-Pero hombre, un poco de T-Física Cuántica, esta Nave es un ser que sabe mucho. Ya sé que te deshiciste del papelito, pero...
Llegaba tarde, Nave le podía informar de su existencia pero no había guardado una copia de ninguna clase. Se había quedado sin nada, literalmente. En Nave había cero papelito. Que lo follasen una manada de rapuiñes en celo. Oída la respuesta, presentado la solución: “Oh, querido Coi...”. Maldita sea, cada vez que se anunciaba con el “oh querido Coi” del ñec se las ingeniaba para dejarle con un palmo de narices. A ver, no pensaba exactamente en Nave. Coi entendió ahora, sólo había una explicación para sus palabras. Ahí la tenía: no a nave; no a dentro de nave –más concretamente-, sino a ese hilito de luz que Nave había emitido como aparente residuo ¿Acaso no sabía perfectamente que de residuo nada, y que este contenía la información completa de la estructura del material que lo componía? Lo sabía, energía era materia.
-Como cuando decoramos nuestros feos planetitas, igualito.
-No sé a dónde quieres llegar pero no te reconozco. Recuerdo que hace mucho, mucho tiempo, cuando eras otro tipo de persona ¿Qué ganas? ¿Todavía estás en esas?
¿Qué tipo de persona decía? Ellos siempre se movían de idéntica forma. Todo en sus manos, y ya estaba. Era así y porque sí ¿Decía qué ganaba él? Vivir. Vivir a su manera. Eso que estaban haciendo últimamente, no lo era precisamente. Ahora por lo menos se divertía. Y no dejaba de ser una fuente de conocimiento. Ya estaba aburrido de tanta tedio. Ya lo habían discutido y no había más que decir. Iba a dar fin a todo aquel absurdo, y ya estaba. Su absurdo –contestó Coi-. El que se aburría era él ¿Se iban a poner filosóficos ahora? Si quería entablar un debate, que se pusiera cara a la pared y a discutir con Nave, que era buena conversadora. Ahora que la tenía a su servicio le daría unas respuestas cojonudas.
NAVE. Haz capturado. Comienza decodificación.
El pequeño hilo de luz era eso: sólo un pequeño ínfimo destello de espectro normal; pero lo más importante: de “velocidad normal”. Bastante más rápido cualquier nave militar riana. Ni falta que hacía emplear grandes recursos: una sonda interceptora de rayos portadores t-n-alfa y ya estaba. Contando con el conocimiento de las coordenadas de emisión aportado por Nave, era suficiente. En comparación, crear un planeta era un juego de niños.
-La complejidad es tanta que Nave tardará por lo menos… Como mínimo quince sics. Lo suficiente para llevar a cabo su plan.
Sí, sí, ya… Aclaración para Coi: tan sólo unos cuantos sics. Era su nave la que estaba traduciendo. La suya sólo era enlace. Así que a ponerse cómodos.
-¡Ñec! Sólo pude quemarlo, no desintegrarlo. Mis privilegios en Nave estaban capados por tu otro maldito cincuenta por ciento. Como siempre calculé mal tu capacidad de innovación para resolver la reconstrucción del papel.
A ver, menos lamentaciones ¿Una partida de Tot, como en los viejos tiempos? ¿”Una mierda” para él? Siempre tan terco. Le hacía una proposición y mira como se ponía. Beno, si jugaba le dejaba intentar convencerle. Y que no se preocupase por la posición militar de su morpho, terminaría acostumbrándose. Combinaba fabulosamente con los decorados de Nave.
-No me mires así. Bueeno. Nave, orden revocación estado militar; orden estado normal.
¡Ooooh...! ¡Qué bien se veía con los colorines! Sí, esto le gustaba a él también. Así no se aburrían ¿Qué coño estaba diciendo? A dejarse de chorradas, que ya no eran niños.
-Dime la verdad, ¿por qué quieres acceder al pasado una vez más? Lo habíamos dejado, ¿no? ¿Para alterar a tu conveniencia todas las líneas temporales? ¿Todo sólo por satisfacer tu capricho de poder? ¿No te das cuenta que tarde o temprano eso se volverá contra ti? Por desgracia sé perfectamente que eres capaz de todo, bien te conozco. Hubo un tiempo en que eras dinámico y pasional, pero no malvado. Yo bien sé que no he sido un santo, pero se acabó el vivir torcido y retorciendo.
Dart, como si sufriese sordera.
-Venga, Nave, emite un tablero de Tot. Es el mejor juego de toda la Historia, nunca superado, y mi favorito. Parece mentira que sea tan antiguo y no haya sufrido la más mínima modificación.
El morpho recogió la emisión energía-materia y se dispuso a colocar sobre la mesa de operaciones torres, caballos, peones...
-Aunque no lo creas, he venido desde muy muyyy lejos, para volver a deshacer el camino y llegar al mismo punto, y sólo por ti. Sólo me valía tu compañía, ¡coño! La verdad es que no me atrevía a dar el paso que deseaba dar sin tener a alguien al que apreciase a mi lado.
Muy halagadoras palabras pero... “vete al ñec, Dart. Oh sí, por favor: vete al ñec ¿Te vas a ir al ñec?”
-Pero mira qué eres, Coi...
“Hola a todos, sed bienvenidos” proclamó Teip como buen anfitrión. Aquel hombre entrado en años se encontraba vestido con una bata y sujetaba en la mano un... “Una copa”, según les iba informando -entre tanta novedad- el aparatito biónico, que invisible en el interior de sus oídos cumplía óptimamente la feliz misión de descifrar palabras y conceptos.
-¿Tú eres Ist?
Eti asintió.
-Me enteré durante el trayecto.
-¿Qué tiene mi nombre?
“Ist…”. Que le sonaba de algo a Eti. Pero no recordaba de qué ¿Por qué les parecía a los tres que Teip la regañaba con la mirada? Mentían u ocultaban algo ambos, claramente. Él y Eti. Ist prefirió dejar las cosas como estaban. Sarie, como siempre, no estaba de acuerdo y a punto estuvo de plantear equis. Una maniobra de la mano del riano sobre su espalda, contemplada por un desconcertado Gie como una especie de agresión a su vista, desbarataba la búsqueda de equis y a la misma buscadora de equis. Más desconcertada que su propio hermano, silenció equis en su boca, y al mismo tiempo la condujo a una especie de extraño increible éxtasis que la inhabilitaba para otra cosa que sentirse… ¿Se le derretía el cerebro?
“Platos”. Una vez plantados en el interior de aquella nada ostentosa habitación, pudieron comprobar que sin duda lo primero que llamaba la atención allí era la cantidad de esos objetos decorados que colgaban en las paredes, pero también desparramados por todas partes. Todas las formas y todos los tamaños. Aunque predominaba la sencillez y ausencia de lujo, sí podía presumir de limpieza, orden y una encantadora elegancia. Y platos. A Sarie, en concreto, le gustaba la tonalidad anaranjada de las paredes combinada con el suave ocre del mobiliario. “Color castaño, de la tierra, como tu pelo, querida” -precisó Teip al comprobar su interés por la decoración- “¿Un poco de agua?” -agregó jarra en mano-. Todos rehusaron, en un primer momento, pero asintieron con una nueva reiteración de la invitación. “¿Eti?”. A ella se lo pidió con el mismo esmero en el trato. Ella sólo le sonrió como contestación. Un “no” en bonito. Los morphos también se alimentan e hidratan.
En un rapidísimo y más o menos disimulado repaso visual los tres pudieron comprobar que no reconocían a nadie en las escasas fotos enmarcadas que asomaban entre aquella maraña de porcelana. Teip se dirigió uno a uno, y como mandan los cánones de hospitalidad y buenos modales, uno a uno fue saludando. Dos apretones de manos y un beso ¿Por qué a Gie le había parecido que también le había intentado besar? Tonterías.
-Por ahora, creo que voy a dejar a un lado las bebidas más “espirituosas”, jajajá. Lo mejor para vosotros, es sin duda, agua; el agua de aquí. La mejor del mundo. Y lo mejor del mundo para cuerpo y mente.
Qué rica, qué gratificante, qué... Pidieron otra ronda. Y esta vez -fuera vergüenzas- encantados de la vida ¿Qué mierda/ñec les estaban sirviendo en Ría? Se suponía que agua era agua en todas partes. Menudo descubrimiento. Teip se dirigió primero hacia Ist, el más cercano a su persona, pero también el más desconocido. Le preguntó por su nombre ¿Así que Ist? Los nombres rianos eran tan curiosos para su mundo... Bueno, vale, el suyo también tenía tela –rió- pero esa era otra historia. Pues estaba claro les habían embarcado a los tres, en una aventura que les estaría resultando de lo más extraño, y por eso convino ir poco a poco en su contribución para el aterrizaje en nueva realidad. Por ejemplo, ¿por qué no comenzar tuteándose, reciprocamente? ¿Estaban de acuerdo? Qué le iban a responder, el viejo era mister simpatía desde luego, lo cual invitaba a sentirse realmente cómodo en su compañía.
Читать дальше