Fue entonces que el primer espíritu Mapuche vino arrojado desde el Azul. Soñando miraba éste la superficie inmensa, deshabitada, de la Tierra que ahora andamos.
Su Madre, dicen, se entristeció de su soledad. Así, para que lo acompañara, el Espíritu Poderoso envió a una estrellita hermosa, refulgente.
Volando vino ella y caminó luego sobre las piedras hasta que sus pies sangraron. Su sangre se convirtió en pasto, en flores se convirtió, dicen. El aroma, el color, la suavidad, alegraron a la mujer que las alzó deshojando. Pétalos que, sostenidos y acariciados por la brisa surgida del resollar de su contento, se transformaron en mariposas, en aves, en alados insectos. Sus tallos se transformaron en plantas, en árboles agradecidos de frutos.
Despertó entonces el hombre con la sonrisa de la mujer. Los miró con su vigoroso resplandor el Padre y veló por ellos la Madre con su tenue luz. Los jóvenes sembraron luego la semilla de su corazón.
Así comenzó la vida, están diciendo nuestros antepasados.
Kallfv pikefeeneu ñi kukuyem
ka kvpaleleneu rayen mazana
Kalfu pikefeenew ñi lakuyem
fey eluenew ta ñi vl ka ta ñi
trompe
Kallfv pieneu ta ñi pu chaw
Kallful pikefiñ ta ñi pu ñawe /
ta ñi pu fotvm
Kallfv ta kallfvmew fey ta newen
chew ta Pewmakey ñi pvllv
ta ñi pu che.
Kalfú me decía mi abuelo
y me ofrece su voz y su trompe
Kallfv me decía mi abuela
y me trae flores de manzanos
Azul me dijeron mis padres
Kalful le digo a mis hijas /
a mis hijos
Azul en el Azul es la energía
en la que Sueña el alma
de mi Pueblo.
(En el infinito, me digo)
En elepew –relato– del origen del pueblo mapuche,nuestros antepasados dicen que el primer Espíritu Mapuche vino desde el Azul. Pero no de cualquier Azul, sino del Azul del Oriente. Y como en nuestra Tierra no había nada que pintara ese Azul como el expresado en el cielo profundo, intenso, dijeron que el Azul existe en el Oriente y en el espíritu y el corazón de cada uno de nosotros. Y que cuando el espíritu –en la brevedad de su paso por este mundo– abandona al cuerpo, se va hacia el Poniente a llamar al balsero de la muerte para que lo ayude a cruzar el Río de las Lágrimas y llegar así a la isla –el País– Azul en la que habitan los espíritus de nuestros antiguos.
Para que el balsero Nontufe escuche el llamado de dicho Aliento, éste debe haber sido trabajado prolijamente desde piedra opaca, inculta, que es en su condición de Am / Alma-Imagen, hasta transformarse en una piedra transparente / resplandeciente, un Pvllv , un verdadero Espíritu.
Hay dos excepciones, dicen:
Que el Pvllv haya alcanzado tanta profundidad que logre una transparencia en la que se refleja también su imagen original, transformándose en un Pvllvam que suele morar a orillas de los volcanes, porque tiene la capacidad de regresar para vigilar a los espíritus negativos que pudieran huir por sus cráteres, desde la Tierra de Abajo. El Pvllvam (Pillán) protege así la vida de su gente, de su pueblo, de su cultura. Pero también coexiste con su dualidad.
La otra excepción es que dicho Aliento no se haya superado lo suficiente para ser oído por el balsero de la muerte y se quede vagando en la Tierra, trabajando para sumar energías positivas y así alcanzar por fin el mundo Azul. En la espiritualidad de nuestra cultura no existe la concepción del infierno occidental. Digo:
Zewmael chi Pvllv az Mapu mew
faw ta mvlen, ñochikechi ñi pvralen
kisu ta ñi llufv pvle.
Alma labrada por la Naturaleza
heme aquí, lentamente subiendo
hacia mi propia hondura.
Le pregunto ahora: ¿cuántomás cree saber usted acerca del pueblo mapuche, de nuestra cultura? ¿Cuánto cree saber usted acerca del pueblo chileno, de su cultura? Se lo digo porque se da la paradoja –entre tantas surgidas del mirarnos distantes y desconfiados, inventado «encuentro» mediante– de que a nosotros se nos tilde por un lado de «ignorantes» y por otro lado se nos exija y/o se nos «admire» por un conocimiento más o menos amplio respecto de la sabiduría de nuestros antiguos.
A mí, le digo, me enseñaron a valorar, a creer en la fuerza de la palabra. Las palabras expresan la concepción de mundo de quienes las crearon: su gestualidad. Ellas –unas más que otras– revelan el pensamiento de sus hablantes, sus gestuantes, dicen.
En el idioma que nos legaron nuestros antepasados, el mapuzugun –el hablar de la tierra–, hay una palabra que resume lo que es la percepción y relación de nuestra gente con ella, y es la que nos define: mapuche, que significa gente de la tierra ( mapuche pewenche , de la cordillera; mapuche lafkenche , de la costa; mapuche williche , del sur; mapuche pikunche , del norte. En ellos se denomina también a nuestra gente que pertenece a los valles como mapuche nagche , y a la que pertenece a los llanos como mapuche wenteche ).
Por lo tanto, nuestra vida en la Nag Mapu la superficie / la Tierra que Andamos (en el influjo de las energías positivas y negativas), no puede concebirse sin su vinculación con Ella, porque a Ella pertenece. Mapu Ñuke choyvn iñchiñ . Somos los brotes de la Madre Tierra –nos están diciendo, en una relación de igualdad con sus demás componentes, y de respeto y agradecimiento a su inmanente dualidad celeste: Wenu Mapu , la Tierra de Arriba (de las energías positivas). Todo regido y unificado armónicamente por Genmapun , el espíritu sostenedor de la Tierra, manifestación de Elmapun , Creador de la Tierra; y Genechen, sostenedor de la gente, como expresión de Elchen , creador de la gente.
Así, cuando Jorge Dowling Desmadryl escribió, hace ya casi tres décadas: «La machi, al tener asido en su mano el kultrun, está sosteniendo simbólicamente al universo o, como diría cualquiera, sostiene al mundo en un solo puño», lo que hace es memorar el decir común que alude a la concepción nuestra de universo, y que está sintetizado en el Kultrun.
Kallfv, Kallfvley tati Mapu chew yiñ amuan . El mundo es una totalidad que se repite en el Azul y desde el Azul, dicen nuestros ancianos y nuestras ancianas.
Al igual que ustedes, que deben tener constancia y trabajo para acceder al conocimiento de un determinado tema, nosotros también lo hacemos, pero para comprender simplemente el sentido de la vida, está diciendo Jacanamijoy desde su cultura inga.
Nosotros morimos tres veces: la primera en nuestra carne, la segunda en el corazón de aquellos que nos sobreviven y la tercera en sus memorias, dice una mujer desde su cultura wayuu.
El abuelo maya Cocom Pech, en la voz de su nieto Jorge, nos está diciendo:
Antes que el Sol se asome en destellos luminosos, los sueños de nuestros antepasados se cumplirán y habrán de estar con nosotros al conjuro del poder del silencio, del poder del viento. No olvides que los sueños no son para acumular saber, ni para entregarse a las fantasías. Los sueños son una rendija de luz para el ejercicio del poder del Espíritu. A su paso intemporal, y a veces incoherente, los sueños dan cuenta de tu historia personal que remontan hacia atrás o hacia adelante, dejan signos en huellas, dejan signos, claves, rastros…
Читать дальше