El Tesoro de David
La Revelación Escritural a la luz de los Salmos
C. H. Spurgeon
Texto completo y ampliado con notas por Eliseo Vila
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Salmos Complementarios y Salmo 119
Tomo - II
Editorial CLIEC/ Ferrocarril, 8 08232 VILADECAVALLS (Barcelona) ESPAÑA E-mail: clie@clie.es http://www.clie.es |
Título original: “The Treasury of David” por C. H. Spurgeon. © 2020 por Eliseo Vila Vila, para la presente versión española ampliada. «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)». © 2020 por Editorial CLIE. |
EL TESORO DE DAVID Tomo II
ISBN: 978-84-17131-74-6
eISBN: 978-84-17131-75-3
Comentarios bíblicos
Antiguo Testamento
ÍNDICE GENERAL
Prólogo de la coeditora
Salmo 5SALMO DE LA MAÑANA
Salmo 6SALMO DEL ENFERMO
Salmo 7SALMO DEL CREYENTE DIFAMADO
Salmo 9SALMO DEL VENCEDOR
Salmo 10EL GRITO DEL OPRIMIDO
Salmo 11CáNTICO A LA FIRMEZA Y PERSEVERANCIA
Salmo 12PENSAMIENTOS BUENOS EN TIEMPOS MALOS
Salmo 25SALMO DEL SOLITARIO Y AFLIGIDO
Salmo 26SALMO DEL INOCENTE
Salmo 28SALMO DEL AGRADECIDO
Salmo 29SALMO DE LA TEMPESTAD
Salmo 30SALMO DE DEDICACIÓN
Salmo 31SALMO DEL ANGUSTIADO
Salmo 33ALABANZA AL PODER DE DIOS
Salmo 35SALMO SOBRE LA INGRATITUD
Salmo 36LA DICHA DEL SERVICIO CRISTIANO
Salmo 38SALMO DEL ARREPENTIDO
Salmo 39SALMO DEL PRUDENTE
Salmo 41SALMO DE LA SANIDAD DIVINA
Salmo 44SALMO DEL DESCONCERTADO
Salmo 45CANTO NUPCIAL
Salmo 47CÁNTICO AL REY DEL UNIVERSO
Salmo 48CÁNTICO A LA CIUDAD DE DIOS
Salmo 50ACUSACIÓN DEL FISCAL DIVINO
Salmo 52CONDENA Y CASTIGO DE LOS PREPOTENTES
Salmo 53LA ENFERMEDAD MORTAL DEL SER HUMANO
Salmo 54SALMO DEL PERSEGUIDO
Salmo 56LA PALOMA SILENCIOSA
Salmo 57ENTRE LEONES
Salmo 58GALARDÓN PARA EL JUSTO
Salmo 59UNA ACUSACIÓN INJUSTA
Salmo 60SALMO DE LA GRAN DERROTA Y LA GRAN VICTORIA
Salmo 61SALMO DEL EXILIADO
Salmo 62SALMO DEL “SOLAMENTE”
Salmo 63SALMO DEL MADRUGADOR
Salmo 64SúPLICA PIDIENDO PROTECCIÓN
Salmo 65ACCIÓN DE GRACIAS POR LA COSECHA
Salmo 66SALMO DE ACLAMACIÓN
Salmo 67EXHORTACIÓN A LAS NACIONES
Salmo 68SALMO DE LA GLORIOSA EPOPEYA
Salmo 69SALMO DEL NÁUFRAGO
Salmo 119EL SALMO MÁS LARGO
INTRODUCCIONES
1SOBRE EL AUTOR, EL TEMA Y EL TÍTULO DEL SALMO 119
2SOBRE LA ESTRUCTURA COMO SALMO ACRÓSTICO O ALFABéTICO
3BOSQUEJOS DEL SALMO 119
4BOSQUEJOS QUE NO FORMAN PARTE DEL TEXTO ORIGINAL
5ELOGIOS AL SALMO 119
6ANÉCDOTAS PERTINENTES AL SALMO 119
7OTRAS INTRODUCCIONES DE GRANDES COMENTARISTAS AL SALMO 119 NO INCLUIDAS EN EL TEXTO ORIGINAL DE SPURGEON
EXPOSICIONES AL SALMO 119
א ALEF –VERSÍCULOS 1-8
ב BET –VERSÍCULOS 9-16
ג GUÍMEL –VERSÍCULOS 17-24
ד DÁLET –VERSÍCULOS 25-32
ה HEI –VERSÍCULOS 33-40
ו VAV –VERSÍCULOS 41-48
ז ZAIN –VERSÍCULOS 49-56
ח JET –VERSÍCULOS 57-64
ט TET –VERSÍCULOS 65-72
י YOD –VERSÍCULOS 73-80
כ KAF –VERSÍCULOS 81-88
ל LÁMED –VERSÍCULOS 89-96
מ MEM –VERSÍCULOS 97-104
נ NUN –VERSÍCULOS 105-112
ס SÁMAJ –VERSÍCULOS 113-120
ע AYIN –VERSÍCULOS 121-128
פ PEI –VERSÍCULOS 129-136
צ TZADI –VERSÍCULOS 137-144
ק QOF –VERSÍCULOS 145-152
ר RESH –VERSÍCULOS 153-160
ש SHIN –VERSÍCULOS 161-168
ת TAF –VERSÍCULOS 169-176
Mapas del Tesoro II
Índice de comentaristas transcritos y autores citados
Índice de personajes históricos o mitológicos mencionados
Índice de referencias Escriturales y enlaces con otros textos
Índice analítico
Distribución general de los 150 Salmos en los tres tomos
PRÓLOGO DE LA COEDITORA
“Anna, ¿me quieres ayudar con el Tesoro de David?” mi padre me preguntó mientras terminaba el último curso que estudié en la Universidad de Granada. Yo no me daba cuenta entonces de lo ventajosos y precisos que resultarían mis estudios en Filología Clásica, en Humanidades, pero sobretodo en Literaturas Comparadas a la hora de afrontar y lidiar con una obra de características tan únicas. Tampoco me daba cuenta de que el proyecto en el que me estaba embarcando ocuparía gran parte de los siguientes siete años de mi vida, y lo que aún queda por recorrer, pues este es solamente el segundo volumen de los tres que completarán la presente edición de Editorial CLIE en español.
No era consciente de las horas, de la inmensidad del trabajo, de las complicaciones y las reescrituras que habría que revisar una y otra vez en pro de la fidelidad al texto original. Pero tampoco era consciente del inmenso aprendizaje y las extraordinarias experiencias vitales que trabajar en este proyecto me traería, ni de lo mucho que llegaría a definir mi carrera profesional, mi carácter y hasta mi vida familiar. En casa de mis padres, el Tesoro de David está presente en el desayuno, en las horas de trabajo, en la hora del almuerzo y en la cena. En la conversación casual, en cualquier tema: el Tesoro abarca tantos que pocos quedan fuera. En las trivialidades y en las conversaciones vitales, siempre hay sabiduría y citas a las que acudir. Lo cierto es que conocerlo a fondo es un privilegio del que mi familia se beneficia día tras día, y es una riqueza mayúscula que no podemos encerrar entre cuatro paredes en un solo hogar. Es por eso que, cuando no estoy sentada frente a una pantalla revisando texto y notas a pie de página, muchas veces estoy viajando para dar a conocer a los lectores de habla hispana esta obra única, extraordinaria, monumental.
Aunque muchos saben quién era Charles Haddon Spurgeon, el “Príncipe de los Predicadores”, y han leído alguna o varias obras suyas, no tantos conocen su mayor obra, aquella en la que invirtió más horas, días, meses y años de su vida. El Tesoro de David empezó siendo un proyecto relativamente sencillo y fundamentalmente asequible: se publicaba en una revista mensual que contenía varios versículos de un Salmo y, tras cada versículo un comentario o predicación de Spurgeon, a nivel devocional. Lo extraordinario de esas publicaciones, sin embargo, es que Spurgeon además de escribir su propia nota también transcribía aquellas predicaciones y comentarios que él había leído para preparar su sermón sobre aquél versículo en particular, y que consideraba necesario dar a conocer a sus lectores. Spurgeon era generoso con ellos porque él mismo era un lector empedernido y no podía conocer tal riqueza sin compartirla con los demás. Como buen autodidacta, era un hombre disciplinado que entendía que su deber era leer todo aquello que cayera en sus manos. A día de hoy se estima que leía una media de 6 libros a la semana, y sin duda esa fue la base que le permitió convertirse y mantenerse en vida como uno de los mejores predicadores de la Historia. Leía libros con los que estaba de acuerdo y libros con los que no, libros de teología y tratados científicos, y con cada libro que leía su fe y su amor por Cristo se afianzaban más y más, porque entre todos los libros que leyó la Biblia fue siempre su cabecera. Sin embargo leer libros con los que uno no está de acuerdo, libros que cuestionen nuestros convencimientos y nos hagan reflexionar sobre ellos es algo absolutamente necesario para todo cristiano, y especialmente indispensable cuando ocupamos una plataforma pública, como la ocupaba Spurgeon. Son precisamente esos libros los que nos ayudan a entender el punto de vista de los demás, y por tanto, los que nos dan las herramientas para rebatirlos o abren nuestra mente y nuestro corazón para aprender de ellos. Son esos libros que nos hacen cuestionarnos quiénes somos los que nos incitan a buscar argumentos y herramientas eficientes para defender nuestra postura.
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