Otro tanto ocurría en el armamento. Entre el equipado caballero bizantino de hacia el año 600, con su cuerpo y el de su caballo poderosamente acorazados, portando escudo y armado con una apabullante panoplia ofensiva que incluía espada, arco compuesto asimétrico, lanza, dardos y venablos, y el guerrero eslavo sin armadura o protección de ningún tipo y armado solamente con un venablo o con un arco de curvatura simple y flechas envenenadas, había un salto tecnológico brutal. 4 La tecnología militar desempeñó siempre un papel determinante junto con la organización.
Los cambios constantes en las fronteras y las invasiones, estas últimas un factor bélico constante a lo largo de todo el periodo aquí estudiado, actuaron como vectores de trasmisión de la tecnología militar y del arte de la guerra. Así, por ejemplo, máquinas de guerra con mecanismos de contrapeso originarias de China fueron llevadas por los ávaros a Europa y fueron ellos, también, con casi toda seguridad, los que terminaron por extender en Europa occidental el uso del estribo que, aunque sobrevalorado durante mucho tiempo por los historiadores, fue un elemento importante en el desarrollo de la caballería medieval a partir de la segunda mitad del siglo VIII.
Otro ejemplo: el gran arco compuesto asimétrico centroasiático o arco reflejo compuesto, un arma poderosa desarrollada por los hunos y cuyo antecedente era el arco compuesto escita inventado muchos siglos antes, fue un factor clave en la expansión de los hunos, desde luego, pero terminó siendo pieza fundamental del equipo de los caballeros bizantinos y sasánidas de los siglos VI y VII y un factor esencial a la hora de explicar, por ejemplo, las grandes victorias de los generales de Justiniano, Belisario y Narsés, sobre vándalos y ostrogodos. 5
Otro invento de la época, uno en especial llamativo y que significó un cambio drástico en la guerra naval y de asedio durante los siglos VII al XII, fue el temido, misterioso y mal llamado «fuego griego», un arma que, en buena medida, presagiaba a la artillería y al lanzallamas y que supuso todo un prodigio técnico en cuanto al diseño de los sifones que se empleaban para propulsarlo y en cuanto a su formulación química. 6
Además, en este periodo surgirían también algunas de las unidades tácticas más famosas y de mayor significado militar de la historia de la guerra como las unidades bizantinas del tipo tagma y meros 7 o como los aynâd árabes, o como la formación en jamis inventada por los primeros ejércitos califales. 8
Además, los siglos aquí estudiados fueron también los siglos en que aparecieron algunos de los manuales tácticos más influyentes de la historia universal: el Epítoma rei militaris del hispano Flavio Vegecio Renato, escrito en algún momento de la primera mitad del siglo V, y el conocido como Strategikon del Pseudo-Mauricio redactado casi con toda seguridad en torno al año 613. 9
Esta obra abarca un amplio espectro cronológico, tres siglos y un amplísimo escenario geográfico y cultural que va desde la China de los Tang al reino visigodo de Toledo y desde las fronteras de lo que hoy son Escocia e Inglaterra, a los bordes del Sahara. Del último ejército romano de Occidente al ejército de Carlos Martel y de la organización militar de la Persia sasánida a las anárquicas bandas guerreras de los eslavos. Será, pues, un largo viaje a través de disputados y ensangrentados campos de batalla en los que se sepultó un mundo, el de la Antigüedad, y se parió otro, el de la Edad Media. Cuando el largo viaje termine, el lector conocerá las claves de la guerra y de los ejércitos en una época apasionante: la Edad Oscura.
1La cita es de Sebeos, 1995, quien escribía poco después de 680. Ver Macler, F., 1995.
2Brown, P., 1997, 10.
3Mondolfo, R. En griego guerra es polemos , esto es, un sustantivo masculino y, por lo tanto, la traducción literal sería «la guerra es el padre de todas las cosas».
4Soto Chica, J., 2015, p. 78-87.
5Karasulas, A., 2003; Heather, P., 2006, 206-208; Soto Chica, J., 2015, 78-80; Soto Chica, J.: «Narsés y la conquista de Italia, 552-554», 46-53.
6Soto Chica, J.: «La invención del fuego griego y la lucha de bizantinos y árabes por el control del Mediterráneo: ingeniería militar y guerra naval en la Alta Edad Media», 113-133; Haldon, J.: «Greek fire revisited: recent and current research», 290-325.
7Treadgold, W., 1995, 14, 61, 94-96.
8Landau-Tasseron, E.: «Features of the Pre-Conquest Muslim Army in the Time of Muhammad», 299-336; Haldon, J.: «Seventh-Century Continuities: the Ajnäd and the “Thematic Myth”, 379-423; Soto Chica, J.: «Yarmuk: la batalla que cambió Oriente», 30-37.
9Para Vegecio, ver Paniagua Aguilar, D., 1996; Strategikon, Mauricio, emperador de Oriente , 2014; Maurice’s Strategikon , 1984.
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Los ejércitos de romanos y hunos a mediados del siglo V
La batalla es atroz, confusa, cruel y encarnizada,
totalmente distinta a cualquier otra
de las que se libraron en la antigüedad.
Se cuenta que se vieron allí tales hazañas
que el que se privara de contemplar este espectáculo
jamás en su vida podría haber visto nada más extraordinario. 1
Jordanes, Getica , XL, 207
Mediodía del 20 de junio de 451, en los Campos Cataláunicos, a unas cinco millas al nordeste de Tricasses (Antigua Augustobona, y actual Troyes) sobre la vía que conduce a Artiaca (Arcis-sur-Aube) y a Durocatalaunum (Châlons-sur-Marne en Champaña).
Un sol implacable acompaña a la muerte. Con lentitud, fila tras fila, los cincuenta mil guerreros que sirven a las órdenes de Atila abandonan el gran círculo formado por centenares de carros que constituyen su campamento a la par que su apresurado refugio y toman posiciones en la llanura. Ante ellos se están formando sus enemigos: las legiones, auxilia palatina, numeri , cohortes y vexillationes del «último de los romanos», 2 el patricio y tres veces cónsul Flavio Aecio, comes et magister utriusque militiae et patricius 3 de la parte occidental del Imperio romano y las bandas guerreras de sus aliados visigodos, alanos, francos, burgundios y sajones. El campo de batalla no es una llanura perfecta. Una suave elevación del terreno la va transformando en una quebrada pendiente que culmina en un aplanado collado frente al flanco izquierdo de la formación de los romanos y que impide que tanto los hunos y sus vasallos, como los romanos y sus aliados, puedan ver por completo la disposición de la fuerza rival. Este hecho, que no ha sido resaltado por ningún estudioso de la batalla hasta el presente, será, como veremos, determinante para su resultado. Pero, mientras tanto, cuando las filas de hunos y romanos se van formando, el aire se carga con los bélicos sonidos que anteceden al combate y a la matanza, y una de las batallas decisivas de la historia, así como una de las más grandes y fieras de la antigüedad, está a punto de desencadenarse.
Pero para comprender bien la formidable lucha que iba a comenzar a 7,5 km, aproximadamente, al nordeste de la actual ciudad francesa de Troyes, primero tendremos que visualizar cómo estaban armados, adiestrados, organizados y abastecidos y con qué número de efectivos contaban los ejércitos enfrentados en la gran batalla.
BAJO ÁGUILAS Y DRAGONES
La composición y organización general de la fuerza
Adentrarse en la estructura general del Ejército romano de Occidente en el siglo V es siempre una aventura difícil y tiene como punto de partida estudiar las diferencias existentes entre los hombres que servían bajo águilas y dragones, los soldados romanos que, divididos en unidades fronterizas, ripenses o limitanei , y en unidades comitatenses , englobadas en los ejércitos de campaña o maniobra, seguían sirviendo bajo sus tradicionales «águilas» y bajo los «dragones» que, desde el siglo III, guiaban a las cohortes de infantería y a las unidades de caballería. Son esas diferencias entre comitatenses y limitanei - ripenses , así como los distintos cometidos, despliegue y asignación de medios, etc., las que definían la compleja organización y las capacidades del último ejército romano in partibus Occidentis .
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