1 ...8 9 10 12 13 14 ...19 En 421 a.C., el tratado de paz entre Argos y Esparta aún no había entrado en vigencia —Alcibíades indujo a los argivos a realizar una volte-face, por lo que hicieron una alianza con Atenas—. Las posteriores transformaciones de los “Mil” son extraordinarias. Lucharon contra los espartanos en la Batalla de Mantinea en 418 y, aunque los argivos perdieron la batalla, los “Mil” ganaron popularidad en Argos (Aristóteles, Política, 1304a 25-26; Diodoro Sículo, 12.80.3). La mayoría de los “Mil” sobrevivieron a la batalla (Tucídides, 5.73.4), y Diodoro Sículo (12.79.6) transmite un relato fascinante que reivindica su supervivencia. Cuenta que los espartanos rodearon a los “Mil” y estaban a punto de masacrarlos a todos (κατακόψειν ἅπαντας), cuando el consejero de Agis, Fárax, les indicó que dejaran pasar al selecto cuerpo argivo (τοῖς λογάσι δοῦναι δίοδον), con el fin de no “aprender del valor condenado” (λαβεῖν ἀτυχούσης ἀρετῆς) de hombres que “abandonaron todas las esperanzas de vivir” (ἀπεγνωκότας τὸ ζῆν). Esta historia presenta a los “Mil” como los nuevos Campeones, los letales luchadores a los que deben permitir escapar precisamente porque están dispuestos a morir ante un hombre (Bershadsky, 2012: 74; 2013: 369-374). Es necesario concluir que el relato de Diodoro deriva de una versión laudatoria difundida por los propios “Mil”.
Varios investigadores modernos interpretaron la supervivencia de los “Mil” como un movimiento estratégico de los espartanos, quienes “estaban mirando más allá de la batalla” (Hanson, 2005: 159; Ruzé, 2006: 270-271), al dejar ir a los “Mil” para que se convirtieran en una base de apoyo espartana en Argos. De hecho, la admiración que provocaron los “Mil” en Argos pronto dio sus frutos: se celebró un tratado de paz con Esparta, seguido de una alianza argivo-espartana, y luego por un golpe oligárquico en Argos en 417 (Tucídides, 5.76-81). El golpe fue realizado por los “Mil” argivos, quienes fueron asistidos por mil espartanos (Tucídides, 5.81.2).
Las manipulaciones del mito del enfrentamiento por la Tireátide emergen como un medio esencial de la facción oligárquica argiva para ejecutar las maniobras políticas necesarias en su camino al poder, desde la elaboración del tratado de paz con Esparta como una continuación de la antigua disputa por la Tireátide, hasta la presentación de la sospechosa supervivencia de los “Mil” en Mantinea como una prueba de su similitud con los intrépidos Campeones, como así también la ejecución del golpe en Argos con un grupo numéricamente idéntico de espartanos. El uso retórico del mito permitió a los “Mil” argivos una notable fluidez en su auto-representación: podían asumir una postura pro-espartana o anti-espartana para respaldar tanto la paz como la guerra, al tiempo que enfatizaban su conexión carismática con el pasado heroico.
Tebas y Orcómeno
Consideremos ahora otro par de ciudades: Tebas y Orcómeno. Para esto, mi texto clave es un pasaje de Diodoro Sículo (15.79.3-6), fechado en 364 a.C. La narrativa es tan notable que merece ser citada en su totalidad:
(3) τότε δὲ τοῖς Θηβαίοις ἔδοξε στρατεύειν ἐπὶ τὸν Ὀρχομενὸν διὰ τοιαύτας τινὰς αἰτίας. τῶν φυγάδων τινὲς βουλόμενοι τὴν ἐν Θήβαις πολιτείαν εἰς ἀριστοκρατικὴν κατάστασιν μεταστῆσαι, συνέπεισαν τοὺς τῶν Ὀρχομενίων ἱππεῖς, ὄντας τριακοσίους, συνεπιλαβέσθαι τῆς ἐπιβολῆς. (4) οὗτοι δὲ εἰωθότες μετὰ Θηβαίων ἀπαντᾶν ἡμέρᾳ τεταγμένῃ πρὸς τὴν ἐξοπλισίαν, εἰς ταύτην συνέθεντο ποιήσασθαι τὴν ἐπίθεσιν· πολλῶν δὲ καὶ ἄλλων κοινωνούντων τῆς προθέσεως καὶ προσορμησάντων, ἀπήντησαν πρὸς τὸν καιρόν. (5) οἱ μὲν οὖν συστησάμενοι τὴν πρᾶξιν μετανοήσαντες ἐδήλωσαν τοῖς βοιωτάρχαις τὴν ἐπίθεσιν, προδόντες τοὺς συνομόσαντας, καὶ διὰ τῆς εὐεργεσίας ταύτης ἑαυτοῖς ἐπορίσαντο τὴν σωτηρίαν. τῶν δ’ ἀρχόντων συλλαβόντων τοὺς τῶν Ὀρχομενίων ἱππεῖς καὶ παραγαγόντων εἰς τὴν ἐκκλησίαν, ὁ δῆμος ἐψηφίσατο τούτους μὲν ἀποσφάξαι, τοὺς δ’ Ὀρχομενίους ἐξανδραποδίσασθαι καὶ τὴν πόλιν κατασκάψαι. ἐκ παλαιῶν γὰρ χρόνων οἱ Θηβαῖοι πρὸς τούτους ἀλλοτρίως διέκειντο, δασμοφοροῦντες μὲν τοῖς Μινύαις ἐν τοῖς ἡρωικοῖς χρόνοις, ὕστερον δ’ ὑφ’ Ἡρακλέους ἐλευθερωθέντες. (6) οἱδ’ οὖν Θηβαῖοι καιρὸν ἔχειν νομίσαντες καὶ προφάσεις εὐλόγους τῆς τιμωρίας λαβόντες, ἐστράτευσαν ἐπὶ τὸν Ὀρχομενόν· κατέχοντες δὲ τὴν πόλιν τοὺς μὲν ἄνδρας ἀπέκτειναν, τέκνα δὲ καὶ γυναῖκας ἐξηνδραποδίσαντο.
(3) En ese momento, los tebanos decidieron marchar contra Orcómeno por las siguientes razones. Ciertos refugiados que querían cambiar la constitución de Tebas a una aristocracia indujeron a los caballeros de Orcómeno, trescientos en total, a unirse a ellos en el intento. (4) Estos caballeros, que tenían el hábito de reunirse con algunos tebanos en un día determinado para realizar maniobras militares, acordaron realizar el ataque en este día, y junto con muchos otros que se unieron al movimiento y sumaron sus esfuerzos, se reunieron a la hora acordada. (5) Ahora, los hombres que habían originado la acción cambiaron de opinión, y revelaron a los beotarcas el ataque proyectado, traicionando así a sus compañeros conspiradores, y con este servicio adquirieron seguridad para sí mismos. Los oficiales arrestaron a los caballeros de Orcómeno y los llevaron ante la Asamblea, donde la gente votó ejecutarlos, vender a los habitantes de Orcómeno como esclavos y arrasar la ciudad. Pues desde tiempos anteriores los tebanos habían estado mal dispuestos hacia ellos, habiendo pagado tributo a los Minias en la Época Heroica, pero más tarde fueron liberados por Heracles. (6) Así que los tebanos, pensando que tenían una buena oportunidad y habiendo tenido pretextos plausibles para castigarlos, marcharon contra Orcómeno, ocuparon la ciudad, mataron a los habitantes masculinos y vendieron como esclavos a mujeres y niños 13.
Hay algunas similitudes notables entre este episodio y las reconstrucciones que he ofrecido para el caso de la Guerra Lelantina y el enfrentamiento argivo-espartano por la Tireátide. Primero, encontramos que 300 hippeîs de Orcómeno tenían una tradición de maniobras militares conjuntas (τὴν ἐξοπλισίαν) en una fecha particular con “algunos tebanos” 14. No solo eso, sino que los hippeîs orcomenios estaban listos para luchar en nombre de esos tebanos con el fin de derrocar la democracia tebana. Tal patrón de cooperación entre las aristocracias de las ciudades vecinas, junto con sus prácticas militares conjuntas, se parece mucho a mi modelo sobre las confrontaciones aristocráticas rituales que tienen lugar en el contexto de la paz entre bandos opuestos. Propongo que el relato de Diodoro de que los hippeîs de Orcómeno estaban acostumbrados (εἰωθότες) a reunirse con ciertos tebanos para realizar prácticas militares es evidencia de un recurrente compromiso militar y ritual análogo a las disputas sobre la llanura lelantina y la Tireátide. En el caso de los orcomenios y los tebanos en 364, no tenemos ninguna información concerniente a la forma particular del combate ritual: puede haber sido una batalla no-letal, o quizás ejercicios militares conjuntos más elaborados.
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