C. H. SPURGEON
Me devuelven mal por bien, para afligir a mi alma. La envidia que tenían a David ahondaba sus raíces en el bien que había hecho al matar a Goliat, 119matar a sus diez mil filisteos, 120y salvar con ello a su rey y a su país; pero Saúl y sus cortesanos le odiaban por ello y procuraban matarle. 121Así fue también con nuestro Señor Jesucristo, por todo el bien que había hecho al pueblo judío curando sus cuerpos, sanando sus enfermedades y predicándoles el evangelio para beneficio de sus almas, fue premiado con reproches y persecuciones, y al final con el oprobio de una muerte ominosa en la cruz. Y lo mismo les sucede a sus seguidores. Pero este es un mal que no quedará sin castigo, como bien nos recuerda el autor del libro de los Proverbios: “Al que devuelve mal por bien, el mal no se apartará de su casa”. 122
JOHN GILL [1697-1771]
“ Exposition of the Old Testament”, 1748
Y eso me hiere en el alma . 123No alcanzaron a dañar su cuerpo físico, pero hirieron su alma; no lograron desvalijarle pero le robaron el consuelo. Despojaron su alma cual viuda que pierde a los hijos en los cuales tenía su amparo y deleite (este es el sentido aquí de la palabra hebrea שְׁכ֣וֹל šəḵōwl ). No se conformaron con convertirle en un prófugo desterrado, sino que con malicia perversa trataron de arruinarle moralmente, de acabar con él como persona atacando su nombre y reputación, algo tan preciado y querido para David como sus propios hijos e hijas, o incluso como su propia alma. La peor lesión que se puede infligir a un alma piadosa es mediante calumnias, pues hacen que el hombre interior se alce en pie de guerra: alteran el equilibrio y la paz de la mente; impiden una meditación y contemplación sosegada; y tienden a interrumpir la comunión con Dios. Con ello la naturaleza espiritual se debilita, y el alma se siente expoliada y gravemente herida. 124
C. H. SPURGEON
Vers. 13. Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía a mi seno. [Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de sayal; afligí con ayuno mi alma, andaba repitiendo en mi pecho mi oración RVR ] [Pero yo, cuando ellos estaban enfermos, vestía de cilicio; humillé mi alma con ayuno, y mi oración se repetía en mi pecho. LBLA ] [Yo en cambio, estando ellos enfermos, me vestía de cilicio, y afligía mi alma con ayuno, hasta que mi súplica a favor de ellos me era concedida. BTX ] [Pues cuando ellos enfermaban yo me vestía de luto, me afligía y ayunaba. ¡Ay, si pudiera retractarme de mis oraciones! NVI ] [Pero yo, cuando ellos enfermaban, me vestía con tela de saco, ayunando me mortificaba y no dejaba de orar dentro de mí. BLP ] [Sin embargo, cuando ellos se enfermaban, yo me entristecía; me afligía a mí mismo ayunando por ellos, pero mis oraciones no tenían respuesta. NTV ]
Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de sayal.125 David había sido un hombre cordial y volcado a los demás; cuando Saúl enfermó había llorado amargamente, expresando abiertamente su dolor cual si se tratara un amigo cercano y querido. Su corazón se entristeció profundamente de ver a su señor enfermo.
Afligí con ayuno mi alma . Oró fervientemente intercediendo por su enemigo, haciendo de su dolencia una cuestión suya personal, implorando y confesando cual si hubiera sido su propio pecado la causa de la enfermedad que le aquejaba. Lo que demuestra el espíritu noble de David, y agrava enormemente la bajeza de los que con tanta crueldad ahora le perseguían.
Y mi oración regresó a mi propio seno . 126La oración nunca se pierde; si no logra bendecir a aquellos por quienes hemos intercedido, bendice cuanto menos a los propios intercesores. No siempre las nubes dejan caer la lluvia sobre el mismo lugar desde el cual asciende el vapor que las forma, a menudo desciende sobre otros lugares regándolos y refrescándolos; así también las súplicas hechas en un lugar, producen lluvias de misericordia en otro. Si nuestra paloma no halla donde posar su pie entre nuestros enemigos, regresará de nuevo a nuestro pecho con una hoja del olivo de la paz en su boca. 127¡Que marcado es a lo largo de todo este salmo el contraste entre los justos y sus enemigos! Debemos esforzarnos en mantener la línea de demarcación amplia y clara.
C. H. SPURGEON
Y mi oración se volvía a mi seno. De las muchas interpretaciones y explicaciones que se dan a esta frase, la que me parece como más plausible y apropiada es la que la relaciona con la postura del adorador: puesto en pie con la cabeza inclinada hacia abajo, vuelto hacia su propio pecho para evitar cualquier distracción de la mirada; pronuncia fervientemente sus peticiones tristes y dolorosas como si las estuviera dirigiendo a su propio seno. Una postura de devoción muy común entre los judíos y musulmanes.
HADRIAN RELAND [1676-1718]
“De religione Mohammedica” , 1705
Y mi oración se volvía a mi seno. Cabe leerlo también como: “Que regrese mi oración a mi pecho”. Es decir, no les deseo mayor mal que el que pudiera desear para mi mismo, por tanto, que Dios me otorgue el mismo bien que pedí para ellos cuando oraba en su favor. Otros pasajes utilizan esta misma idea de retribución “en el seno”, tal es el caso del Salmo 79: “Y haz recaer sobre nuestros vecinos en su seno siete veces más de su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehová”. 128
HENRY AINSWORTH [1571-1622]
“Psalms, The Book of Psalmes: Englished both in Prose and Metre with Annotations”, 1612
Vers. 14. Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba. [Como por un amigo o un hermano; como el que trae luto por su madre, entristecido me encorvaba. RVR ] [Como por mi amigo, como por mi hermano, andaba de aquí para allá; como el que está de duelo por la madre, enlutado me encorvaba. LBLA ] [Como por mi compañero, como por mi hermano actuaba; como el que llora por su madre, afligido me humillaba. BTX ] [Me vestía yo de luto, como por un amigo o un hermano. Afligido, inclinaba la cabeza, como si llorara por mi madre. NVI ] [Como por un amigo o un hermano, como quien llora a su madre, caminaba triste y abatido. BLP ] [Estaba triste como si fueran mis amigos o mi familia, como si me lamentara por mi propia madre. NTV ]
Como por mi amigo, como por mi hermano, andaba de aquí para allá. Le acompañé asiduamente, le consolé con el mayor afecto, y simpaticé con él todo lo que pude. Probablemente se refiera a la época en que David tocaba el arpa, apartando el espíritu malo que atormentaba a Saúl. 129
Como el que trae luto por su madre,130 entristecido me encorvaba.131 Como suelen hacer los dolientes, el salmista inclinó su cabeza. Cuando vio al que tenía por amigo derrumbarse, sintió el dolor más profundo que humanamente se pueda sentir. Una madre suele ser la receptora de nuestro amor más profundo, y su pérdida es la que más sentimos; tal era dolor que sentía David. Pocos son en nuestros días los maestros que comparten por los demás esas entrañas; y no obstante, así debería ser, puesto que bajo el evangelio, el amor debe ser mucho más profundo, más tierno y más entregado de lo que era bajo la ley. 132Si sintiéramos un amor más entrañable y más profundo hacia la humanidad entera, y nos ocupáramos más de sus numerosas necesidades, enfermedades y problemas, seríamos mucho más útiles y provechosos, y por supuesto, infinitamente más parecidos a Cristo: «Ora mejor quién ama mejor». 133
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