María Vanacloig - La isla de los olvidados

Здесь есть возможность читать онлайн «María Vanacloig - La isla de los olvidados» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La isla de los olvidados: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La isla de los olvidados»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Año 1977. Marcos Rivas
es un hombre marcado por la soledad que se ha refugiado en Palma huyendo de un suceso que le atormenta.Un día recala accidentalmente en la isla de Cabrera, donde
el farero, su único y enigmático habitante, le desvela la atroz historia de los soldados franceses prisioneros tras la Batalla de Bailén, en el que sería el
primer campo de concentración de la Historia. Las torturas, la miseria e incluso el canibalismo tomaron la isla durante cinco interminables años, en un episodio prácticamente desconocido en la historia.Marcos decide permanecer oculto en la pequeña isla para acceder al material que recoge la sobrecogedora historia, pero se encontrará con otros misterios que atraparán su atención: el paradero d
el cadáver de un piloto nazi que se estrelló con su bombardero en la Cabrera durante la Segunda Guerra Mundial, y el hallazgo de una tumba con una extraña inscripcion.Unidos a la trágica historia de la que huye, los acontecimientos se entrelazarán en una fascinante trama en la que nada es lo que parece ser.

La isla de los olvidados — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La isla de los olvidados», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

A pesar de la ayuda que brindaron a Mallorca, el Conde Rossi y sus milicianos sembraron el terror en Mallorca a través de innumerables fusilamientos y violaciones, y campando a sus anchas imprimiendo su propia ley.

Por este motivo, cuando ordenaron trasladar de nuevo todo el material y obras de arte desde Cabrera a Mallorca, los oficiales del frente nacional dieron órdenes al destacamento que debía transportarlo de vuelta de que se dejase en Cabrera toda la documentación relativa al terrible suceso de los prisioneros franceses. Temían que el sanguinario ejército fascista se plantease dar a la isla el mismo uso que se le dio en su momento. No estaban dispuestos a dejar que la pacífica y recuperada isla de Cabrera, volviese a convertirse en un escenario de ejecuciones y horrores.

Y aquel anciano se encontraba, precisamente, en el destacamento que debía transportar aquel material de vuelta y que seleccionó la documentación pertinente que decidieron que permaneciese en Cabrera.

—¿Y dónde está esa documentación hoy en día? —preguntó Marcos con un hilo de voz.

El anciano miró a un lado y a otro para asegurarse de que nadie le oía.

—Al mateix lloc. Al soterrani del castell de sa illa de Cabrera8.

8En el mismo sitio. En el sótano del castillo de la isla de Cabrera.

MARCOS RIVAS

Guitiriz, febrero de 1950

La primera vez que su vida se congeló como un glaciar fue una lluviosa tarde de febrero de 1950. No sería la única.

La distancia entre su feliz vida y su triste porvenir la marcaron tres timbrazos.

Ring... Ring... Ring.

Concha descolgó el teléfono para recibir la terrible noticia.

Era la primera vez en sus diez años de vida que Marcos se había separado de sus padres, Isidro y Martina durante tanto tiempo. Aquellos cuatro días se le habían hecho interminables, aunque Concha, su acogedora vecina, se hubiese esforzado en hacerle sentir como en casa, y hubiese alternado los cuidados de su octogenaria madre con las atenciones a Marcos.

Era también la primera vez que sus padres viajaban fuera de España. Aunque su destino estuviese sólo a trescientos kilómetros de Guitiriz, Oporto había estado en sus planes desde hacía mucho tiempo.

No se lo habían podido permitir hasta entonces.

Isidro había ido guardando celosamente en una lata cada mes una pequeña parte de su paga, hasta conseguir lo suficiente para pagar la gasolina y un modesto hostal a las afueras de Oporto. Seguía teniendo la sensación de que estaba en perpetua deuda con su esposa. Al fin y al cabo, ella había renunciado a su vida de comodidades por él.

El padre de Martina, Rodolfo, era el fundador de una de las principales empresas textiles de Barcelona, y provenía asimismo de una familia acomodada, por lo que, a lo largo de su vida, únicamente se había relacionado con personas de su mismo status, tal y como se encargaba de recordarle a su hija una y otra vez cuando les contó que se había enamorado de un simple empleado de mantenimiento.

Se habían conocido en una de las visitas que la familia solía realizar cada año en primavera al Balneario de Guitiriz. Hasta allí se desplazaban desde Barcelona para disfrutar de unos días de descanso en aquellas aguas medicinales que tan bien sentaban a Rodolfo, que padecía de psoriasis. Martina conocía bien aquel balneario y a sus empleados desde que lo visitaba desde niña. Pero aquel año, todo fue diferente.

Aquel que había sido, precisamente, el primer año que Martina se había mostrado reticente a acompañar a sus padres. Tenía casi veinte años y se consideraba ya demasiado independiente para seguir pasando aquellos días de vacaciones con ellos. Ella era una joven con un carácter que se iba tornando cada vez más rebelde, y que nunca había terminado de comulgar con los estrictos usos y costumbres de sus padres.

Durante los dos primeros días, trató de mostrar su fastidio perdiéndose por el balneario con la novela en la que andaba ensimismada, lejos de los ojos de sus padres. Acudía a comer y a cenar con ellos a regañadientes, dejando claro en todo momento que había sido un error obligarla a ir con ellos hasta allí, y pensando que tras aquella batalla psicológica, sin duda al año siguiente accederían a permitirle quedarse en Barcelona.

El tercer día, salió de su habitación rumbo a la biblioteca del balneario dispuesta a encontrar otro libro que le ayudase a pasar el día lo más rápido posible. Al acceder a la enorme estancia, comprobó con alegría que no había nadie más, por lo que se dedicó a merodear tranquilamente entre las largas hileras de estanterías repletas de títulos. Finalmente, se decidió por uno de nombre significativo La Libertad. Se repantigó en uno de los sillones y se dispuso a pasar las horas muertas perdiéndose entre sus páginas. Cuando estaba ya absorbida por la trama, un joven accedió a la biblioteca sin darse cuenta de que había alguien más en la estancia.

—¡Discúlpeme, señorita! —exclamó el joven al percatarse de su presencia.

Martina se incorporó de un salto, alisándose el vestido y tratando de recuperar la compostura. Entonces, observó que el joven portaba una escalera y que iba vestido con el uniforme azul marino del balneario.

—No hay de qué. Puede continuar con lo que tenga que hacer —contestó.

Martina se sentó en el sofá con la espalda muy recta y las piernas una junto a otra ligeramente ladeadas, e hizo como si se sumergiese de nuevo en la lectura, desatando una lucha interna contra sus ojos, que sólo querían posarse de nuevo en aquel atractivo joven para observarlo mejor. Finalmente, dando la batalla por perdida, bajó el libro apoyándolo en sus piernas y miró detenidamente al chico. Debía de tener más o menos su edad, y no es que fuese arrebatadoramente guapo, pero había algo que la había atrapado desde el principio. Era su mirada. Cálida y honesta. Transparente, podría decir.

—¿Cómo te llamas? —consiguió decir, ya tuteándole.

El joven, que estaba subido a la escalera cambiando la bombilla de uno de los apliques, detuvo su movimiento sin llegar a girarse. No estaba seguro de que se estuviese dirigiendo a él. Martina carraspeó, y él terminó girándose lentamente, sin llegar a mirarla, todavía pensando que aquellas palabras no iban dirigidas a él.

—Me llamo Isidro, señorita.

Martina sonrió.

—Puedes tutearme.

Isidro le devolvió la sonrisa avergonzado y entonces sus miradas se engarzaron.

—¿A qué hora terminas? —le preguntó Martina con el corazón galopándole en el pecho.

Y así, comenzaron cinco días que marcarían su vida para siempre. Cinco días de citas secretas, de conversaciones, de paseos por el río y de besos robados. Cinco días que le bastaron para darse cuenta de que se habían enamorado.

Cuando regresó a Barcelona continuaron su relación escribiéndose cartas casi a diario y, tal y como iban pasando las semanas, se dio cuenta de que no quería vivir sin él. Esperó pacientemente hasta la visita al balneario la siguiente primavera. En el fondo, escondía el pequeño temor de haber idealizado aquella relación y de encontrarse con una persona diferente a la que tenía en su mente. Pero en cuanto se vieron, constataron que la semilla que había nacido un año atrás había crecido hasta florecer en un amor fuera de toda lógica y distancia. Y fue allí mismo, en el balneario de Guitiriz donde una mañana Martina presentó a sus padres a Isidro como su novio. Al día siguiente, la obligaron a hacer sus maletas y regresaron a Barcelona en el primer tren que pudieron coger. Aquel humilde joven no cumplía las expectativas que tenían para su hija.

Pero Martina, desoyéndolos, siguió adelante con aquella relación alternando la distancia con las pocas visitas que Isidro se pudo permitir realizar a Barcelona. Cuando cumplió los veintiún años y les anunció que se casaban, su padre ya había tomado la decisión de retirarle la palabra y además desheredarla. Josefina, la madre de Martina, trató de mediar y poder llegar a un entendimiento, pero su severo marido la instó a acatar su decisión y sacar a su díscola hija de sus vidas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La isla de los olvidados»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La isla de los olvidados» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La isla de los olvidados»

Обсуждение, отзывы о книге «La isla de los olvidados» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x