J. R. Johansson - Condenado a muerte

Здесь есть возможность читать онлайн «J. R. Johansson - Condenado a muerte» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Condenado a muerte: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Condenado a muerte»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Por primera vez en más de una década Riley tiene esperanza. Nuevas pistas podrían evitar que su padre sea ejecutado por unos
asesinatos de los que se le acusó
injustamente. Sin embargo, tras perder su última apelación, la condena se vuelve inminente y Riley se embarca en una carrera contra reloj para demostrar su
inocencia. Pero ¿merece su padre ser salvado? Una confesión desesperada pondrá a prueba la convicción de la joven, hará que comience a dudar de todo y de todos, e incrementará su empeño para desenterrar la verdad. Riley no descansará hasta que se haga
justicia, incluso si eso significa perder a su padre para siempre.

Condenado a muerte — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Condenado a muerte», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Dejando de lado los días de visita, mañana será el primero que no abriré una carta de mi padre por primera vez desde que tengo uso de razón. Me siento vacía, sola, y me duele el alma. Solo han pasado unas horas, pero ya me arrepiento del modo en que me he ido de Polunsky. Mi padre insistía en que siguiéramos hablando. Quizá podría haberle rogado que me lo explicara todo. Quizá podría haber logrado descifrar si me ha contado una verdad espantosa... o la peor de las mentiras, una diseñada para alejar a su familia.

Y ahora es demasiado tarde para conseguir respuestas. Ahora no puedo abrir ninguna de sus cartas o hablar con él hasta la semana que viene, y no sé cómo voy a poder soportarlo.

Llevo sola gran parte de mi vida, pero nunca me había sentido así de abandonada.

Ojalá tuviera a alguien a quien llamar, que viniera aquí conmigo, a este parque de noche, y me hablara. Los amigos están para eso, pero yo no tengo ese tipo de amigos, ya no. Solo puedo tenerlos si les miento, y sé por experiencia que la verdad siempre termina saliendo a la luz. La gente pone distancia cuando cree que la idea de matar corre por tus venas.

Y si me creo lo que mi padre me ha confesado, puede que tengan razón... al pensar que todo este tiempo he estado equivocada respecto a él.

Saco la botella y doy otro sorbo. Hace rato que ya no siento la quemazón que me produjeron los primeros tragos. Esta ha sido reemplazada por una tibieza que por ahora me hace sentir menos sola.

Sin embargo, esa tibieza también empieza a irse, me congelo de nuevo... y me quedo más sola que nunca.

Balanceo la botella frente a mis ojos. La sostengo en alto y miro a través de la luz de la luna cómo el líquido ámbar se mueve de un extremo al otro. Tengo los dedos entumecidos, pierdo agarre y la botella se cae a la arena.

—Mierda.

De un salto me bajo del columpio y busco la botella, aunque ya está casi vacía. Cuando la levanto para verla a la luz de la luna, el líquido está más arenoso que antes.

—Maldita sea.

Me desplomo y sin querer se me cae el teléfono cuando me estiro para coger el ron. El móvil se voltea y cae en la arena con un golpecito sordo. La pantalla se enciende y veo que tengo algunas llamadas perdidas de un número que no reconozco. Probablemente se hayan equivocado.

Me giro boca arriba y miro fijamente el cielo estrellado. Cada una de las estrellas parece estar titilando y centelleando para mí. Siento que ya no hay nada permanente en mi vida, que no queda nada constante o seguro.

¿Cuántas veces ha declarado mi padre su inocencia a lo largo de los años? ¿Mil? ¿Mentía entonces? ¿O miente ahora? ¿Cuántas veces tienes que mentir a alguien que amas para que todo lo que compartes con ese alguien se convierta en mentira?

Cojo la botella, me siento y la tiro lo más fuerte posible. Escucho un estruendo de cristales rotos contra las piedras del estanque. Mi ira desaparece tan rápido como ha llegado. Siento la mano tan vacía como yo. ¿Y si mi padre no hablaba en serio? ¿Y si alguien lo ha obligado a mentir? ¿Y si...?

Un silbido suave sale de las sombras detrás de mí, y me vuelvo para enfrentarme a la oscuridad. Mis movimientos son demasiado rápidos para mi estado actual, y me caigo a un lado. La cabeza me da vueltas.

—¿Quién... quién hay ahí? ¿Quién eres? —pregunto cuando encuentro las palabras que quiero decir.

—Tranquila, Riley.

Una figura alta y sin duda masculina entra en la zona iluminada por la luna, pero no logro enfocar la vista. Camina hacia mí con las manos levantadas. Yo retrocedo un poco, y él reduce el paso.

Se queda a apenas unos metros de mí. Por fin veo con claridad y, cuando lo reconozco, no puedo creer que sea él.

—¿Jordan? ¿Qué... qué estás haciendo aquí?

—Me has llamado y me has pedido que viniera. ¿No te acuerdas? —dice, levantando las cejas oscuras y sonriendo.

Las llamadas perdidas en mi teléfono... ¿Era él tratando de comunicarse conmigo? Gruño, avergonzada, e intento cruzar los brazos, pero termino entrechocándolos dos veces hasta que lo consigo. Bajo la vista y veo un papelito blanco debajo del columpio. No necesito recogerlo para saber que es su número. Sinceramente, no recuerdo haberlo llamado, pero sí que no he parado de pensar que me gustaría tener a alguien a quien llamar.

Y parece que lo he encontrado.

Me llevo una mano a la frente sin saber muy bien cómo pedirle disculpas.

—No puedo creer que hayas venido. Lo siento mucho, mucho.

Jordan se acomoda a mi lado en la arena, con sus largas piernas estiradas frente a él.

—No lo sientas. Me alegra que me hayas llamado.

Me lo quedo mirando e intento leer su expresión a la luz de la luna. Tiene la vista clavada al frente, pero no parece estar molesto o incómodo. Me relajo un poco y me echo hacia atrás para poder descansar la cabeza, que me está empezando a dar vueltas de nuevo.

Me sonríe con ironía.

—Casi me das con la botella cuando venía a buscarte.

No puedo evitar reírme.

—Siempre apareces en el momento justo. Primero para ayudarme con el pinchazo. Y ahora llegas justo a tiempo de presenciar mi primera experiencia con el alcohol.

Jordan parece un poco preocupado cuando ve que intento incorporarme sobre los codos, vacilo, y vuelvo a echarme hacia atrás.

—La primera vez, ¿eh? ¿Te has bebido toda la botella?

—No, señor oficial. Casi toda.

Hago un falso saludo militar, y Jordan niega con la cabeza. Inspiro profundamente y me incorporo para sentarme junto a él.

—Y supongo que no has elegido empezar hoy porque sí —suena dubitativo, como si supiera que se está inmiscuyendo en mis asuntos, pero aun así necesitase algunas respuestas—. Sonabas realmente mal cuando me has llamado. ¿Qué pasa, Riley? ¿Estás bien?

Lo miro y me pregunto cómo responder a eso. Cuánto tardará en encontrar una excusa para largarse de aquí si le cuento la verdad. Se me escapa un sollozo ante la idea de quedarme sola de nuevo en el parque, y Jordan me rodea los hombros con un brazo en un gesto de cariño, corto pero reconfortante.

—Sea lo que sea, se solucionará.

Su mirada me dice que habla en serio. Y después de tanto tiempo, estoy harta de las mentiras. Mi padre es la única persona a la que nunca he mentido, pero ahora sé que él sí que me ha mentido a mí al menos una vez... o quizá más.

Pase lo que pase, no puedo seguir haciéndolo. Sobre todo con la única persona que me ha tratado bien últimamente.

—Es mi... mi padre —digo, mientras acerco las rodillas al pecho y las abrazo.

—Entiendo —Jordan asiente enseguida—. ¿Problemas con el tema del divorcio?

Lo miro sin entender hasta que recuerdo que también le mentí sobre eso.

—Ah... Algo así, pero lo del divorcio es mentira. Lo siento. De verdad que lo siento. No pude... —estoy divagando, y arrastro tanto las palabras que ni siquiera yo sé lo que trato de decir.

Jordan me pone una mano en el brazo para interrumpirme y frunce un poco el ceño.

—No importa. Cuéntame la verdad ahora.

—Mis padres no están divorciados, pero mi padre dejó de vivir con nosotras cuando yo tenía seis. Él... Mi pa... padre está en la cárcel.

—Vaya... —Jordan me mira con tristeza—. No tienes por qué esconder eso, Riley. No eres la primera chica que conozco con un padre en la cárcel.

—Ya, pero es que él no solo está en la cárcel. —Entierro la cabeza en mis brazos para no verle la cara cuando le cuente el resto—: Está en el corredor de la muerte por haber a... asesinado a tres mujeres. Lo ejecutarán pronto... demasiado pronto.

Pasan segundos, un minuto... y Jordan permanece en completo silencio. Gruño.

—Si te vas a ir, no quiero tener que verlo, ¿vale? —digo en un susurro, pero lo suficientemente alto como para que me oiga.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Condenado a muerte»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Condenado a muerte» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Condenado a muerte»

Обсуждение, отзывы о книге «Condenado a muerte» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x