1 ...7 8 9 11 12 13 ...18 Los regímenes provinciales menos democráticos, entonces, combinan instituciones democráticas que no son solo una fachada con aspectos que son claramente autoritarios. Tal combinación ha sido enfatizada por la reciente literatura sobre “regímenes híbridos” a nivel nacional. Los rasgos esenciales de las “democracias iliberales” (Zakaria, 1997), los “autoritarismos competitivos” (Levitsky y Way, 2002) y los “autoritarismos electorales” (Schedler, 2006) describen con mayor exactitud a las provincias y estados menos democráticos que el concepto tradicional de “autoritarismo” (Linz, 1975).
La multidimensionalidad en las encuestas de expertos argentina y mexicana
La Eeppa partió de las dos dimensiones de la democracia ya señaladas —soberanía popular y gobierno limitado— y de cada una de ellas definió tres subdimensiones. Para la primera dimensión las subdimensiones fueron la competencia (o la medida en que los individuos y grupos pueden oponerse a las autoridades que gobiernan y participar en elecciones periódicas multipartidarias que pueden llevar a la derrota del oficialismo), la inclusión (o la proporción de ciudadanos adultos que goza, legalmente y de hecho, de los derechos relacionados con la competencia política) y la eficacia de las elecciones (o la medida en que las autoridades elegidas no son limitadas por actores sin legitimidad democrática [3]). En el caso de la segunda dimensión (liberal) de la democracia, las subdimensiones fueron las limitaciones institucionales (el grado en el que el poder político está constreñido por “pesos y contrapesos”, tales como los poderes legislativo y judicial), los derechos liberales (la medida en que las libertades civiles y los derechos políticos de los habitantes son efectivamente protegidos) y la sociedad civil independiente (o la medida en que existe una sector social no gubernamental fuerte, plural y autónomo del poder estatal).
Las encuestas de expertos, sin embargo, permiten una dimensionalidad conceptual aún mayor, dado que las dimensiones y subdimensiones son a su vez desagregadas en componentes y subcomponentes. Cada uno de estos últimos representa el final de la operacionalización del concepto original y se mide vía uno o más indicadores, que en el marco de esta metodología son las preguntas de la encuesta de expertos. El cuadro 1.1 es una sistematización de las dimensiones (columna 1), las subdimensiones (columna 2), los componentes (columna 3) y los subcomponentes (columna 4) de la operacionalización propuesta. Las columnas 1-4 fueron concebidas como categorías generales aplicables a los regímenes subnacionales (electorales) de cualquier país. Las preguntas (o indicadores), en cambio, deben ser adaptadas al dominio empírico del estudio —en este caso a las provincias argentinas—. Así, las preguntas de la Eepemex son a veces idénticas a las de la Eeppa, mientras que en otras han sido modificadas para adaptarse a una realidad diferente.
Resultados del análisis dimensional comparado
La estrategia empírica que aquí se adopta para contestar las preguntas planteadas al inicio del capítulo es la de ofrecer en las siguientes páginas los resultados comparados entre Argentina y México de seis importantes aspectos de la democracia, los publicados para el caso argentino en Gervasoni (2010b). Para cada uno de ellos se analizan dos indicadores (= ítems de encuestas) en forma gráfica a través de dos diagramas de dispersión, uno por país. La ubicación de cada indicador que se analiza en el mapa conceptual desagregado puede consultarse en la última columna del cuadro 1.1.
Para analizar comparativamente la posición de las unidades subnacionales argentinas y mexicanas se presentan sendas gráficas de coordenadas (con un ítem en el eje X y otro en el eje Y) que despliegan información sobre aspectos de la democracia tales como el fairness de la competencia electoral (gráficas 1.1 y 1.2), la inclusión (gráfica 1.3), la libertad de expresión (gráfica 1.4), los pesos y contrapesos legislativos y judiciales (gráfica 1.5) y la prevalencia de prácticas estatales represivas o discriminatorias (gráfica 1.6). Cada provincia y estado son representados en la gráfica correspondiente mediante sus coordenadas en ambos indicadores. Los valores en cada eje son el promedio o la media aritmética de las respuestas dadas por todos los expertos que contestaron el par de ítems en cuestión para cada provincia/estado. En todos los casos, las escalas son normalizadas para que varíen entre un mínimo de cero (autoritarismo) y un máximo de 1 (democracia). En consecuencia, el cuadrante superior derecho de cada gráfica representa la región más claramente democrática, mientras que el cuadrante inferior izquierdo es la región menos democrática. [4]El texto de las preguntas y las respuestas (en la versión de la Eeppa [5]) se transcribe debajo de cada gráfica.
Fraude electoral “clásico” (subdimensión: competencia)
La competencia es la única nota distintiva de la democracia en la que todas las definiciones, incluidas las minimalistas (Schumpeter, 1947; Alvarez et al. , 1996), coinciden. Las elecciones libres y justas para los principales cargos ejecutivos y legislativos son el elemento central de esta subdimensión. ¿Cuán libres y justas son las elecciones provinciales en Argentina y México? La gráfica 1.1 muestra los resultados de dos preguntas que miden la limpieza de las últimas elecciones para gobernador: qué tanto hubo exclusiones arbitrarias de votantes y qué tanto se fraguó el conteo de votos en favor de un determinado partido.
De acuerdo con la gráfica 1.1, no existen casos importantes de fraude electoral. La mayoría de las provincias y los estados se ubica dentro del cuadrante superior derecho (el más democrático), mientras que el inferior izquierdo está vacío en ambos subgráficos. En los dos países se observa también significativa heterogeneidad interestatal dentro del cuadrante democrático (Formosa, Jujuy y La Rioja tienen más dificultades que Chubut, Córdoba o Tierra del Fuego; Baja California y Oaxaca, más que el D. F. o el Estado de México). Incluso algunas unidades subnacionales aparecen levemente fuera del cuadrante democrático (Misiones, en Argentina; Chiapas y Yucatán, en México). Pero la imagen general es la de un nivel razonable de limpieza en la competencia electoral subnacional. Evidentemente hay problemas —ninguna unidad se ubica en el vértice superior derecho— pero no demasiado grandes ni demasiado extendidos geográficamente. Una explicación razonable para este estado de cosas es que en el contexto de un régimen nacional democrático es riesgoso para los gobiernos subnacionales incurrir en prácticas abiertamente antidemocráticas. El fraude electoral “clásico” —el que ocurre en el momento de votar o en el de contar los votos— es el más fácilmente detectable y el que más atención política y mediática genera. Las élites políticas subnacionales tienen incentivos para utilizar estrategias menos visibles y más sutiles cuando se proponen restringir la competencia democrática (Gervasoni, 2010a). No es extraño, entonces, que el panorama de la democracia subnacional sea menos positivo en ambos países cuando se adopta, como en el apartado siguiente, una visión más amplia del proceso electoral.
Fraude electoral “sofisticado” vía sesgos en la cobertura mediática de campaña (subdimensión: competencia)
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