¡El se ha ido a consagrar su vida y sus talentos a la causa gloriosa de Usted! Es un completo y debidamente educado oficial de caballería y pertenecía al mejor Cuerpo de este país – la Guardia de Caballería del Rey -... Encarecidamente le suplico que usted mismo o por medio de su ilustre jefe, el general Bolívar, de ocupación a sus talentos y a su espada (Parra-Pérez, 1928, pp. 34-35).
Esta recomendación llegó a Devereux cuando Adlercreutz ya había partido hacia América, pero de seguro fue conocida por Bolívar y Montilla, que le dieron un trato preferencial al conde. Adlercreutz estuvo en la isla sueca de San Bartolomé entre los meses de abril y julio de 1820, para luego seguir viaje a la isla de Margarita y Angostura, base de los patriotas grancolombianos. A principios de agosto, solicitó en Angostura su incorporación al ejército libertador, hecho que oficializó personalmente El Libertador en Barranquilla el 29 de agosto de 1820, otorgándole el grado de teniente coronel.
Mapa 1. Viaje inicial del conde Adlercreutz de Suecia al Caribe grancolombiano, 1819-1820.
Fuente: Elaboración propia.
Durante la guerra de Independencia, el ejército libertador recibió miles de legionarios extranjeros, principalmente británicos, irlandeses, franceses y alemanes. Entre 1818 y 1821 llegaron a la isla de Margarita (Venezuela) cerca de 4.500 hombres de la Legión Británica y más de 2.000 de la Legión Irlandesa, entre los que se encontraba Federico Tomás Adlercreutz. Una de las escalas obligadas antes de desembarcar en Margarita era en la isla sueca de San Bartolomé, donde por lo general los legionarios eran recibidos en forma amigable. La primera expedición de voluntarios ingleses e irlandeses llegó a San Bartolomé a principios de 1818, y las operaciones de trasbordo a barcos republicanos fueron supervisadas por el almirante Luis Brión, de la armada insurgente. Con este primer contingente de 200 irlandeses llegó Francisco Burdett O´Connor, uno de los más destacados miembros de la legión y luego general de la República.
En estos años, por San Bartolomé siguieron pasando legionarios de diferentes nacionalidades, armas, municiones y demás mercancías para el ejército insurgente de la Gran Colombia. Esto era posible por el interés que despertaba en el rey Carlos XIV la Independencia de las colonias españolas. En 1819 el rey de los suecos da instrucciones al recién nombrado gobernador de San Bartolomé, para que venda a los insurgentes un cargamento de armas y pertrechos. De acuerdo con las instrucciones dadas el 29 de abril de 1819 “El rey espera del señor Norderling informes mensuales sobre la situación, no solamente de la Colonia, sino también de las otras colonias y países de América, cuyos acontecimientos no pueden carecer de interés para Suecia” (Vidales, 1988, p. 34).
El primer envío de armamento llegó a San Bartolomé junto con el nuevo gobernador, el 20 de agosto de 1819. Al año siguiente, el comerciante alemán Juan Bernardo Elbers compró en la isla 22.000 cartuchos y 35 quintales de pólvora. Elbers se naturalizó en San Bartolomé y en 1812 llegó a ser miembro del Consejo de Gobierno, en 1817 comenzó negocios con el ejército bolivariano y en 1819 se trasladó al continente (Vidales, 1988)6. Además del comerciante alemán Juan Bernardo Elbers, también vivieron en San Bartolomé el almirante curazaleño Luis Brión, el general venezolano Mariano Montilla y el francés Nicolás Joly, comandante de la marina grancolombiana, todos hombres muy destacados (y controvertidos) en la lucha por la Independencia.
C. El incendio de Ríohacha y la toma de Sabanilla
En agosto de 1819, llegaron a la isla de Margarita cerca de ochocientos legionarios irlandeses, pero en un momento crítico, cuando las provisiones escaseaban, lo que generó conflictos y deserciones. La comunicación con su nuevo comandante, el coronel Mariano Montilla, fue otro de los problemas que encontraron los irlandeses, ya que aquel no hablaba inglés y la mayoría de éstos no entendían el español. El 6 de marzo de 1820, cuando Montilla dio la orden para marcharse de Margarita, la muerte, la deserción y la enfermedad habían mermado la tropa y de los cerca de mil irlandeses que habían llegado unos meses atrás sólo quedaban cerca de 400 (Cochrane, 1994; McGinn, 1991).
La legión irlandesa y demás tropas al mando de Montilla se tomaron Riohacha el 12 de marzo de 1820, y luego, junto con el contingente organizado por el capitán José Prudencio Padilla enfrentaron a los españoles en el combate de Laguna Salada, de la cual salieron victoriosos los republicanos. Ante la inconformidad por la falta de paga y la escasez de agua, el 4 de junio los irlandeses se amotinaron, se emborracharon con el licor robado a los ríohacheros e incendiaron la misma ciudad que cinco meses atrás (en octubre de 1819) habían destruidos los mercenarios ingleses al mando de Gregor MacGregor. Pero ingleses e irlandeses tuvieron distinta suerte: mientras más de 200 ingleses fueron degollados por los nativos, los irlandeses fueron expulsados del ejército libertador y remitidos a Jamaica por Montilla.
Luego del segundo incendio de Riohacha, Mariano Montilla, Pedro Gual y otros oficiales con su tropa salieron de la ciudad, se tomaron Sabanilla el 11 de junio y lo habilitaron como puerto al servicio de la República. En Soledad, Montilla nombró a Pedro Gual7 gobernador civil y al coronel Ramón Ayala gobernador militar, ambos de origen venezolano. El coronel Montilla se reunió en Barranquilla con el almirante Brión y con el teniente coronel Córdoba, para definir una estrategia contra los realistas de Cartagena, los cuales coincidieron en someter la plaza a un sitio o bloqueo por todos los frentes.
Montilla con sus hombres marcharon sobre la plaza fuerte de Cartagena, todavía en poder de los españoles, llegaron a Turbaco el 1° de julio e iniciaron de inmediato el sitio de Cartagena, que duraría catorce meses. La guarnición realista de Cartagena la componían 1.150 hombres, que cubrían las fortalezas de Bocachica, el castillo de San Felipe y los dos recintos de la ciudad. En cambio, la marina era muy débil, compuesta apenas por 175 hombres, así como tres lanchas, tres barcos y varios botes pequeños (Lemaitre, 1983).
D. La batalla de Ciénaga y la campaña de Santa Marta
A mediados de agosto de 1820, un año después de la victoria patriota en la batalla de Boyacá, Bolívar llegó a Barranquilla procedente de Villa del Rosario de Cúcuta. En Soledad se reunió con Montilla y Córdova, hizo un reconocimiento de la línea del Magdalena, y dio instrucciones sobre el ataque a Santa Marta. En esos días decisivos para la Independencia del litoral Caribe, también llegó a territorio colombiano el conde sueco Federico Tomás Adlercreutz. Bolívar lo recibió en audiencia y luego de revisar su trayectoria militar y diplomática, se lo recomendó al entonces coronel Mariano Montilla. Así, el 24 de agosto de 1820 (el 29 de agosto según O´Leary), durante la campaña de Santa Marta, Adlercreutz fue incorporado oficialmente al Ejército Libertador como teniente coronel de caballería, al igual que el capitán alemán Felipe Braun (Lecuna, 1982; Brante, 1941).
Mapa 2. Sitios visitados por Adlercreutz para incorporarse al Ejéricito Libertador, agosto 1820.
Fuente: Elaboración propia.
El 26 de agosto, Bolívar viajó de Soledad al “Cuartel General Libertador” de Turbaco, para pasar revistas a sus tropas y recibir los informes sobre el sitio de Cartagena. El primero de septiembre un destacamento realista con sede en Cartagena atacó sorpresivamente a las tropas republicanas acantonadas en Turbaco, de donde Bolívar había salido horas antes. Desde su cuartel en Soledad Montilla dispuso de inmediato una contraofensiva para recuperar las posiciones perdidas en Turbaco, población estratégica situada a poca distancia de Cartagena.
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