¿Puede alguna vez la ONU asumir un rol imparcial en el marco de la reducción de la demanda, dados sus fundamentos, su énfasis en el control sobre la gobernabilidad, y su deseo de estrategias universales uniformes para la reducción de la demanda de drogas? La ironía de esto queda resaltada cuando uno se concentra en los tratamientos relativos a las actividades de reducción de la demanda.
El Programa para el Control de Drogas de la ONU amplió el control sobre el cultivo, el comercio y el uso de los productos de plantas psicoactivas; e indirectamente fortalece los mecanismos de monitoreo de transporte y comunicaciones especialmente en asuntos relativos a las aduanas. Cuando el UNDCP (Programa de las Naciones Unidas para el Control de Drogas) cambió por UNODC (Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito) trajo consigo una ampliación de su área de experiencia como crimen, terrorismo y lavado de dinero. Una travesía sistemática hacia un control incrementado de las Naciones Unidas, sobre la soberanía de los sistemas relativos a las finanzas, legislación/sistema jurídico y seguridad, con capacidad de mayor expansión hacia áreas grises que impactan en la soberanía de los Estados Miembros.
IV.1 Hacia una reducción de la demanda de drogas equilibrada y uniforme
En 1998, el apoyo a las Naciones Unidas y a su organización para el control de las drogas fue reafirmado, para fortalecer el funcionamiento y ámbito de gobernanza. El sistema de las Naciones Unidas y las instituciones financieras (Banco Mundial y bancos regionales de desarrollo) fueron invitados a introducir en sus programas acciones contra el problema mundial de las drogas, teniendo en cuenta las prioridades del Estado. Se hizo un llamamiento a las comunidades/familias y todo tipo de formación social, cualquiera fuera su tamaño y categoría, y a los medios de comunicación del mundo, a promocionar activamente una sociedad libre del abuso de drogas (UN GA 1988).
Esto generó muchas consecuencias colaterales, incluido el mal uso de tratados multilaterales para imponer poder político sobre los países productores. a) Los Estados Unidos descertificaron a Bolivia convirtiéndola en no elegible para los beneficios del Acta de Promoción Comercial Andina y Erradicación de Drogas (ATPDEA por sus siglas en inglés) y lo hicieron en base a consideraciones políticas y no necesariamente evaluando los esfuerzos hechos para controlar el cultivo ilícito de droga en la región (Ledebur Kathryn 2009). b) La ausencia de flexibilidad en el actual sistema garantiza “el interés del norte” y se mantiene la insensibilidad cultural. c) La criminalización del uso de la coca incrementó los mercados ilícitos, dañó la cultura cívica y creó inestabilidad política, especialmente en lugares sin normas sociales de control. Un prerrequisito importante para el éxito incluye comunidades fuertes que generen controles de comportamiento social relativos al uso de drogas (Thoumi 2002). d) La guerra biológica para erradicar los cultivos ilícitos es vista por los Estados Unidos como una opción viable (Blickman 1998).
V. Plan de acción para la aplicación de los principios rectores de la reducción de la demanda
V.1 Evaluación del problema
El área de investigación y metodología apoyado por la ONU indican su manera de pensar o intereses. Cuando las Naciones Unidas se centran en la criminalización del uso de cualquier droga, fuera de su forma autorizada con fines médicos o científicos, sus estudios naturalmente se centrarán en la prevalencia de varios tipos de drogas.
Una reducción en las tasas de prevalencia de las drogas no autorizadas, que es tomado como indicativo de éxito resulta difícil de alcanzar. La sección anterior señaló que la declaración sobre la estabilización del consumo de droga está llena de fisuras y como máximo puede considerarse como delirios de grandeza de un sistema fallido, sesgado y culturalmente insensible.
La creencia de las Naciones Unidas en un sistema de criminalización se indica en las actividades financiadas y emprendidas bajo la sección sobre Análisis de Investigación y Promoción, análisis de tendencias, monitoreo de la reducción de drogas ilícitas, servicios científicos y de laboratorio y promoción/apoyo (UN CND 2005). Estas actividades son muy concordantes con el plan de acción establecido para evaluar la naturaleza y la magnitud del uso/abuso de drogas y de sus problemas asociados. El enfoque principal consiste en evaluar las tendencias de drogas, y asegurar que sus conceptos se vuelvan universalmente aceptables mediante la capacitación de sus definiciones de abuso de drogas, drogas, clasificación de drogas e indicadores que deben evaluarse para monitorear el abuso.
Dadas las limitaciones de financiamiento, su foco investigativo se limita en gran parte al análisis de tendencias y con frecuencia se basa en información recogida a través de los Sistemas de Monitoreo del Abuso de Drogas, Cuestionario de Informes Anuales completados por los Estados Miembros (Demanda de Drogas de Abuso –Parte II–, Encuestas y estudios temáticos emprendidos). Los estudios por lo general se ocupan de la prevalencia de drogas, perfil de los consumidores, tipo de drogas utilizadas, modo de consumo, morbilidad relacionada con la droga, mortalidad y tratamientos de droga. Esto coincide con la perspectiva del Programa Mundial de Evaluación del Uso Indebido de Drogas (GAP por sus siglas en inglés), que asiste a los países para recabar información sobre el abuso de drogas, confiable y susceptible de comparación internacional, construyendo capacidades a nivel local que puedan conducir actividades de reducción de la demanda, y mejorar el reporte global sobre las tendencias de las drogas (United Nations 2003).
El enfoque en una evaluación de la situación universal de las drogas cohesivo y sistemático, requiere un desarrollo de recursos humanos, con conceptos, estructuras, habilidades e instrumentos comunes, siendo objeto de uso en todo el mundo; un prerrequisito para asegurar el control sobre la distancia. Con el fin de satisfacer la demanda futura de recursos humanos, la creación de capacidad de la ONU se concentra en mantener Registros (de tratamientos/de morbilidad relativa a las drogas/de mortalidad relativa a las drogas), instrumentos de Encuesta (entre la población en general/población estudiantil/consumidores de droga) y Evaluaciones Rápidas de la Situación.
De acuerdo con Cohen (1997), el énfasis de la investigación sobre la prevalencia del consumo y tipo de drogas refleja el enfoque de un modelo represivo, en tanto los cambios que son hechos a los esfuerzos de aplicación se basan en incrementos o disminuciones de las tasas de prevalencia. Centrarse en la estimación de la prevalencia del consumo puede tal vez mostrar un incremento o reducción bruta del problema de las drogas más que adquirir información para afilar o fortalecer intervenciones relacionadas con las drogas. El Informe Mundial sobre Drogas utiliza “datos de prevalencia” disponibles para evaluar el éxito de los esfuerzos de Naciones Unidas en la reducción de la demanda de drogas (WDR 2008).
La década pasada de intervención de Naciones Unidas posee una limitada investigación para proporcionar alguna aproximación de las actividades dirigidas a reducir la demanda de drogas. La investigación en el escenario asiático ha contribuido poco a la intervención en el área de reducción de la demanda de drogas. El único cambio notable son los programas preliminares que se centran en la minimización del daño incluso de la sustitución de drogas, un cambio claramente relacionado con la investigación sobre el control y manejo del VIH. Este enfoque es evidente en la revisión de UNODC de las legislaciones y políticas en la región emprendidas por la Unidad de VIH/SIDA del Colectivo de Abogados (Lawyers Collective HIV/AIDS Unit 2007).
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