Bárbara Cifuentes Chotzen - Chicos de la noche

Здесь есть возможность читать онлайн «Bárbara Cifuentes Chotzen - Chicos de la noche» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Chicos de la noche: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Chicos de la noche»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La vida de Verónica Boltron cambió cuando a los once años tuvo su primera parálisis del sueño. A diferencia de los casos normales de este trastorno tan común como el insomnio, ella sabe que forma parte del mito, aquel que dice que un espíritu está posado sobre ti cuando tu mente está despierta y tu cuerpo duerme. Como cualquier persona, se asustó cuando Chuck Fanning, el fantasma, le habló por primera vez, y le tomó varios meses ser su amiga y dejar de temerle.
Cinco años después, Chuck necesita su ayuda para escapar de un horrible destino y juntos emprenden una peligrosa aventura cuyo principal objetivo es la libertad.

Chicos de la noche — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Chicos de la noche», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Es Verónica, no necesita un buen anfitrión en esta casa.

Mientras me estiro, veo como la señora Clarson se acerca a nosotros para lo que creo que es ayudar a su hijo, pero no. De a poco se va acercando a la mesa de centro y no soy capaz de anticipar sus movimientos. La mujer toma con sus huesudas manos el libro que reposaba sobre el mueble y lee el título.

—¿ La parada de las almas ? ¿Qué andan leyendo?

Comienza a hojearlo de a poco, mi amigo se endereza al escuchar hablar a su madre. Me lanza una mirada para que haga algo y yo no puedo reaccionar, es como que las señales de mi cerebro no llegaran al resto del cuerpo.

—Los guardianes, las facciones, facción dos: Buscadores de cuerpo… ¿Qué es todo esto?

Mis ojos se abren a más no poder al escucharla leer el título en una de las hojas pasada la mitad. Le devuelvo la mirada a Floyd, quien se apresura a quitarle el libro a su mamá y luego lo deposita sobre la mesa.

—Es solo para una investigación que Verónica está haciendo —le explica, lo que algo de cierto tiene, empujándola por la espalda—. No sé cómo esperas que limpie todo esto si no me das una bolsa. Lamentablemente, se acabaron. ¿Podrías ir a comprar más, ma ?

Le hace entrega de las llaves que la madre dejó en la mesa al entrar, la empuja fuera de la casa y le cierra la puerta en la cara.

Cuando salgo de mi entumecimiento, corro a buscar la página que, gracias a Dios, la señora Clarson ha dejado algo arrugada y procedo a leer, con Floyd pegado a mí.

Su madre había encontrado el resto de la información que necesitábamos. Ahora solo falta desenterrarlo, recitar el hechizo y que este funcione.

Y, más importante aún, protegerlo de la muerte una vez más.

07

—Yo no voy a leer eso —objeta Floyd cuando terminamos de leer, apuntando a la página con el dedo índice y con una mueca de repulsión. Cierro el libro, preocupándome de marcar la página antes, y lo dejo sobre la mesa.

—No te preocupes, sabía perfectamente que yo iba a ser la que lo leería —respondo, echándome en el sillón. A pesar de que acabamos de despertar, mi cuerpo me pide a gritos que entre en un estado de hibernación eterno y no me preocupe de nada—. Lástima que no sé latín.

—Oh!! Siempre existe algo llamado traductor —contesta el moreno tirándose a mi lado. Estira su brazo hacia atrás y saca una palomita de las profundidades del sillón. Prometo que pensé por un segundo que se la iba a comer, pero en cambio la lanza hacia la televisión, donde rebota y cae al suelo.

—Algo me dice que es mejor recitarlo en el idioma en el que está escrito ¿No te has fijado que siempre lo hacen en el idioma original? Yo lo voy a hacer así también. Pronunciaré todo tal como se lee y ya está.

—Como quieras, pero si no funciona ahí voy a tener que estar yo con la traducción para sostener tu feo trasero —se queja. Toma el libro de la mesa y comienza a leer una vez más—. Creo que la tendría lista para esta noche, ¿lo quieres hacer?

—Mientras antes mejor. Juntaré todo lo que necesitamos y lo meteré en el maletero de tu auto. ¿Nos juntamos a las once de la noche? —pregunto, y me dispongo a escribir en mi móvil la lista de lo que necesitamos.

—Está bien.

Me hace entrega de las llaves de su vehículo que tenía en el bolsillo y me echa una mirada al recordar algo.

—Vamos a abrir una tumba, luego le vamos a poner la tierra de vuelta, ¿qué pensarán cuando vean la tumba fresca de alguien que se murió hace tiempo?

—Pensarán que es reciente —suelto sin más, reproduciendo la idea con la que soñé para encubrir este problema en la cabeza. Cuando ya está completamente decidido procedo a explicársela—: Compremos flores y las ponemos encima del nombre, muchas para que los visitantes y lo cuidadores piensen a simple vista que acaba de llevarse a cabo un funeral. Para cuando se marchiten no habrá cuerpo que buscar, esperemos que Chuck ya estará de vuelta a la vida y escondido en mi casa.

—¿Lo vas a esconder en tu casa? —pregunta, abriendo sus ojos con sorpresa—. ¿No crees que existe una gran posibilidad de que tus padres lo descubran?

—No lo creo, lo sé, y tú le vas a prestar ropa hasta que compremos. Lo que no puede hacer es volver con sus padres, les daría un ataque al saber que su hijo está vivo.

—No quiero hacer eso… Está bien lo haré, pero borra ese puchero feo. Qué bueno que usaremos guantes. Si dejamos pistas, tendremos muchos problemas —comenta, mirando ahora el techo blanco—. Y bolsas, también necesitamos de esas.

—¿Por qué bolsas? —pregunto, sin comprender de qué está hablando.

—Para que no nos rastreen por las huellas de los zapatos o algo así.

—Ah…, bien pensado.

Me sorprende que, por primera vez, el que se anticipa a los hechos es mi amigo y no yo. El mundo está cambiando severamente.

— Felicidades, Floyd, eres útil después de todo.

—Oye, cállate que sin mi estarías sola y complicada —dice, amurrado, retirando la mano que le había puesto sobre el hombro.

—Está bien gran y poderoso hombre rebelde.

El moreno me da una mirada severa, por lo que comienzo a temer su venganza. Mejor no me río más de él.

—Vas a pagar por deshonrarme.

A duras penas contengo las ganas de reír, pero se hace cada vez más difícil cuando mi amigo se lanza hacia mí, haciéndome cosquillas por todas partes, mientras yo trato de detenerlo.

El resto de la tarde, por lo que Floyd me cuenta, se dedica a intentar descifrar lo que dice el texto. Yo, en cambio, he tenido un día de lo más movido, de tienda en tienda en busca de palas, guantes, flores e, incluso, una camilla para transportar el cuerpo. Es obvio que ni Floyd ni yo lo vamos a cargar.

A las once de la noche de este domingo 5 de mayo me encuentro recargada en el auto de mi mejor amigo, esperando que se digne a salir de casa con el hechizo en la mano. Cuando se abre la puerta principal, y Floyd sale, le hago entrega de sus llaves.

—No puedo creer que estemos por hacer esto —comenta, ya manejando.

—Claro, porque desde chica he deseado cavar una tumba para quedarme con el cuerpo —justifico con sarcasmo. Estiro mi palma y al ver que no me pasa nada muevo los dedos y vuelvo a hablar—: ¿Qué esperas? Dame el ritual.

—No, yo lo llevaré a cabo, así que te mantendré en la incertidumbre.

—Pensé que no querías ser tú el que lo recitara.

—Cambié de opinión.

Toma una curva a la derecha y prosigue:

—Verás, cuando Chuck nos acompañe, me niego a llamar lo que va a pasar de otra manera, técnicamente, le deberá la vida a quien diga las palabras, por lo tanto, planeo hacerlo mi esclavo personal. Tengo que sacar algo de todo esto. Aunque sea, me deberá un favor.

Niego conteniendo una sonrisa. En unas horas, Chuck nos acompañará en carne y hueso. Podré verlo, tocarlo. No solamente escucharlo.

Pensaba que el giro inesperado lo había tenido a los once, resulta ahora que este debe de ser el verdadero.

Al llegar al cementerio, estaciona en una calle alejada, por las dudas, y me ayuda a sacar todo del maletero. Nos colocamos los guantes, la capucha y, por último, las famosas bolsas en los pies. Repartimos los implementos en dos mochilas y cada uno lleva una al hombro. Al final llevamos la camilla entre los dos. No pregunten cómo me la conseguí.

—¿Por dónde planeas pasar? —pregunta, cuando llegamos a un extremo del patio de tumbas. Creo que, para nuestra suerte, nadie nos vio cruzar la calle, ¿quién estaría cerca de un cementerio, casi a medianoche?

—Hace unos meses, vine para un funeral de un familiar. Si tenemos suerte, aún no han reparado la separación entre los barrotes que noté esa vez.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Chicos de la noche»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Chicos de la noche» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Chicos de la noche»

Обсуждение, отзывы о книге «Chicos de la noche» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x