6. La presentación de Jesús niño en el Templo
''Pasados ya los días de la purificación prescrita por la ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor en el Templo [..]. Los padres del niño Jesús llevaban a su hijo al Templo para hacer con él lo que ordenaba la Ley { ..}. Los padres de Jesús estaban asombrados por lo que se decía de él { ..}. Después de haber cumplido todos los preceptos de la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su pueblo, Nazaret" (Lc 2, 22. 27. 33. 39).
7. Jesús en el Templo a los 12 años
''Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén, a celebrar lafiesta de la Pascua. Cuando el niño era ya de doce años, fueron todos juntos a la fiesta, como tenían por costumbre. Después, pasados aquellos días, emprendieron el regreso. Pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin advertirlo sus padres. Ellos pensaban que iría mezclado entre la caravana, y así continuaron el camino durante todo un día. Al término de la jornada comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos, y, en vista de que no lo encontraban, se volvieron a Jerusalén para seguir buscandolo allí. Por fin, al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchdndolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo escuchaban estaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas. Sus padres se quedaron atónitos al verlo, y su madre le dijo:
-'Hijo, ¿por qué has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados buscandote:
Jesús les contestó:
- ¿Y por qué me buscaban? ¿No sabían que debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?'
Pero ellos no comprendieron lo que les decía. Después el niño regresó a Nazaret con sus padres y siguió sumiso a ellos" (Lc 2, 41-51).
8. El hijo de José, el carpintero
'Jesús fue a su tierra y se puso a enseñar en la sinagoga, de tal manera que la gente, sin salir de su asombro, se preguntaba:
- ¿Cómo sabe tanto este hombre? ¿Cómo puede hacer los milagros que hace? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No es María su madre, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas ¿no viven todas ellas aquí entre nosotros?'" (Mt 13, 54-56).
"Todos le manifestaban su aprobación y estaban maravillados por las hermosas palabras que había pronunciado. Se preguntaban: ¿no es éste el hijo de José?" (Lc 4,22).
"Felipe se encontró con Natanael y le dijo:
- 'Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en el libro de la Ley del que hablaron también los profetas; es Jesús, hijo de José y natural de Nazaret' "(Jn 1, 45).
Los judíos comenzaron a criticar a Jesús porque había dicho que él era el pan que ha bajado del cielo. Decían:
- 'Éste es Jesús, el hijo de José. Conocemos a su padre y a su madre ¿Cómo se atreve a decir que ha bajado del cielo?'” (Jn 6, 41-42).
I
CÓMO HABLAR DE SAN JOSÉ HOY
¿Qué se puede decir sensatamente sobre san José? Él no nos dejó ninguna palabra. Nuestra cultura y la teología están hechas en gran parte de palabras habladas o escritas. Si éstas faltan, la memoria se pierde, la inteligencia se ofusca y nos entregamos al imaginario que no tiene ni censura ni límites.
Por esta razón san José no ha encontrado todavía su lugar en la reflexión teológica. Es como si fuese una isla separada del continente teológico o como si sencillamente no existiese. Pertenece a la piedad popular más que a la meditación de los papas, de los teólogos y de los sectores letrados del cristianismo. No obstante, millones de personas, de instituciones y de lugares llevan su nombre: José.
l. El rescate de la figura de san José
En las últimas décadas ha habido, sin embargo, un retorno vigoroso a los estudios josefinos, solamente comparable al que hubo en el siglo XVII, cuando en toda la cristiandad irrumpió de manera signi ficativa la reflexión sobre san José. Pero prácticamente todos los teólogos lo hacen un subtema de la cristología o de la mariología. Con respecto a Jesús y a María, ocupa un papel secundario o complementario. Su misión es dar seguridad a la madre y cuidar al niño Jesús. Una vez realizadas estas funciones, puede desaparecer. Y efectivamente lo hicieron desaparecer.
Otras veces su tratamiento es desarticulado, orgánicamente desconectado de los demás temas de la revelación y de la teología. Se aprovecha la figura de san José para abordar la importancia de la familia en general y de la paternidad en particular. Prevalece, sin embargo, el género devocional y piadoso, sin diálogo con las aportaciones de las ciencias sobre estos temas siempre candentes.
Pero no queremos ser injustos. Existe una pléyade de notables investigadores y teólogos, como T. Stramare en Italia, B. Llamera en España, R. Gauthier y P. Robert en Canadá, F.L. Filas y L. Bourrassa Perrota en Estados Unidos, H. Rondet y A. Doze en Francia, J. Stohr y Brandle en Alemania, entre otros 1. Se han creado también algunos centros de documentación e investigación de notable seriedad, con sus respectivas revistas, que se dedican al estudio de san José (josefología) y han reunido todos los datos disponibles a lo largo de los siglos sobre el tema. Existen catalogados casi veinte mil títulos de todo tipo de literatura 2. Se encuentran allí materiales riquísimos, la mayoría de carácter histórico, para profundizar y sistematizar el pensamiento acerca del padre de Jesús y esposo de María.
Nosotros, en cuanto nos sea posible, los utilizaremos. Queremos agradecer aquí al Centre de Recherche et de Documentation del Oratorio San José, en Montreal, especialmente a su director, Pierre Robert, y a la secretaria, Karine, por haber puesto la inmensa biblioteca -de las más grandes sobre el tema- a mi disposición para reunir la bibliografía y tener acceso a libros raros y a revistas de josefología. Sin la amabilidad de estas personas este libro no habría sido escrito, dadas las condiciones de periferia en que vivimos, lejos de los centros metropolitanos de reflexión y de publicación.
2. El objetivo de nuestra reflexión
¿Qué tarea nos proponemos? Nos proponemos responder a la pregunta: ¿tiene san José una relación única y singular con el Padre celestial de manera que se pueda afirmar que representa la personificación del Padre? Teniendo esto en cuenta, ¿cuál es su relación con el Hijo encarnado en Jesús y con María, su esposa, en la que el Espíritu Santo plantó su tienda? ¿Cuál es el significado de la familia Jesús-María-José en relación con la familia divina Padre-Hijo-Espíritu Santo?
El hecho de no haber dejado ninguna palabra, de recibir mensajes sólo en sueños, de ser la figura silenciosa del Segundo Testamento, no es fortuito ni carece de sentido. Este silencio trae consigo un mensaje cuyo significado ha de ser descifrado. San José es un artesano y no un rabino. En él cuentan más las manos que la boca, más el trabajo que las palabras.
Es tarea de la teología interrogarse sobre Dios y sobre todas las cosas a la luz de Dios, no sólo a partir de los textos bíblicos, de las tradiciones heredadas y de las doctrinas fijadas por el magisterio eclesiástico, pues éstas no encapsulan a Dios ni cierran el ámbito de la revelación. El Dios vivo se sigue comunicando en la historia y, de ese modo, es siempre mayor, rompe las barreras de las religiones, de los textos sagrados, de las autoridades doctrinales, de las teologías y de las cabezas de las personas. Por eso importa buscar a Dios en la creación como hoy la entendemos, como proceso inmenso de evolución as cendente, en la historia humana, en la producción del mismo pensamiento creativo.
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