Consumo de cannabis: La información utilizada para evaluar la situación en África y Asia deja mucho que desear. La información sobre la prevalencia de consumo de cannabis en África lista 26 países pero los datos de sólo 3 países pueden utilizarse para fines comparativos; dos presentan un incremento en la prevalencia de consumo y una reducción en 1: el incremento se da en Egipto y Sudáfrica y la disminución en Marruecos. Es interesante mencionar que Marruecos es un importante productor de resina de cannabis y exportador a Europa.
Los datos sobre la región asiática suministran información sobre 41 países en el Informe Mundial 2008. Para 25 países la información suministrada es inservible ya que no puede indicar la prevalencia de consumo más allá del 2002-2003 o es muy vieja para considerar la prevalencia del 2008. Alrededor de 16 países cuentan con datos tanto sobre información reciente como de años anteriores a los efectos de comparar la prevalencia de consumo. Estos datos indican un incremento en 13 países y una disminución en la tasa de prevalencia de consumo en 3 países.
Como resultado, en relación con el consumo de cannabis la UNODC –a través del programa de reducción de la demanda de drogas– ha sido capaz de estabilizar o reducir el uso en 4% de los países de África y Asia.
III.2.b Estabilización del consumo de drogas en la ausencia de intervención
Mientras los investigadores se centran en las consecuencias no deseadas y cuestionan la validez del enfoque criminal, el Informe Mundial sobre Drogas (WDR) sostiene que el único camino hacia adelante es reafirmar los principios básicos establecidos en la Convención, e incrementar el desempeño y control de drogas. En relación con las consecuencias no deseadas, el informe afirma, sin mayor elaboración, que éstas deben ser confrontadas, contenidas y consideradas. Para favorecer su posición acerca de la importancia de los esfuerzos actuales para la reducción de la demanda de drogas, el Informe 2008 sostiene que la expansión del uso y abuso de drogas hubiera sido inmanejable en la ausencia de las distintas convenciones y las diversas legislaciones nacionales. Sin embargo no tiene en cuenta lo siguiente:
a) Aún antes de las guerras del opio existía la planta de amapola y sus productos eran utilizados con diversos fines en distintas partes de Asia. Si el supuesto de Naciones Unidas es cierto, entonces el opio debería haber sido un problema grave al menos en aquellos países donde se cultivaba y utilizaba. b) En la India, los británicos establecieron el cultivo sistemático y organizado de la amapola junto con fábricas para su manufactura e instalaciones de almacenamiento; y un sistema de transporte ferroviario bien planeado, con puertos que facilitaban la exportación. Dado que el uso no estuvo criminalizado hasta 1985, la India debería haberse vuelto inmanejable con innumerables consumidores de opio. c) La estimación presentada por el Informe Mundial sobre Drogas del porcentaje de consumidores de opio en la población total fue de 0,4% para 1997-1998.5 El Informe sobre Tendencias de las Drogas de 1999 indicó una tasa de prevalencia de opiáceos de 0,4% en India. Los Informes Mundiales sobre Drogas de 2006 y 2007 también indican que la tasa de prevalencia de opiáceos en India se mantiene en 0,4%. d) El Informe de 2008 (WSR 2008) señala que la tasa de prevalencia de consumo de opiáceos era de 0,27% en el 2006 (o el último año disponible). El desplazamiento del 0,4% de prevalencia de opio a 0,27% es tomado como indicativo del éxito del Programa de Reducción de la Demanda de Drogas.
El problema de una afirmación como tal es que: a) El dato de prevalencia para el año 1997 es 0,4%, lo que significa que aún antes de la implementación de los programas de Reducción de la Demanda de Drogas la tasa de prevalencia estaba estática. b) No hay ninguna base para la afirmación del Informe respecto a que para el año 2006 la prevalencia del consumo de opiáceos se había estabilizado en 0,27%. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares (UNODC y MSJE GOI 2004) la tasa de prevalencia de opio era 0,5% para la heroína, 0,2% de jarabe para la tos y 0,1% para otras opiáceas. c) El Informe Mundial sobre Drogas (WDR 2008: 274) establece que la tasa de prevalencia de consumo de opiáceas en la India es 0,4%.
La única conclusión posible derivada de la información anterior es que el consumo de opio se estabilizó en ausencia de programas de reducción de la demanda de drogas, puesto que fue igual en 1997 y 2007. La implementación de los programas mencionados han visto un desplazamiento hacia formas duras de opiáceos derivados o sintéticos dada la prevalencia de 0,2% en el uso de la heroína y 0,1% en otros opiáceos. Asimismo, también ha habido un incremento en el uso del opio. Si el objetivo del programa de reducción de la demanda de drogas era producir un giro hacia el uso de drogas opiáceas sintéticas, entonces ciertamente tuvo éxito en la India.
IV. Los programas de Naciones Unidas para la reducción de la demanda y su implementación
El propósito de la retórica de la ONU es diseminar el marco de la reducción de la demanda de drogas conceptualizado por las Naciones Unidas, a 196 países en todo el mundo. La necesidad de una estrategia global uniforme causó preocupación a determinados Estados Miembros a raíz de la inquietud experimentada por otros. A diferencia de los países en desarrollo que expresaron su preocupación respecto al uso cultural como notas al pie anexas a las convenciones, los Estados Unidos declararon su decisión de tener una regulación más estricta para controlar el comercio, sea éste dentro de su territorio o en la exportación e importación. Profundizó que incluso el tránsito de la materia prima –opio, hojas de coca, sus derivados y sustancias similares transformadas a través de procesos sintéticos– se someterían a su regulación. Estados Unidos es el único país que elaboró la regulación en base a la necesidad de controlar el comercio de todos los posibles productos sintéticos y derivados de plantas psicoactivas (UN 2007a)
El énfasis de Estados Unidos puesto sobre el control es históricamente evidente en tanto conceptualizó el sistema de poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU y también subrayó la necesidad de un nuevo régimen monetario y de comercio internacional que sea estable y predecible (señalado en la Conferencia de Bretton Woods o en la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas en julio de 1944).
El interés manifiesto de los Estados Unidos se integró a las convenciones que regulan el comercio y consumo de drogas. Es reflejado en la Convención de la ONU de 1988 que cuenta con disposiciones para una mayor regulación. Por ejemplo bajo el Artículo 17, el comercio marítimo está altamente controlado junto a la posibilidad de registrar sobre la base de la sospecha (UN 1988).
La implementación de dicha regulación asegura el control no sólo sobre drogas psicoactivas sino también sobre la materia prima, sus derivados y muchos otros productos farmacéuticos.
Los programas de control de droga para atender los requerimientos de las múltiples convenciones subrayaron la regulación sobre el uso, comercio y procesamiento de materia prima psicoactiva y producción a partir de ella de productos semisintéticos o sintéticos. Son las fuentes de financiación las que determinan la naturaleza general de los programas que se llevarán a cabo. De acuerdo con Taylor y Trace (2006), las prioridades de financiación entorpecen la capacidad de la UNODC para alcanzar su pleno potencial como Centro Global para la acción multilateral sobre las Drogas. El creciente énfasis de Naciones Unidas en desempeñar un papel central en el hecho de asegurar adhesión al tratado es visto en la asignación de fondos hacia servicios de elaboración de políticas y adhesión a tratados. Las asignaciones para cooperación técnica aumentaron de 864.600 a 1.599.400 dólares para el año 2006-2007, pero los fondos para la prevención, el tratamiento y la rehabilitación se incrementaron tan sólo un 28% durante el mismo período (CND 2005). Un claro indicio de lo que las Naciones Unidas consideran importante.
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