Creo que el desacierto está en presentarnos a los santos como seres etéreos, con superpoderes, a los que nunca, desde nuestra pequeñez, podremos imitar, y no como seres humanos sufrientes, como nosotros, con heridas, pasiones, envidias, problemas y dificultades varias que tratan de resolver y superar. San Camilo fue un hombre normal, cargado de heridas, que fue capaz de utilizarlas para dar el salto hacia la sanación propia y de los demás. Esto le hace cercano y accesible.
Los rasgos de personalidad son atributos personales que constituyen patrones de comportamiento estables, pensamientos y emociones, en mayor o menor medida. El modelo de los cinco factores (FFM) es una de las taxonomías más estudiadas en el mundo de la personalidad. Los rasgos más descriptivos se combinan en cinco dimensiones.
Aunque hay muchas clasificaciones de los rasgos de personalidad, vamos a seguir la propuesta por Parks-Leduc, Feldman y Bardi, que analizan estos cinco rasgos y sus componentes:
1) Abiertos a la experiencia. Se considera una persona abierta a la experiencia aquella que es curiosa, intelectual, imaginativa, creativa, innovadora y flexible. Por oposición estaría la persona rígida y con una mente cerrada, superficial y simple.
2) Amables. Entrarían en este rasgo las personas bondadosas, cooperativas, simpáticas, confiadas y capaces de perdonar. Por oposición estarían las personas groseras, egoístas, hostiles, poco cooperativas, desagradables y de difícil trato.
3) Extrovertidos. Las personas sociables, comunicativas, optimistas, ambiciosas, asertivas, que buscan recompensas, abiertas y enérgicas. Por oposición estarían los introvertidos, tímidos, reservados, callados y poco aventureros.
4) Conscientes y con conciencia. Formarían este cuarto grupo las personas organizadas, responsables, confiables, ordenadas, eficientes y tenaces para conseguir los logros. Por oposición estarían los desorganizados, perezosos, irresponsables, descuidados y poco rigurosos.
5) Estables emocionalmente. En este último grupo de rasgos de personalidad encajan los tranquilos, seguros de sí mismos, estables, resistentes y equilibrados. Por oposición estarían los neuróticos, nerviosos, inseguros, temerosos y ansiosos.
Camilo tiene atributos de los cinco rasgos de personalidad y algunas de las características opuestas, las cuales pondrá a su servicio en favor de los enfermos. Veamos un ejemplo.
De los rasgos del primer apartado, Camilo es fundamentalmente imaginativo, creativo e innovador. Es capaz de soñar y hacer realidad su sueño. Su creatividad y originalidad se ven claramente en la manera de proponer el cuidado: «Cuidar como una madre cuida a su hijo enfermo», creatividad que se traduce en innovación de técnicas de aprendizaje concretas para enseñar a sus seguidores a cuidar a los enfermos, como el role-playing, el aprendizaje por modelado y el aprendizaje significativo, que con tanta destreza sabe transmitir. Esto no es más que una manera creativa, gráfica, sencilla y profunda a la vez de hacer un manual del cuidado.
En lo referente al punto 2, podemos decir que Camilo no era precisamente amable en el trato; sin embargo, toda la rudeza de su relación y la exigencia a sí mismo y a los demás se tornaba amabilidad cuando estaba con los enfermos. Camilo era bondadoso y colaborador, no derrochaba simpatía, pero era capaz de perdonar. En este punto se podría decir que Camilo, en ocasiones, podría resultar a los ojos de los demás una persona desagradable y de difícil trato, pero esta actitud estaba asociada principalmente a su alta exigencia.
A primera vista, Camilo no encaja globalmente en las características del grupo 3, ya que es un hombre rudo, exigente, rígido, riguroso a la hora de desarrollar sus creencias, estricto al exigir lo que él creía que tenía que hacerse y cabezota. No se ajustaría al rasgo de personalidad amable con la gente en general, pero lo que es innegable es que era entrañable, tierno, extremadamente sensible, cordial, afectuoso y «maternal» con los enfermos. Es como si tuviese una doble personalidad, la de líder exigente, severo y riguroso a la hora de defender y exigir los derechos de los enfermos, pudiendo llegar a ser brusco y de difícil trato, y la personalidad de siervo sumiso y apacible, dulce y suave, a la hora de estar con los enfermos.
Las características del grupo 4 parecen estar hechas a la medida de Camilo. Todo el desastre de su juventud se torna en responsabilidad cuando encuentra su camino. Su autoexigencia se traduce en sistematicidad y capacidad organizativa, y, sobre todo, su personalidad tozuda y obstinada se transforma en una tenacidad que le lleva a alcanzar sus logros.
Camilo también encaja con las cualidades de personalidad del grupo 5, ya que es evidente que es un personaje con una alta seguridad en sí mismo, seguridad que le viene de entender que hace lo que Dios le pide, y esa seguridad se traduce en resistencia personal, a pesar de sus heridas, no solo físicas, sino emocionales y sociales, originando un «equilibrio estable» en la consecución de sus objetivos.
Cosmacini dice: «La mordaz pluma de Giovanni Papini lo describirá como un joven “fantasioso, desvergonzado y extravagante”, es decir, caprichoso, licencioso y un tanto excéntrico» (pp. 12-13).
Si seguimos las teorías de Eysenck, podremos entender los rasgos de personalidad de Camilo. Para Eysenck, la personalidad tiene una serie de rasgos que se agrupan en tres dimensiones:
- Extroversión frente a introversión, cuyos rasgos más significativos son la sociabilidad, actividad, asertividad, despreocupación, dominación y audacia.
- Neurotismo frente a estabilidad emocional, con rasgos como ansiedad, depresión, sentimientos de culpa, tensión, baja autoestima, timidez y mal humor.
- Psicotismo frente a control de impulsos, cuyos rasgos son, entre otros, agresividad, frialdad, egocentrismo, impulsividad, creatividad y dureza.
Camilo también presenta rasgos de las tres categorías, como la actividad, vivacidad, asertividad, tensión, creatividad y dureza. Sin embargo, se va haciendo y va modulando su personalidad en función de los enfermos. Está más que probado científicamente que el ambiente influye en la personalidad, y especialmente los factores socioculturales, como demostraron Schultz y Schultz, y los diferentes escenarios ambientales por los que pasó Camilo ejercieron una influencia en él a lo largo de su vida.
A modo de resumen podemos decir que los rasgos más significativos de la personalidad de Camilo y que son determinantes para convertirse en un sanador son: personaje buscador, vividor, intuitivo, cabezota, jugador, trabajador; lavaba, cosía, siempre buscando el bien de los enfermos más pobres y abandonados, disponible, impulsivo en sus años jóvenes ante la herida, que se rascaba sin control, y en su madurez, porque cuando siente un «impulso» interior lo persigue hasta el final. Creativo en lo relativo al cuidado de los enfermos, humilde y sensible.
En el libro coordinado por Álvarez y Bermejo, Diez miradas sobre Camilo de Lelis, una de ellas la realiza el periodista Julián del Olmo, y dice de Camilo refiriéndose a su personalidad, después de hacerle una supuesta entrevista:
La tarde cae y doy un paseo por las calles de Roma, pero mi mente y mi corazón siguen con Camilo. Lo veo enorme por dentro y por fuera. Temperamental y tierno al mismo tiempo. Pobre hasta el extremo con él y generoso con los demás. Hombre de Dios y de los hombres. Enfermo incurable y sanador de enfermos. Santo fuera del guion establecido, lo que, sin duda, le hace más admirable e imitable (p. 23).
Para Dolores Aleixandre, Camilo es «una especie de “trotamundos” que recorrió un sinfín de lugares: Nápoles, Corfú, Palermo, Bolonia, Túnez, Pescara, Milán, Lombardía, Mantua, Nola, Padua, Génova, Florencia, Ferrara, Viterbo...» (ibid., p. 31).
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