ANDREW ALEXANDER BONAR [1810-1892]
“Christ and His Church in the Book of Psalms”, 1859
Castígalos, oh Dios; caigan por sus mismos planes; por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, porque se rebelaron contra ti. (Comentario aplicable a todos pasajes imprecatorios en general que encontramos en el libro de los Salmos.) Señor, cuando en mis devociones diarias leo los Salmos de David, dame la sabiduría necesaria para ajustar los impulsos de mi alma de acuerdo con su contenido. En aquellos Salmos en los que confiesa sus pecados, implora tu perdón, te alaba por misericordias recibidas anteriormente, o bien ora solicitando futuros favores; en todos estos casos, concédeme la facultad de elevar el tono de mi alma hasta lograr afinarla a su mismo tono, el más alto que me sea posible. Pero cuando llegue a estos salmos que los que maldice a sus enemigos, oh, Señor, permíteme bajar de tono y afinarla en clave algo más baja. Porque tales palabras fueron inspiradas para ser pronunciadas únicamente en boca de David. Y yo, aunque comparto con él físicamente la misma respiración y aliento, no tengo el mismo espíritu de tu ungido como para poder pronunciarlas. En modo alguno permitas que me engañe a mi mismo afirmando que me es lícito unirme a David en maldecir a tus enemigos, no vaya a ser que mi corazón engañoso mezcle y confunda mis propios enemigos con los tuyos, y así, lo que para David era un acto de piedad, en mi caso se convierta en una acción maliciosa, en la que oculte mis deseos de venganza bajo la capa de una piedad falsa.
THOMAS FULLER [1608-1661]
“The Cause and Cure of a Wounded Conscience”, 1647
Vers. 11. Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre. [Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre. RVR ] [Pero al égrense todos los que en ti se refugian; para siempre canten con júbilo, porque tú los proteges; regocíjense en ti los que aman tu nombre. LBLA ] [Pero, ¡alégrense todos los que en Ti confían! ¡Den voces de júbilo para siempre porque Tú los defiendes! ¡Regocíjense en Ti los que aman tu Nombre! BTX ] [Pero que se alegren todos los que en ti buscan refugio; ¡que canten siempre jubilosos! Extiende tu protección, y que en ti se regocijen todos los que aman tu nombre. NVI ] [ ¡Que se alegren los que en ti confían, que por siempre se regocijen! Protege a los que te aman, para que se gocen en ti. BLP ] [Pero que se alegren todos los que en ti se refugian; que canten alegres alabanzas por siempre. Cúbrelos con tu protección, para que todos los que aman tu nombre estén llenos de alegría. NTV ]
Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre Al comparar este versículo con el precedente, encontramos de nuevo ese marcado contraste entre el castigo de los impíos y el gozo de los justos que ya hemos observado en los salmos anteriores y mencionado en la introducción. 104La alegría es el gran privilegio de los creyentes. Y cuando los pecadores sean destruidos esta alegría será completa. Ahora ellos ríen tan solo para llorar después; nosotros lloramos, pero nos regocijaremos eternamente. Cuando ellos aúllen nosotros cantaremos, y mientras ellos giman nosotros daremos “ voces de júbilo para siempre” . Y nuestra alegría santa cuenta con una base sólida, pues, Señor, nos “regocijamos en ti” . El manantial de nuestra alegría es el Dios eterno. Amamos a Dios, y por tanto, nos deleitamos en él. Nuestro corazón se siente relajado en nuestro Dios. Para el creyente todos los días son espléndidos, porque nos alimentamos de él. Tenemos música en casa, música en el corazón, y música en el cielo, porque el Señor Jehová es nuestra fortaleza y nuestra canción; y ha venido a ser nuestra salvación. 105
C.H. SPURGEON
Vers. 12. Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor. [Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor. RVR ] [Porque tú, oh Señor, bendices al justo, como con un escudo lo rodeas de tu favor. LBLA ] [Porque Tú, oh YHVH, bendices al justo, y como un escudo lo rodeas de tu favor. BTX ] [Porque tú, Señor, bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad. NVI ] [Porque tú, Señor, bendices al justo y tu bondad lo rodea como escudo. BLP ] [Pues tú bendices a los justos, oh Señor; los rodeas con tu escudo de amor. NTV ]
Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor. Jehová ha constituido a los que forman su pueblo en herederos de la bendición, y nadie puede arrebatarles su herencia. Les bendecirá con toda la plenitud de su poder, y todos sus atributos se combinarán en saciarles con la alegría divina. Y no solo aquí y ahora o temporalmente, pues la bendición alcanza a un futuro prolongado y desconocido. 106
Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo. Se trata de una promesa de alcance infinito, con una amplitud ilimitada, y de un valor inapreciable e indecible. 107En cuanto a la defensa que el creyente precisa en este mundo de constantes batallas, está aquí prometida y garantizada en la mejor manera posible. En tiempos antiguos se utilizaban escudos enormes que cubrían todo el cuerpo por entero, rodeando al guerrero completamente. Por ello David exclama, “como con un escudo lo rodearás de tu favor”. Según afirma Ainsworth 108la frase implica también la idea de ser coronado, en el sentido de vestir un yelmo o casco real, que es al mismo tiempo nuestra gloria y nuestra defensa. 109¡Oh Señor, concédenos en tu benevolencia esta doble coronación gloriosa!
C.H. SPURGEON
Como con un escudo lo rodearás de tu favor. Aunque venga contra nosotros un adversario fuerte y armado hasta los dientes, y nos arroje sus dardos encendidos, si Dios nos tiene “rodeados con el escudo de su favor”, ¿qué daño podrá causarnos? 110Él puede desarmar fácilmente al tentador, neutralizar su malicia, y pisotearlo bajo nuestros pies. Pero si Dios no está con nosotros, si no nos concede la gracia suficiente, va a ser muy difícil que podamos enfrentarnos con éxito a un enemigo tan poderoso, tan sutil y tan astuto. ¡Cuando pretendemos lidiar con él contando solo con nuestras propias fuerzas, fracasamos irremisiblemente y nos llevamos la peor parte! ¡Cuántas caídas, heridas y contusiones nos ha acarreado confiar demasiado en nuestras propias habilidades! ¡Cuántas veces, en cambio, hemos podido contar con la ayuda poderosa de Dios con solo pedirla humildemente! ¡Y cuán seguros estamos de la victoria, si Cristo ruega por nosotros para que nuestra fe no falte! 111¿Dónde hallaremos mejor refugio que en Dios nuestro Creador? Cuando ese león feroz y altivo comienza a rugir, 112tan solo podrá inquietarnos y aterrorizarnos por un tiempo, 113hasta que Aquel que se lo permite 114decida tirar de nuevo de la cadena con que lo tiene atado! 115
TIMOTHY ROGERS [1660-1729]
“A Discourse on Trouble of Mind, and the Disease of Melancholy”, 1691
Con un escudo lo rodearás. Cuando Martin Lutero viajaba hacia Augsburgo para entrevistarse con el poderoso cardenal Cayetano, que lo había citado para que respondiera de sus graves afirmaciones heréticas, 116uno de los ayudantes del cardenal le preguntó dónde pensaba refugiarse en caso de que su protector, el Elector de Sajonia, que se encontraba en un momento político difícil, le abandonara. A lo que el gran reformador contestó sin dudarlo: «Bajo el escudo de los cielos». Ante semejante respuesta, el insidioso clérigo enmudeció, y dando media vuelta, se fue por donde había venido.
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