cartagena en 1813, en donde lo eligieron diputado a la legislatura provincial. Entre enero y mayo de 1815 ejerció como gobernador del Estado de Cartagena, y salió para Estados Unidos unos meses antes de iniciarse el Sitio de Cartagena por las tropas de Morillo. Luego de campañas fallidas en México y Florida, regresó a las costas colombianas del Caribe en abril de 1820, y se desempeñó como gobernador civil de la provincia entre junio de 1820 y febrero de 1821. Se le podría considerar como el primer administrador público (no militar) de las provincias del Caribe colombiano (Bierck, 1947).

8. Carta de F.T. Adlrecreutz a Johan Norderling, gobernador de la isla de San Bartolomé. Riksarkivet (Archivo Nacional de Suecia), Estocolmo.

V. La venta de los buques de guerra suecos

En los primeros años de la República, los patriotas tuvieron siempre el temor de una nueva invasión por parte de las fuerzas españolas. Para enfrentar una posible reconquista como la adelantada por Pablo Morillo entre 1815 y 1819, el gobierno colombiano necesitaba adquirir algunos buques artillados. Para la misma época en que los colombianos buscaban una buena oferta para comprar los buques de guerra, el gobierno sueco había enviado a ese país suramericano un emisario con la intención de concretar un acuerdo comercial. Los colombianos se decidieron por la alternativa de comprar unos buques de guerra suecos, y es probable que la iniciativa de esta negociación haya sido múltiple: pudo ser fruto de la misión que adelantó Severin Lorich en Colombia en 1823; de la influencia del conde Federico Adlercreutz en el gobierno colombiano; y también de las relaciones del negociante sueco Carl Ulrich von Hauswolff con algunos empresarios y políticos de su país; o una conjugación de las tres.

En 1822, luego de la Independencia de Colombia (1819-1821), la corona sueca tomó la decisión de enviar un agente a ese país, que le permitiera negociar en forma directa acuerdos comerciales. Para esa misión fue designado Severin Lorich, Cónsul de Suecia en Filadelfia, quien llegó a Colombia en 1823 y se convirtió en el primer agente sueco ante el gobierno colombiano. Lorich propuso firmar un acuerdo comercial entra las dos naciones, y aunque este acuerdo no prosperó, son evidentes sus contactos con políticos republicanos de alto rango, como el Secretario de Guerra y Marina Pedro Briceño Méndez. En carta fechada el 23 de agosto de 1823 Briceño comenta de su reunión con Lorich y recomienda al Secretario de Hacienda comprar en Suecia artículos como pólvora, balas y metralla, ya que los precios son más favorables que en otros países (Vidales, 1991).

Otro contacto en este negocio al parecer fue Carl Ulrich von Hauswolff, llamado “el colombiano” por el ministro Lowenhielm, quien para la época de las negociaciones de los buques estuvo en París y Londres. “Hay motivos para sospechar que al salir de Colombia ya tenía en su bolsillo el proyecto del negocio de (los) buques… Sus maquinaciones en París y Londres disgustaron al gobierno de Suecia, por lo cual fue apartado de las gestiones” (Paulin, 1952, p. 625). Sea Lorich, Hauswolff o Adlrecrutz, lo cierto fue que en 1824 delegados colombianos tomaron la iniciativa de contactarse con el ministro sueco en Londres, para estudiar la posibilidad de la venta de unos buques usados.

Ante la anuencia del monarca Carlos XIV Juan, en 1825 el Consejo de Ministros sueco aprobó la venta de dos buques de guerra para Colombia y tres para México. Al ser descubierta la transacción secreta por parte de las delegaciones española y rusa en Estocolmo, el gobierno sueco se trató de eludir su responsabilidad argumentando que “los barcos estaban destinados a una expedición a las Indias Orientales. La cosa se complicó aún más, porque las tripulaciones que en total ascendían a 1.800 hombres, […] habían obtenido permiso para residir en le extranjero durante tres años” (Paulin, 1952, p. 625). Que se tenga noticias, de los 1.800 tripulantes suecos que debían permanecer en Colombia y México, solo uno se quedó en Colombia (Fahlmark), empleado en los servicios geodésicos con sede en el istmo de Panamá.

Los buques con destino a Colombia zarparon cuando comenzaban las protestas rusas y españolas. Ante lo delicado de la situación, Suecia aceptó la propuesta del ministro británico en Estocolmo, consistente en suspender la salida de los buques mexicanos, así como el permiso de los tripulantes de las dos primeras embarcaciones de permanecer en Colombia. Mientras se desarrollaba esta puja diplomática, llegaron los dos buques a Cartagena, en donde Adlercreutz de seguro los debía estar esperando para comunicarles los acontecimientos ocurridos durante su travesía. En Cartagena, el gobierno colombiano se negó a recibir los barcos, por la prohibición a la tripulación de vincularse temporalmente con la armada colombiana. Los buques siguieron viaje a Nueva York, en donde fueron subastados, pero la suma obtenida por la venta ni siquiera alcanzó para costear el regreso de los tripulantes. El negocio, que prometía amplias ganancias para Suecia, terminó en forma humillante para ese país y con una pérdida financiera considerable.

VI. Otros suecos en Colombia durante la época de Adlercreutz

En secciones anteriores hemos visto el interés político y comercial que despertó en Suecia la Independencia de las colonias españolas. En este sentido, la isla de San Bartolomé jugó un papel crucial al servir de puerto de trasbordo para los legionarios europeos, el armamento y demás mercancías con destino a los republicanos de la Gran Colombia. Entre 1818 y 1821, el Ejército Libertador recibió miles de legionarios extranjeros, que antes de llegar a la isla de Margarita hacían escala obligada en San Bartolomé.

Por esta isla pasaron los tres primeros suecos que estuvieron en territorio colombiano durante el siglo XIX: Severin Lorich, Federico Tomás Adlercreutz y Carl Ulric von Hauswoff. Lorich estuvo en la isla entre 1815 y 1816 como jefe de un destacamento y luego viajó por varias islas del Caribe y Estados Unidos; Adlercreutz solo hizo una corta escala en 1820, de paso para la isla de Margarita y luego al territorio continental, donde se incorporaría al Ejército Libertador; y Hauswolff se desempeñó como Secretario de la isla hasta 1819.

Severin Lorich llegó a Colombia en 1823, convirtiéndose en el primer agente sueco ante el gobierno colombiano. De acuerdo con Lorich, para Suecia resultaba conveniente comerciar con las nuevas repúblicas hispanoamericanas, a través de la isla de San Bartolomé. El agente Lorich propuso firmar un Acuerdo Comercial entra las dos naciones, pero estas proposiciones no fueron aceptadas por el gobierno colombiano, ya que el Acuerdo no llevaba implícito el reconocimiento formal de la nueva República. En general, las opiniones de Lorich respecto a Colombia y sus habitantes fueron respetuosas, muy diferentes a las emitidas por su compatriota Carl August Gosselman, a raíz de su viaje por Colombia entre 1825 y 1826. Sobre los colombianos escribe Lorich (1991):

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un conde nórdico en el Caribe:»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un conde nórdico en el Caribe:» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Un conde nórdico en el Caribe:»

Обсуждение, отзывы о книге «Un conde nórdico en el Caribe:» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x