A esta altura de la discusión, la conexión entre este antiguo programa de investigación filosófica –originado a partir de Rules for the Direction of the Mind de Descartes– y las ideas de Frege debería emerger a la vista. Porque, de acuerdo con Frege, la lógica es una teoría del pensamiento ideal no-psicológica; 10y, en segundo lugar, su deuda con Characteristica Universalis de Leibniz se reconoce explícitamente en un pasaje bien conocido donde dice:
No deseo presentar una lógica abstracta en fórmulas [con la invención de la notación conceptual] sino expresar un contenido a través de símbolos escritos del modo más preciso y perspicuo que sea posible en palabras. De hecho, deseaba producir, no un mero Calculus Ratiocinator , sino una Lingua Characteristica en el sentido leibniziano (Frege, 1972: pp. 90–91).
Ahora bien, para abordar la cuestión de cómo la filosofía del pensamiento se relaciona con la tesis de la prioridad y, eventualmente, con el giro lingüístico, necesitamos indicar qué queremos decir mediante la expresión “tesis de la prioridad”. La tesis de la prioridad es la idea de que, en el orden de la explicación, el lenguaje es previo al pensamiento, esto es, a partir de una correcta teoría del lenguaje es posible obtener una rigurosa teoría no-psicológica del pensamiento, y no hay otro modo de obtener una rigurosa teoría no-psicológica del pensamiento. Ahora bien, la tesis de la prioridad no es vista por los filósofos analíticos como autoevidentemente verdadera sino como dependiendo de: (i) la llamada “tesis isomorfista” (compartida por Frege y otros) y (ii) la idea de que si tuviéramos que desarrollar una teoría del pensamiento independientemente del lenguaje no podríamos prescindir en nuestro trabajo de la psicología.
Los filósofos analíticos creen, por un lado, que la tesis de la prioridad depende de la tesis isomorfista porque es la existencia de un isomorfismo entre una proposición y el pensamiento expresado por ella 11lo que explica la razón por la cual se estudia el lenguaje, es decir: el estudio de las estructuras de las proposiciones, etc. debe reposar en una rigurosa teoría no-psicológica del pensamiento. Por otro lado, piensan que la tesis de la prioridad también depende del anterior punto (ii), porque si tuviéramos que desarrollar una teoría del pensamiento independientemente del lenguaje no seríamos capaces de distinguir entre un pensamiento y aquello que está involucrado en el proceso de pensar sobre él (psicología).
Habiendo mostrado cómo la idea de una filosofía del pensamiento se relaciona con la tesis de la prioridad, tenemos que decir algo sobre lo que todo esto tiene que ver con el giro lingüístico.
De acuerdo con Dummett:
Lo que distingue a la filosofía analítica, en sus diversas manifestaciones, de otras escuelas es la creencia, en primer lugar, de que una explicación filosófica del pensamiento puede obtenerse a través de una explicación filosófica del lenguaje, y, en segundo lugar, que solo así puede obtenerse una explicación comprensiva. (Dummet, 1993: p. 57 de este volumen).
Ahora bien, aparte del asombroso parecido que existe entre los dos “axiomas” en la cita anterior y la tesis de la prioridad, parecería que, para Dummett, la característica principal de la filosofía analítica –el giro lingüístico– consiste simplemente en la aceptación de sus dos axiomas y la tesis de la prioridad. Pero si nuestra interpretación de Dummett es correcta, ello no es enteramente justificable. Porque, mientras que el rango de aplicación de la tesis de la prioridad y los axiomas de Dummett se limita a la teoría del pensamiento, si observamos la evidencia provista por la historia de la filosofía, observamos que el análisis lógico del lenguaje es el método adoptado por los filósofos analíticos de otros signos. Ello, por supuesto, implica que necesitamos una definición de “giro lingüístico” que trascienda la tesis de la prioridad (de ahora en adelante, ya no repetiremos “y los axiomas de Dummett”).
Si por “giro lingüístico” queremos dar cuenta de la creencia de que el análisis lógico del lenguaje es el método que debe ser adoptado para hacer filosofía de un modo riguroso, 12fácilmente podemos ver que el giro lingüístico, además de ser una realización del segundo requisito de Descartes para que un filósofo conduzca su búsqueda de la verdad (ver p. 22), se parece mucho a una generalización de la tesis de la prioridad para cualquier rama de la investigación filosófica. Pero ¿qué pudo haber justificado tal generalización contribuyendo, de ese modo, a la aceptación del giro lingüístico entre los practicantes de la filosofía analítica? Esta es una pregunta legítima para hacer, debido a: (a) la carencia de una similitud obvia y relevante entre campos tan distintos el uno del otro como la filosofía del pensamiento, la filosofía de la ciencia, la ética, la filosofía del derecho, etc.; y (b) las dudas que incluso algunos de los padres fundadores, o abuelos, de la filosofía analítica tuvieron sobre la tesis de la prioridad, sin mencionar el giro lingüístico. Un ejemplo notable de un filósofo del tipo (b) es el de Frege. Como recuerda Dummett: 13
Pues su versión oficial [de Frege] es que no es intrínseco a los pensamientos el ser expresados en el lenguaje, y que no hay contradicción en suponer seres que puedan captarlos en su desnudez, desprovistos de ropaje lingüístico, pero que “es necesario para nosotros los hombres que un pensamiento del cual somos conscientes esté conectado en nuestra conciencia con una u otra oración”.
Por lo tanto, para Frege, la tesis de la prioridad, en su completa generalidad, es, estrictamente hablando, falsa, como sería falso el segundo de los “axiomas gemelos” cuya aceptación, para Dummett, se encuentra en la raíz del giro lingüístico. Hay, sin embargo, ocasiones en que una versión restringida (para humanos) de la tesis de la prioridad pareciera estar mirando por encima del hombro de Frege, en el papel de la asunción implícita, dentro de algunos de sus razonamientos. Quizás uno de los casos más conocidos se encuentre presente en §62 de The Foundations of Arithmetic donde, mediante el principio del contexto, Frege explica cómo nos son dados los números en la formulación de criterios de identidad (para números) en el lenguaje. 14Por otra parte, su propósito de producir una notación conceptual, en lo que respecta a la filosofía, no es el de causar el giro lingüístico sino el más modesto de eliminar el “ruido” que el lenguaje ordinario produce en las discusiones filosóficas. 15
Todas estas consideraciones nos conducen a concluir que en Frege parece no haber una “ruta interna” conducida por la tesis de la prioridad, o por los axiomas gemelos de Dummett, hacia el giro lingüístico. Lo que encontramos, más bien, es la exclusión del pensamiento de la mente, una teoría del pensamiento emitida en términos de una teoría de las leyes de la verdad (lógica) y una notación conceptual que nos es presentada como una herramienta útil para el filósofo, para ser usada contra los poderes hechizantes del lenguaje ordinario sobre el espíritu humano.
Por otra parte, si vamos a extender nuestra mirada más allá de Frege, y los filósofos considerados por Dummett en su libro, quizás podamos encontrar una explicación plausible para la aparición y la aceptación del giro lingüístico. Y, en efecto, podemos encontrar tal explicación en el descubrimiento trascendental de Russell de que “[l]a aparente forma lógica de una proposición no necesita ser la suya real”. 16Como es bien sabido, cuando Russell reveló, a través de ejemplos concretos, la forma lógica real de las proposiciones, el análisis lógico del lenguaje pareció tener un impacto exitoso sobre: (1) la disolución de las paradojas lógicas, teóricas-fijas y semánticas; (2) la eliminación de las dificultades concernientes a la denotación; y (3) la metafísica – via la doctrina del atomismo lógico de Russell/Wittgenstein. Fue solo entonces cuando parte de la comunidad filosófica se convirtió al giro lingüístico. 17
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