Alexandra Granados - ¡No te enamores del jefe!

Здесь есть возможность читать онлайн «Alexandra Granados - ¡No te enamores del jefe!» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

¡No te enamores del jefe!: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «¡No te enamores del jefe!»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Roselyn Harper solicita puesto en la Ross Reserve Edition S.L, la mejor Editorial que hay en San Francisco. Y va a volcarse en su trabajo, porque no quiere escuchar la palabra «hombres» después de ganarse un corazón roto, cortesía de Blake Cox.
¡Ni en sueños va a volver a enamorarse!
Pero para su desgracia, el destino tiene otros planes. El flamante director editorial, Logan Ross, está a punto de cruzarse en su camino, y así cambiar sus prioridades. ¿Quien no sucumbiría a semejante hombre? ¿Qué pasará cuando las hormonas manden por encima de la lógica? ¿Serías capaz de sacrificar quién eres, y lo que eres por amor?

¡No te enamores del jefe! — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «¡No te enamores del jefe!», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Le digo que el Director me ha enviado a que firme los papeles y la documentación de mi contrato y ella me pide que entre de nuevo a la oficina en la que estuve ayer.

—Enseguida te llevo los documentos, querida.

Observo de reojo cómo su cabello rubio recogido en una trenza se mueve al ir hacia el despacho de Alan Payne e imagino que ella tiene mucha confianza con él. No puedo evitar preguntarme si entre ellos ha podido pasar algo alguna vez.

¿Por qué piensas eso?, me pregunto inquieta.

Supongo que la confianza con la que les oigo hablar casi en susurros es la que me hace tener esa inquietud. Y no entiendo la razón. Sobre todo porque ahora mismo mi primera preocupación debería ser intentar quitar la mancha de aceite en mi pantalón de seda.

Voy directa a la expendedora de agua y con un trozo de paño que encuentro en un rinconcito comienzo a frotar con fuerza en la zona de la mancha. Mi olfato me dice que sí que huele fuerte a fritanga y creo que se me cae la cara de vergüenza al entender la ironía que ha salido de los labios de Logan Ross.

¡Parece atractivamente insufrible!

—¿Su pantalón es su enemigo hoy, señorita Harper?

Doy un brinco del susto al oír la voz de Alan Payne con tono risueño y dejo el paño quieto. Alzo los ojos lentamente y los fijo en la expresión encantada del Director de Recursos Humanos. De nuevo puedo vislumbrar en él una forma de andar amanerada al caminar hacia mí.

¿Qué pasa con él?

—Aquí traigo su contrato, y unos documentos que tiene que leer y firmar por la Ley de Protección de Datos —murmura poniendo en la mesa ovalada los papeles—. Grace ya me dijo que recibió la tarjeta de crédito y la tarjeta de acceso de entrada al edificio. En breve también, cuando supere el periodo de prueba se le entregara otra tarjeta para asegurarle gastos imprevistos laborales.

—¿Gastos imprevistos?

—Sí, cómo echarle gasolina al coche para venir a trabajar, reservar un viaje para ir a algún evento publicitario de la editorial, o bien renovar su vestuario para actos sociales.

Abro y cierro la boca como gesto automático sin saber qué decirle. ¿De verdad ese empleo es real?

—¿Evento publicitario?

—Al ser trabajadora de nuestro grupo tiene usted la obligación de acudir a los eventos sociales que se le requieran, querida —me dice Alan encantado con las noticias que está dando—. Si acude sola o en compañía de alguien ya es asunto suyo, por supuesto.

Afirmo, sentándome a su lado en la mesa y procedo a leer los documentos que tengo ante mí con sorpresa. No sé qué llama más mi atención, si los beneficios sociales que voy a tener en cuanto supere el periodo de prueba que lo han estipulado en los tres primeros meses, o el hecho de que directamente el contrato sea indefinido.

—¿El seguro médico también está incluido? —pregunto cuando llego a ese párrafo en concreto, pensando en mi madre y en los gastos que supone su tratamiento.

—Para usted, su marido o pareja legal si es que lo tuviera e hijos —responde.

—¿Padres y otro tipo de familiar no?

Alan niega y mi corazón se encoje un poquito de desilusión. No puedo evitar sentirme algo pequeñita ante la posibilidad que se había abierto para mí al imaginarme que incluso en eso la empresa podría ayudarme, pero supongo que esa opción hubiera sido tener demasiada suerte.

Bastante cosas ofrecen ya de por sí.

—Estoy de acuerdo con todo —murmuro minutos después echándole firmitas a todos los lugares dónde sale mi nombre.

—Entonces oficialmente te doy la bienvenida a Ross Reserve Edition SL —me dice él ofreciéndome su mano para que se la estreche. Lo hago encantada—. Cualquier duda que tenga con respecto al contrato o cualquier problema que tenga en su día diario en el ámbito laboral, puede contar conmigo.

Le doy las gracias y cogiendo las copias que son para mí me dirijo a la puerta con ganas de empezar a ser productiva. Quiero demostrarles que la confianza que han puesto en mi va a ser retribuida y con creces.

—Señorita Harper, una última cosa antes de irse.

Me giro hacia él con expresión curiosa.

—¿Qué le pareció el Titán de la Editorial?

El tono con el que pronuncia el apodo del Director me causa gracia y vergüenza a partes iguales. Creo que Alan se da cuenta porque me mira de una forma especial. Como rara diría yo.

—Ha sido interesante, cuánto menos —respondo optando por ser diplomática—. Al menos me ha explicado claramente cuáles van a ser mis funciones.

—¿Y está de acuerdo con ellas?

—Encantada de la vida, señor Payne —respondo feliz.

Y creo que la sonrisa que él muestra en contestación a mi comentario podría enamorar a cualquier persona, independientemente del género sexual que sea.

CAPÍTULO 4

“La belleza a veces te puede dar acceso

a lugares que ni en sueños hubieras imaginado.

Cuídate bien de las esfinges que envidien la luz que hay en ti.

Harán lo que sea para arrancarte los ojos si creen que

te apoderarás de algo que creen que es suyo”.

E l reloj señalan las tres de la tarde y mi estómago ya está empezando a exigirme alimento si quiero seguir trabajando más. Le acaricio con suavidad tratando de llamarle a la calma. Te alimentaré con una carne suculenta con patatas fritas y una coca cola de bebida , le tiento con picardía. Sé que es uno de mis platos favoritos así que no me pondrá problema.

Miro las cuatro pilas que he llegado a organizar de papeles, diferenciándolos entre nuevas propuestas, consultas de autores y solicitud de asistencia a eventos a la Dirección y suelto un poco de aire resoplando ante la ardua tarea de la mañana. Y eso que no he leído en profundidad cada consulta. Lo peor llegará cuando tenga que leer todo con calma y tiento y empiece a dar respuestas.

Pero ya será más tarde.

Miro mi despacho ahora y el olor a desinfectante, a pino del parquet y a limpia cristales inunda mis fosas nasales y me calma. Es una maravilla estar allí ahora. Tomo un post—it del escritorio y anoto en la primera hoja que encuentro “comprar ambientador” para darle buen olor a la estancia.

Giro a la derecha para mirar el ordenador y me quito el pelo del flequillo que se ha escapado de mi recogido con el trajín del día. Supongo que necesito un descanso para la comida y después ya me pondré a revisar qué cosas hay en el ordenador. Imagino que las consultas de los autores no sólo serán físicas, sino digitales.

—Y eso me encargaré de averiguarlo después —digo en voz alta cogiendo mi bolso.

Cierro la puerta, apagando la luz antes y me dirijo hacia el ascensor. Mi vista inevitablemente se escapa a mirar hacia el lugar dónde debería estar Logan Ross y siento la tentación de ir allí para saludarle. Tal vez es mi ego el que habla ahora, no lo sé, pero me gustaría que viera con sus propios ojos el trabajo tan arduo que he realizado en la mañana.

—Como eres Roselyn.

Pulso el botón de llamada del ascensor y saco esas ideas de mi cabeza. Cuanto menos me cruce con Logan Ross mejor.

Salgo a la recepción y voy directa hacia dónde está sentada Grace. Ella me saluda efusivamente cuando me ve llegar.

—Hola, novata —susurra contenta—. Ya pensé que iba a tener que subir a buscarte para secuestrarte para la comida.

—¿Sí?

—¡Claro! Imaginé que no sabrías a dónde ir para comer, y supuse que te vendría un poco de compañía —añade desconectando la centralita y cogiendo su bolso y su chaqueta—. Alyssa ha ido a por el coche. Vamos a comer a un lugar espectacular.

—¿Alyssa?

—Sí, es mi prima, ¿no se nota que ambas somos italianas?

Hace una mueca con el rostro de coquetería y no entiendo esa referencia al asunto de ser italiana, pero me río por compromiso. Su forma de expresarse es auténtica la verdad, eso me gusta.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «¡No te enamores del jefe!»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «¡No te enamores del jefe!» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «¡No te enamores del jefe!»

Обсуждение, отзывы о книге «¡No te enamores del jefe!» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x