Julià Guillamon - Mariposas de invierno

Здесь есть возможность читать онлайн «Julià Guillamon - Mariposas de invierno» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Mariposas de invierno: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Mariposas de invierno»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Atrapado en la ciudad en la calurosa última semana del mes de julio, el narrador recuerda una escena de muchos años atrás: los niños juegan en la calle del pueblo y, de tarde en tarde, encuentran a un escarabajo rinoceronte medio muerto junto a la acera. La escena se repetía en unas noches concretas de julio: justo en aquel momento, y no estará allí para verlo. Su compañera duerme en la habitación de al lado, recuperándose de un derrame cerebral. El narrador se siente como el escarabajo rinoceronte de su infancia: un animal herido, atropellado por la vida, al que siempre le faltaba una pata, apenas se movía y no conseguía levantar el vuelo. A lo largo de tres veranos, 
Mariposas de invierno y otras historias de la naturaleza reconstruye el universo de las relaciones familiares, vinculadas a los insectos que deambulan por prados y bosques y conviven con la gente. Tres personajes principales sostienen el relato -un hombre, una mujer y el hijo de ambos–. El objetivo: volver al bosque tras un largo proceso de cura.Con una sensibilidad extraordinaria,
Julià Guillamon nos acompaña al pie de un tilo en plena polinización, a una plazoleta frente a un hostal donde revolotean las hormigas aladas, a una casa de campo abandonada donde las mariposas más bellas sorben la pulpa de las ciruelas. Mariposas de invierno y otras historias de la naturaleza comienza como un bestiario pero después los insectos pasan a un segundo plano y los insectos son la gente. Esos bichos, reales y extraordinariamente documentados, son en este libro un elemento simbólico para conectar a los vivos con los muertos, el puente de la memoria que une el mundo onírico de la infancia con el desencanto de los adultos. Es también la frontera entre la ciudad que ha borrado la naturaleza y el entorno rural que se aferra a ella como seña de una identidad que se desdibuja. Un reencuentro con lo esencial, lo que nos construye y lo que nos sujeta cuando todo parece derrumbarse. Porque cuidando de la tierra nos cuidamos también nosotros mismos.

Mariposas de invierno — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Mariposas de invierno», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Como algunos saltamontes, como la mantis religiosa más común (las hay también amarillas, marrones y negras), el chinche de escudo verde es de color de tallo tierno: color chicle de menta. Pero a diferencia del saltamontes y la mantis, que son largas, con grandes patas y antenas, que les permiten pasar disimuladas cuando trepan en una mata de hinojo, el cuerpo de la Palomena prasina es un pentágono macizo, como una placa de policía. Es algo jorobada y frente a la chepa tiene una cabeza pequeñísima con dos ojos como agujas. Es una cabeza que no quiere que se sepa que es cabeza. No sé si Roger Caillois, cuando se documentaba sobre el mimetismo de los insectos para escribir su libro Méduse et Cie, se fijó en la manera de andar de la Palomena prasina. Puede andar hacia adelante, claro, pero cuando le molestas con el dedo o con una ramita, camina de lado y gira en redondo. Entonces no sabes en cuál de los cinco lados está la cabeza ni si tiene cabeza. Si nos volviéramos muy pequeños y nos lo encontráramos entre la hierba, nos parecería la cabeza de un gran animal. También puede parecer un escudo que cubre el cuerpo de un indígena que danza para invocar vete a saber a qué o a quién.

Como la mariquita, el chinche de escudo verde (en general todos los pentatómidos, pero este quizás más que otros, de color tostado o a rayas) es un gran escalador de dedos. Se deja sostener un rato en el dorso de la mano, sin parar de moverse hacia adelante y hacia atrás, hasta que empieza a subir por el costado del dedo índice, de ahí pasa al dedo medio y trepa hasta su extremo. Los niños quieren seguir jugando y que tontee un rato más por brazos y manos, pero al mismo tiempo les gusta sentir el cosquilleo del riesgo: «Ay, ay, que va a volar». Realiza una de sus rotaciones en la yema del dedo, divisa el entorno, se para un momento, abre las alas, se da un impulso con el trasero y sale volando. Mientras se aleja, mira al chaval que no ha sido capaz de retenerlo. «Ahí te quedas, majo».

El bicho de jormolín

La Agelastica alni, el escarabajo de los alisos, es redondo, metalizado, negro con un reflejo azul oscuro. Se come las hojas del aliso con una voracidad sistemática: muerde el dorso de la hoja hasta traspasarla. Entonces empieza a deshacer hiladas y forma un gran agujero, con diferentes lóbulos. Del dorso pasa a la parte soleada, o más soleada, porque los alisos crecen en las umbrías, donde no toca mucho el sol, con las raíces en remojo en un arroyo o una acequia. Las hojas tiernas brillan y el escarabajo del aliso, que también es brillante, parece una piedra para engastar en un anillo. Un pequeño diamante, un pequeño brillante, habría dicho mi madre, que suspiraba por ellos. Las hojas tiernas son las almohadas de seda en las que reposan los anillos y se enroscan los brazaletes de los escaparates. El escarabajo de los alisos nunca descansa. Pasa por encima del nervio de una hoja y encuentra otra hoja tierna a la que hincar el diente. O tropieza con otro escarabajo y se le monta encima. Quizás se siente lleno y por eso parece dormido. Viene el chaval, lo empuja con el dedo. Empieza a caminar por la hoja medio roída. Es un insecto sociable. No he visto ninguno que salga volando de la mano de un niño. Si no ve claro ir caminando por la palma, se apresura a darle la vuelta al dedo y pasar al dorso de la mano. Si giras la mano para verlo caminar por el dorso, busca otra vez la palma. Puede estar horas pasando de un lado a otro de las manos de la gente.

Cuéntale a un niño que no sabes cómo se llama el escarabajo que cada semana ves en los árboles de la fuente. «Sí: el bicho de jormolín». «¿Qué quiere decir de jormolín?». Se enfadaba Pau porque creía que todos debíamos comprenderle y lo exteriorizaba estrepitosamente. «¡De jormolín!». No salía de ahí. Pero señalaba la Agelastica alni y nos entendíamos. Tenía alguno más de estos nombres inventados de animales. Por ejemplo, los manosés. No había manosés en los árboles cerca de nuestra casa, y nos llevó años enterarnos de qué bestia se trataba. Un día, estábamos viendo la versión de dibujos animados de El libro de la selva y llegamos a la escena de los buitres que quieren zamparse al moribundo Mowgli. En la versión española los buitres hablan con acento andaluz: «¿Qué vamo a hasé?». Uno, dos, tres, cuatro manosés en una rama.

Estamos en el piso de Barcelona. Cris, convaleciente, duerme desde hace rato. Le pregunto a Pau, que ya tiene veinte años, de dónde sacó lo de los famosos bichos de jormolín. «De una película de Astérix». Insisto hasta que me enseña el fragmento en YouTube. Es una escena de Astérix y Cleopatra. Astérix, Obélix, Panorámix y el perro Ideafix están en medio de un desierto comiendo gachas. Obélix cierra los ojos y sueña con lagos de cerveza, salchichas y quesos. Es una escena de alucinación, inspirada en el episodio de los elefantes rosas que acompañan la borrachera de Dumbo. En un momento del sueño aparecen unas piernas de jabalí asadas que andan solas. «¡Es aquí!». Nos fijamos a ver si en la letra de la canción aparece alguna palabra francesa que el niño hubiera podido entender como jormolín. No encontramos ninguna. «Mira, papá, lo pongo en jormolín»: le daba un empujoncito con el dedo y el escarabajo de los alisos arrancaba a caminar, bonachón, ignorante de los peligros de la vida.

El ciervo volante

El Lucanus cervus tiene una cabeza desproporcionada, con unas grandes pinzas que parecen de baquelita, aquel antepasado del plástico que servía para fabricar radios, catedrales de sobremesa. La cabeza le pesa tanto que, para aguantársela, tiene que despatarrarse y dejar caer un poco el trasero, como los campeones de halterofilia. De manera que en un mismo insecto tenemos a un filósofo, con una testa imponente, y a un levantador de peso. El primer recuerdo que tengo de él es en la azotea del hostal. Estaba dividida en dos sectores: un cuadrado no muy grande, cerrado con una barandilla metálica, era el terrado de los clientes —si alguno de ellos quería subir a lavar alguna pieza de ropa disponía de un lavadero y un tendedero—. Detrás de la barandilla estaba el espacio destinado a la limpieza de la ropa de servicio, con un intenso olor a jabón de la marca Camp de Granollers, distribuido al por mayor en grandes sacas. Lavaban la ropa en una lavadora industrial de tambor que mi madre compró a una empresa de confecciones, donde la utilizaban para lavar vaqueros viejos de los que se aprovechaba el tejido. Frente a los depósitos, los lavaderos y la lavadora automática, había un gran espacio con alambres para tender manteles y sábanas, y, al fondo, un cuarto, con un techo a dos aguas, en el que se plegaban servilletas y cubremesas, unas piezas de ropa que tenían la medida justa de la mesa, un poco más: por los cuatro lados sobresalía un discreto flequillo. Se utilizaban para no tener que cambiar los manteles a diario.

Me gustaba el olor a limpio de la azotea, el sol, el trabajo de una de las mucamas que se llamaba Cedes. Un día, en un rincón, encontré un Lucanus cervus. Era muy temprano, por la mañana. No había regresado a su casa tras una de sus juergas nocturnas y yacía inmóvil sobre un montón de manteles sucios. Lo cogí con cariño, tenía unas pinzas imponentes. Lo bajé al hostal. Un cliente me dijo que en catalán se llamaba escanyapolls (‘estrangulapollos’), un nombre que, hasta entonces, desconocía. Me gustó, porque en el hostal, donde veraneaban muchas personas mayores, siempre estaban hablando de pollos, aquellos pollitos crecidos que ya tenían plumas coloradas y una pequeña cresta sobre la cabeza. Era una manera anacrónica de referirse a los chicos jóvenes: «¡Qué pollo estás hecho!», te decían de un año para otro, si consideraban que ya no eras un niño. «¡Menudo pollo tiene, señora Maria!», le decían a mi madre: un cumplido bien raro. Cuando algún cliente de paso resultaba presumido por jactancioso, exclamaban: «¡El pollo pera!». Aquel ciervo volante podría haberme estrangulado a mí, que era un buen pollo, con su bocaza de color de radio antigua, pero dormía el sueño perezoso y lento de los noctámbulos empedernidos, sin ánimo de embestir con la cabezota o de pellizcar con las pinzas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Mariposas de invierno»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Mariposas de invierno» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Edinson Coley Coronado - Mariposas
Edinson Coley Coronado
Bernhard Long - Cocina de Invierno
Bernhard Long
Pedro Agudelo Rendón - Mariposas en la boca
Pedro Agudelo Rendón
Juan Moisés De La Serna - Versos Breves Sobre Hermosas Mariposas
Juan Moisés De La Serna
Juan Moisés De La Serna - Versos Breves Sobre El Invierno
Juan Moisés De La Serna
Julià Guillamon - El barrio de la plata
Julià Guillamon
Julià Guillamon - El barri de la plata
Julià Guillamon
Maira Àngels Julivert - Las Mariposas
Maira Àngels Julivert
Juan Moisés De La Serna - Poemas Sobre Bellas Mariposas
Juan Moisés De La Serna
Отзывы о книге «Mariposas de invierno»

Обсуждение, отзывы о книге «Mariposas de invierno» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x