———— (1912). Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico. Obras completas . Tomo XII. Buenos Aires: Amorrortu. 1987.
———— (1913). Sobre la iniciación del tratamiento . Obras completas . Tomo XII. Buenos Aires: Amorrortu. 1987.
———— (1938). La escisión del yo en el proceso defensivo. Obras completas. Tomo XXIII. Buenos Aires: Amorrortu. 1987.
Kaës, R. (1989). Realidad psíquica y sufrimiento en las instituciones, en AA. VV. La institución y las instituciones . Buenos Aires: Paidós. 1998.
Racker, H. (1960). Estudios sobre la técnica psicoanalítica . Buenos Aires: Paidós.
Valeros, J. A. (2007). Sobre la diversidad de teorías psicoanalíticas . Ateneo APdeBA. Pre-simposio.
Winnicott, D. (1965). El proceso de maduración en el niño . Barcelona: Laia.
1Parte de este capítulo fue presentado en la Primera Jornada de la Estructuración de la Subjetividad de las cátedras de Estructuración de la Subjetividad de la Universidad del Salvador (USAL), organizada por el Dr. Horacio Rotemberg y Mag. Oscar Alfredo Elvira, 2016.
2En el capítulo 4 desarrollaré con mayor detenimiento estas ideas.
3Elvira, O. A., Liderazgo y poder en la institución psicoanalítica , Buenos Aires: Biebel, 2016.
4En términos de M. Klein, el interjuego permanente entre la posición esquizo-paranoide y la posición depresiva (PEP<>PD).
5En el capítulo 4 habré de extenderme detenidamente en la obra de este autor.
6Winnicott, D., El proceso de maduración en el niño , Barcelona: Laia, 1965, p. 131.
7Esta idea fue sugerida por el Lic. Omar Asan, a quien le agradezco.
8Kaës, R., Realidad psíquica y sufrimiento en las instituciones, en AA. VV., La institución y las instituciones , Buenos Aires: Paidós, 1998. Por mi parte, desarrollé este tema en Liderazgo y poder en la institución psicoanalítica (2016). Expreso allí que la institución nos introduce en el lenguaje de la tribu, sus usos y costumbres, que necesariamente conlleva a una frustración narcisista y dolor. Es el precio a pagar por nuestra condición de seres gregarios. Necesitamos ser con otros para ser nosotros mismos. Esto no obstruirá que cada uno de los integrantes de un colectivo pueda aportar nuevas miradas para modificar lo instituido desde lo instituyente, producto de ocupar un lugar activo al proponer cambios con otros semejantes que lo consideran acordes a fines y necesarios para el bien de ese colectivo en permanente devenir en la lucha entre lo anquilosado y lo nuevo. No es un comentario no literal, sino una ampliación desde mi perspectiva.
9Freud, S., Tratamiento psíquico (tratamiento del alma), Obras completas , tomo I, Buenos Aires: Amorrortu, 1987.
10Freud, S., Correspondencia, Carta 69, Obras completas , tomo I, p. 301, Buenos Aires: Amorrortu, 1987.
11Freud, S., Sobre Psicoterapia, Obras completas , tomo VII, p. 248, Buenos Aires: Amorrortu, 1987.
12 Ídem , p. 252.
13Freud, S., Sobre la iniciación del tratamiento, Obras completas , tomo XII, p. 125, Buenos Aires: Amorrortu, 1987.
14Racker, H., op. cit ., p. 29.
15 Ídem , p. 83.
16 Ídem , p. 70.
17Bleger, J., Simbiosis y ambigüedad , Buenos Aires: Paidós, 1972, p. 11.
18 Ídem , p. 140.
19 Ídem , p. 45.
20Bleger, J., Simbiosis y ambigüedad , Buenos Aires: Paidós, 1972, p. 236.
21Interpretar, integrar al análisis este mundo desconocido lo llevará a lo que S. Ferenczi denominó el estadio de la omnipotencia de los gestos mágicos , que se produce luego del nacimiento y cuando el bebé introduce una nueva manera de comunicación con la madre, preverbal y con gestos que dan cuenta del mismo.
22Etchegoyen, H. R., Los fundamentos de la técnica psicoanalítica , Buenos Aires: Amorrortu, 1986, p. 543.
23 Ídem , p. 479.
24 Ídem , p. 479.
25 Ídem , p. 485.
26 Ídem , pp. 485-486.
27 Ídem , p. 486.
28 Ídem , p. 488.
CAPÍTULO 2
Clínica psicoanalítica de niños.
Sus albores y desarrollos.
Propongo jugar, aunque más no sea por unos instantes, a la idea de que en una sesión de análisis es posible prescindir de la percepción visual del paciente.
Ricardo Carlino
Sigmund Freud y Sándor Ferenczi descubren e indagan un nuevo territorio ligado a los primeros años de vida y a la vida fetal. Revelan una nueva cosmovisión sobre los albores de lo mental. El material clínico lo aportan los padres de esos niños “pacientes”. S. Freud, con Juanito, devela el mundo infantil; S. Ferenczi, con el niño Arpad (el pequeño hombre gallo), sigue el camino del fundador del psicoanálisis respecto de la importancia del entramado mental de un infante y abre nuevas bifurcaciones dentro de los caminos del psicoanálisis, que conducirán en poco tiempo a la aparición de M. Klein y las contribuciones seguirán hasta nuestros días, con José Valeros, entre otros.
Transcurrido más de un siglo de aquellos descubrimientos, podríamos preguntarnos: ¿Cuál fue el aporte nodal de estos descubrimientos al psicoanálisis y a la comprensión humana? ¿Qué lugar ocupó en este entramado histórico lo interno y lo externo en la investigación del psiquismo humano? ¿Qué factores estaban en juego en el entramado cultural, dentro del psicoanálisis y de la sociedad en que este desarrollaba las investigaciones? ¿Cuál fue la necesidad en la institución psicoanalítica para la comprensión del psiquismo temprano y de qué materia prima se proveyó para sus investigaciones?
Sigmund Freud indagó (una vez alejado lo suficiente de la impronta psiquiátrica de su época) sobre la construcción inconsciente subjetiva de la mente y el papel vital de la psicosexualidad humana, cuyas raíces profundas se encontraban en los primeros años de vida. Formuló los Tres ensayos de teoría sexual (1905) y radicalizó su investigación sobre la importancia de la libido sexuada. Ya contaba en su entorno con un grupo fundacional ligado a sus ideas investigando sobre la sexualidad en los primeros años de vida. Entre los que pertenecían a su círculo íntimo y se analizaban estaban los padres del pequeño Hans o Juanito (S. Freud, 1909). La “linda madre”, según S. Freud, Olga König-Graf, 1su analizada, y el padre, Max Graf, quien participaba del grupo de los miércoles y se nutría de las investigaciones psicoanalíticas que provenían del maestro y su entorno. En la reunión científica del 1 de abril de 1908, S. Freud señala: “Algún día debería investigarse de qué manera las impresiones infantiles influyen no sólo en las enfermedades ulteriores sino también en las grandes realizaciones.” 2
El entramado cultural de fines del decimonónico siglo y comienzos del XX era sumamente reacio a pensar el psiquismo de un niño y, en particular, especular que la sexualidad jugara un papel preponderante para su conformación actual y futura. Además, para aquellos pioneros, era sumamente complejo e imposible conseguir que los padres de niños aquejados de patologías psíquicas consultaran a un psicoanalista. Fue necesaria la colaboración de quienes estuvieran consustanciados con “la causa”. En este sentido, cupo al padre de Juanito proveer de material clínico a S. Freud. Se podría decir, desde nuestra actualidad y a la luz de los desarrollos alcanzados por el psicoanálisis, que fue un supervisor más que un analista. Pero un supervisor muy especial, porque fue quien rasgó en las profundidades de la mente del niño y estimuló al padre a escuchar a ese niño y registrar las fantasías que albergaba en su interioridad.
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