1 ...8 9 10 12 13 14 ...18 La gráfica 1.2 muestra indicadores acerca del sesgo de los medios de comunicación provinciales/estatales en favor del oficialismo en las últimas elecciones para gobernador (tv en el eje X y los periódicos locales en el eje Y). Nuevamente aparece un claro paralelismo entre ambas naciones, ya que en las dos hay una mucho mayor dispersión y una tendencia diagonal en la que una mayoría de las unidades subnacionales se alinea en el eje que va del vértice superior derecho al inferior izquierdo. Estos ítems muestran entonces un nivel de variabilidad interestatal mucho mayor al del apartado anterior: en algunas provincias/estados los candidatos oficialistas y los opositores tienen un acceso semejante a los medios de comunicación, mientras que en otras el oficialismo obtiene más y mejor cobertura. En este último caso, las elecciones no pueden ser consideradas justas y libres, aun si el conteo de votos lo es. Otra conclusión importante de ambos subgráficos es que, aunque las variables observan una clara asociación positiva, la correlación dista de ser perfecta (r = 0.56 y r = 0.72 para Argentina y México, respectivamente), debido a la existencia de varias unidades “fuera de la diagonal”, notablemente La Pampa (en donde la televisión está muy sesgada, pero los periódicos no lo están en lo más mínimo) y, en menor medida, Tucumán, Sinaloa y Yucatán. Es interesante notar además lo despoblado de ambos cuadrantes inferiores derechos: resulta rara la combinación de periódicos sesgados con una tv imparcial.
En ambos países se registran casos extremos, esto es, sistemas políticos subnacionales en los que tv y diarios son esencialmente apéndices del oficialismo, por una parte, y otros en los que los medios están lejos de ser pro oficialistas. Entre estos últimos se encuentran Córdoba y Mendoza y Chiapas y Michoacán, [6]ubicados exactamente en el vértice superior derecho (varias otras unidades no están muy lejos de allí). Una parcial explicación de los favorables resultados en estos dos estados mexicanos podría provenir del hecho de que en ambos gobernaban partidos opositores al gobierno federal del Partido Acción Nacional (pan) y a veces enfrentados con las dos grandes cadenas televisivas mexicanas (que suelen adoptar posturas cercanas al gobierno federal), Televisa y tv Azteca. Entonces, es posible que los medios locales cubran adecuadamente a candidatos opositores locales (pero oficialistas a nivel nacional) por ser repetidoras o franquicias de estos grupos. En el otro extremo, en las cercanías de la esquina inferior izquierda, se ubican Formosa, San Luis y Jujuy, y Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz.
En resumen, el acto electoral en sí mismo no resulta en general fraudulento, pero el sesgo de los medios de comunicación locales a favor del oficialismo varía entre nulo y muy alto. Tanto en Argentina como en México hay provincias/estados con “fuentes alternativas de información” y provincias/estados con un fuerte sesgo pro oficialista en su sistema de medios. La competencia, entonces, está restringida en varias provincias y estados en una de las arenas más importantes de la política moderna, la de los medios masivos de comunicación.
Inclusión electoral de votantes y candidatos (subdimensión: inclusión)
La gráfica 1.1 mostró diferencias pequeñas entre provincias/estados en términos de inclusión de votantes (entendida allí como táctica de fraude electoral). La gráfica 1.3 presenta esta variable nuevamente, pero cruzada ahora con otro indicador de inclusión: la proscripción de candidatos a gobernador. Todas las provincias argentinas, excepto una, se ubican en el cuadrante superior derecho, no habiendo prácticamente evidencia de prácticas proscriptivas. Tanto en términos de votantes como de candidatos, estas unidades subnacionales pueden caracterizarse en general, como McMann (2006) lo hizo para las de Rusia y Kirguistán, como “fuertes en participación, débiles en competencia”: al igual que en los estados postsoviéticos, en la Argentina “los dirigentes de los regímenes híbridos... parecen permitir la participación, pero socavan furtivamente la competencia” (pp. 179-181).
La situación es algo diferente en México. Aunque allí también prácticamente todos los estados se ubican en el cuadrante democrático, hay bastante más variabilidad en términos de proscripción: en Baja California, Quintana Roo y Tabasco, los expertos reportan problemas importantes de exclusión de candidatos, mientras que estados como Tamaulipas, Yucatán y Zacatecas ocupan posiciones intermedias en este ítem.
Aparecen aquí entonces algunas diferencias entre Argentina y México: si bien en ambas naciones la gran mayoría de los casos se ubican en la zona democrática, la situación en términos de proscripciones es enteramente positiva en el país sudamericano, mientras que es problemática en varios estados del país norteamericano.
Libertad de expresión (subdimensiones: competencia y derechos liberales)
Para funcionar correctamente la democracia necesita ciudadanos que puedan expresar sus opiniones políticas sin temor a ser castigados. La Eeppa y la Eepemex incluyen preguntas acerca de la libertad de expresión. Los resultados de dos de ellas —una sobre los empleados públicos y otra sobre la población en general— aparecen en la gráfica 1.4. Solo dos provincias aparecen en el sector izquierdo del subgráfico argentino (La Rioja y Santiago del Estero), lo cual indica que allí los ciudadanos gozan de niveles significativos de libertad de expresión en casi todo el territorio. Cuando este atributo se evalúa solo para los empleados/funcionarios públicos provinciales (quienes, puede sospecharse, corren mayores riesgos si expresan críticas al gobierno) las diferencias interprovinciales se tornan mayores: varias provincias se ubican en la mitad inferior del subgráfico. Los empleados públicos, entonces, no siempre gozan de gran libertad para expresar sus opiniones políticas.
Aunque la forma de la distribución de los estados mexicanos es similar a la de las provincias argentinas, la situación allí es en promedio peor en ambos indicadores: el centro de gravedad de los datos está más abajo y más a la izquierda que en el caso argentino, incluyendo ocho estados claramente ubicados en el cuadrante menos democrático (y solo cuatro en el más democrático). Un estado, Chiapas, se destaca por niveles muy bajos de libertad en ambas poblaciones. La mayor parte de los estados mexicanos combina una mediana a alta libertad de expresión para la población general con una mediana a baja libertad para los empleados públicos (cuadrante inferior derecho), combinación también muy frecuente en Argentina (nótese además que ambos cuadrantes superiores izquierdos están vacíos). Otra coincidencia de nota es que no hay casos en ninguno de los dos vértices superior-derechos de la gráfica 1.4.
La restricción de la libertad de expresión de los empleados/funcionarios públicos es una deficiencia democrática importante, en especial en provincias y estados donde la mayoría de puestos de trabajo (y una porción más grande aún de los mejores puestos de trabajo) están controlados directa o indirectamente por el gobierno local. Este hallazgo es consistente con explicaciones de las diferencias entre los regímenes subnacionales que enfatizan el rol de la “autonomía económica” de la población (McMann, 2006; Gervasoni, 2010a). Esto significa que quienes dependen para su supervivencia material de un salario (o alguna otra fuente de ingreso) del gobierno subnacional serán más propensos a recibir presiones o a sufrir castigos de los gobernantes debido a sus opiniones y comportamientos políticos. Sobre todo en contextos de baja institucionalización y alta politización de las administraciones públicas (como en Argentina y México), los empleados del sector público pueden ser penalizados con facilidad por sus empleadores. La expresión de una opinión crítica o la militancia en un partido opositor implicarían para un servidor público el despido, ser reasignado a funciones menos atractivas, o no recibir una promoción que le corresponda. Por eso no extraña que en ambos países los expertos evalúen que la libertad de expresión de los empleados públicos es, en la mayor parte de las unidades subnacionales, considerablemente menor que la de la población en general.
Читать дальше