C.H. SPURGEON
Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad. Así como la persona que corta con un cuchillo sin filo es el ejecutor del corte, pero no el responsable de que este salga defectuoso y el cuchillo mellado, pues el causante de esto es el propio cuchillo; el músico que pulsa un instrumento desafinado es quien provoca el sonido pero no la discordancia, pues la responsable de esta es una cuerda desafinada; o, el jinete que monta sobre un caballo cojo y se tambalea es quien perpetra el tambaleo, pero no el movimiento que lo ocasiona, ya que el origen de este está en el caballo; así también Dios es autor de todas las cosas, pero no del mal que estas puedan eventualmente ocasionar. Quien diseña y construye instrumentos y herramientas de metal o de madera no es quien origina el óxido y la carcoma que eventualmente los corroe, estos vienen por otras causas. Y los males del hombre no son obra del perito celestial; el Dios todopoderoso no es el autor del pecado y la iniquidad; y no puede ser justamente culpado de que sus criaturas decidan revolcarse en el barro y mancillarse a sí mismas con la impureza del pecado, pues él las diseñó y las creo perfectas. 56
JOHN SPENCER [1559-1614]
“Things Old and New”, 1658
Vers. 4-6.La alienación y separación del Señor de los malvados se describe en estos versículos progresivamente en seis etapas. En primer lugar, “no se complace en ellos”; en segundo lugar, “no habita junto a ellos”; en tercer lugar los arroja de su presencia: “los insensatos no estarán delante de tus ojos”; en cuarto lugar su corazón se vuelve contra ellos: “aborreces a todos los que hacen iniquidad”; en quinto lugar su mano se vuelve contra ellos: “destruirás a los que hablan mentira” ; y en sexto lugar su espíritu se enerva contra ellos y se aleja de ellos: “al hombre sanguinario y engañador le abominará Jehová” . Este distanciamiento es de hecho un castigo peculiar (más no por ello menos cierto) a todos “los que hacen iniquidad” . Y esta expresión, “los que hacen iniquidad” se puede entender dos maneras. En primer lugar, aplicada los pecadores intencionales, es decir, no a los pecadores de todos los niveles ni a todos los niveles de pecadores, sino a pecadores en su más alto grado: pecadores extremos, pecadores contumaces decididos a pecar, que hacen del pecado su forma de vida. Por decirlo de otra manera, pecadores refinados, que pecan con habilidad y diligencia para ganarse un nombre en los ambientes del pecado; que se esfuerzan lograr dentro de la industria del pecado el calificativo de “obreros aprobados” sin tener de qué avergonzarse, 57pese a ejecutar constantemente acciones de las cuales un ser humano cabal lo único que puede sentir es vergüenza. Estos son, en el sentido estricto de la Escritura, “los que hacen iniquidad”. Pecadores notorios, que “hacen del pecado su modo de vida y su negocio”. Pues a pesar de que todo pecado debe ser considerado obra de iniquidad, tan solo algunos pecadores en particular merecen el calificativo de “hacedores iniquidad” : solo los que hacen del pecado su vocación. En el libro de Apocalipsis se nos habla particularmente de aquellos que: “aman y practican la mentira! 58Pues que una persona concurra eventualmente en una mentira no quiere decir que ame y practique la mentira. Pero se da la circunstancia de mentirosos compulsivos, que son realmente amantes y practicantes de la mentira. A tales artífices del arte de pecar se les describe en otro salmo con las siguientes palabras: “de corazón maquinan iniquidades; hacen pesar la violencia de sus manos en la tierra” . 59Fijémonos que el salmista no dice que tengan la iniquidad en su corazón, sino que la maquinan; su corazón es como un taller clandestino, una fábrica subterránea en la que funden y fraguan sus propósitos inicuos hasta convertirlos en acciones perversas.
JOSEPH CARYL [1602-1673]
Vers. 5. Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad. [Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad. RVR ] [Los que se ensalzan no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad. LBLA ] [Los arrogantes no se presentarán ante tu vista, aborreces a todos los que hacen iniquidad. BTX ] [No hay lugar en tu presencia para los altivos, pues aborreces a los malhechores. NVI ] [No resisten tu mirada los necios, odias a los malhechores. BLP ] [Por lo tanto, los orgullosos no pueden estar en tu presencia, porque aborreces a todo el que hace lo malo. NTV ]60
Los insensatos no estarán delante61 de tus ojos. Pecadores y necios vetados. Un pecado leve es una necedad grave, y la mayor de las necedades es un grave pecado. Razón por la cual semejantes fantoches han de ser excluidos de la corte celestial. Los reyes de la tierra solían rodearse de necios y bufones en sus séquitos, pero el Dios único y sabio no alberga necios ni tolera bufonadas en su palacio arriba en los cielos.
Aborreces a todos los que hacen iniquidad. Lo que Dios siente hacia los que obran iniquidad no es una leve aversión, sino un odio profundo y arraigado. Y ser blanco del odio divino es algo terrible. ¡Seamos pues fieles y honestos a la hora de advertir y amonestar debidamente a los malvados que nos rodean, ya que caer en las manos de un Dios airado es algo ciertamente horrendo! 62
C.H. SPURGEON
Aborreces a todos los que hacen iniquidad. ¡Cuán asombroso es el pecado, capaz de transformar al Dios de amor y Padre de todas las misericordias en enemigo de sus propias criaturas, hasta el punto de que solo pueda ser expiado por la sangre bendita del Hijo de Dios! Aunque esta es una realidad que debería ser ampliamente sabida por todos aquellos que conocen y creen la Biblia, lo cierto es que la extraordinaria gravedad del pecado únicamente la perciben y asimilan quienes conocen más profundamente las escrituras, y por ello nunca alcanzará a ser reconocida plenamente en este mundo. 63
THOMAS ADAM [1701-1784]
“Private Thoughts on Religion”, 1824
Aborreces a todos los que hacen iniquidad. Para comprender mejor lo que Dios piensa del pecado basta con leer algunos de los numerosos pasajes en la Escritura que expresan claramente su aversión y odio al mismo: “Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma” . 64De ahí surgen todas las plagas y juicios horrendos pronunciados contra él con voz de trueno por su boca llameante al enunciar su ley más sagrada. 65Y no solo aborrece la iniquidad en sí misma, sino que también los “obradores de iniquidad” se convierten en objetivo de ese odio.
WILLIAM GURNALL [1617-1679]
“Christian in complete armour, or, a treatise of the saints war against the Devil”, 1655
Aborreces a todos los que hacen iniquidad. Si el odio de Dios se vuelve en contra de los que hacen iniquidad, ¡cuán intenso y profundo será contra la iniquidad en sí misma! Si sentimos aversión a un bicho venenoso, mayor será nuestra aversión al veneno. Toda la intensidad del odio divino se vuelca contra el pecado, y así deberíamos odiarlo también nosotros, intensamente; puesto que, si es abominación a Dios, ha de serlo también para nosotros. “Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos” . 66
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