Por fin se escribe algo así. Algo que se había callado siempre. Además, nos descubre un Sarmiento que había sido ocultado. Este libro debe difundirse, lo merece. Y merece el tema conocerse hasta en los institutos de enseñanza. Cumple todos los principios de una investigación absolutamente honesta y científica.
Osvaldo Bayer
Sobre este libro Sobre este libro Por fin se escribe algo así. Algo que se había callado siempre. Además, nos descubre un Sarmiento que había sido ocultado. Este libro debe difundirse, lo merece. Y merece el tema conocerse hasta en los institutos de enseñanza. Cumple todos los principios de una investigación absolutamente honesta y científica. Osvaldo Bayer
Loncogüé Sergio Fabio Carciofi Loncogüé Los fusilados de Sarmiento
I. Introducción
II. Loncogüé
Lugar de la cabeza
El escenario
Territorio de conflictos
Se establece el fortín
III. Los hechos
¡Arriba los entrerrianos y mueran los porteños!
Fuentes y versiones
La versión de Maguire
IV. La decisión del Gobierno Nacional
“Proceda a diezmarlos”
Contradicciones a la vista
Otro caso: el fusilamiento de Zacarías Segura
V. Línea dura
La violencia en todo
Perfiles de Sarmiento
Continuidades y rupturas del proyecto liberal
VI. Al amparo de la legislación monárquica
La premeditación
¿Un “buen diablo”?
Ataques y defensas
Dedicación personal
VII. La responsabilidad de Sarmiento en los fusilamientos
Acusaciones en la prensa
En el Senado
VIII. El contingente
Cuestión de ley
El rol de Urquiza
Nuevas modalidades
IX. El aliado inesperado
Enemigos leales
“Ahora sí que me siento presidente”
X. El pacto
La interna sale a la luz
Urquiza excluido
XI. La derrota de Mitre
Los hechos de San Juan
El debate en el Senado de la Nación
Mitre acusa al gobierno nacional
“La polea loca”
“Murder” no es homicidio, es “asesinato”
La derrota ha sido tremenda
XII. La investigación
XIII. ¿Cómo fueron reclutados?
Elementos de desorden
Chamorro reclutado
XIV. ¿Quiénes fueron?
La palabra de Carriego
José Chamorro y sus compañeros
XV. El debate en los medios de prensa
El inicio
Reacción del diario oficialista
Contraataque en La Nación Argentina
Sigue El Nacional
La Tribuna contra Sarmiento
¿Motín o simple tentativa de evasión?
XVI. Repercusión y opinión entre los entrerrianos
Una resistencia muy cara
Las venganzas del tirano
Provocaciones periodísticas
Final de juego
XVII. Conclusiones
Fuentes bibliográficas
Periódicos y diarios
Archivos y bibliotecas
Carciofi, Sergio FabioLocongüé, los fusilados de Sarmiento / Sergio Fabio Carciofi. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Punto de Encuentro, 2021.Libro digital, EPUBArchivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-4465-46-71. Historia Argentina. 2. Crímenes. I. Título. CDD 982.05 |
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Sergio Fabio Carciofi
Loncogüé
Los fusilados de Sarmiento
Historia y Pensamiento latinoamericano
“Si los muertos no hablan, deber de los que sobreviven es pedir reparación sobre sus restos inanimados o al menos solicitar de sus representantes de la ley una garantía de que no prevalecerá en el futuro la sangrienta doctrina que fusila sin proceso y procesa extendiendo y firmando primero la sentencia de muerte”.
Diario La Nación Argentina, 12 de mayo de 1869
“Nunca pues, en tiempo alguno, ni por causa alguna estaremos por fusilamientos, ni los defenderemos aun cuando nazcan de la ley. Los condenaremos siempre porque el hombre no debe morir por mano del hombre. Harto horrorosa es la guerra para matar en la paz”.
Diario La Tribuna, 7 de abril de 1869
“Llegará el día en que desapareciendo las sombras sólo queden las verdades, que no dejarán de conocerse por más que quieran ocultarse entre el torrente oscuro de las injusticias”.
Juan Manuel de Rosas, 1857
El 26 de marzo de 1869, un grupo de entrerrianos enviados por Urquiza a la frontera oeste para sumar soldados a los regimientos de línea fueron fusilados en Loncogüé, sin juicio previo y sin sentencia judicial alguna. Este hecho ocurrido como consecuencia del ¿motín?, ¿levantamiento?, ¿sublevación?, ¿intento de fuga? tuvo un profundo impacto público en los primeros años del gobierno de Sarmiento. Se lo consideró como “el más grave suceso de estos tiempos”.1 El diario La Nación Argentina lo describió como un hecho “atroz, inaudito, único en la historia del derecho militar que ha conmovido tan profundamente la sociedad”.2 Tanto es así que los hechos llegaron a ser debatidos en el Congreso Nacional. En la sesión del Senado de la Nación del 15 de junio de 1869, el senador Salustiano Zavalía los calificó de “actos atroces practicados por los que manejan la fuerza pública de la Nación”. Y días más tarde, en la sesión del 19 de junio del mismo año, el ex-presidente de la Nación y entonces senador Bartolomé Mitre, en referencia a hechos de estas características sostuvo: “La ejecución de un preso o prisionero sea o no delincuente político, sea bandolero o beligerante, yo la califico de asesinato […] Es un asesinato, porque todo hombre que no es muerto por sentencia de su juez natural, está mal muerto; y porque, aun cuando pueda serlo con motivo, no lo es con justicia y con legalidad”.3
Sin embargo, lejos de ser tratado por nuestra historia con la atención que un acontecimiento de ese tenor se merece, fue más bien soslayado y, con el correr del tiempo, olvidado. ¿Por qué? ¿Es posible que estos entrerrianos enviados a Loncogüé para engrosar las filas de la milicia de frontera no fueran criminales, convictos o malentretenidos, sino federales opositores a Urquiza? ¿Cuál habrá sido el rol del gobernador entrerriano en este hecho, cuál su connivencia con Sarmiento? ¿Es posible entender el fusilamiento de los entrerrianos en Loncogüé como un crimen político, de abuso de autoridad, como el fusilamiento de los peones patagónicos en 1921-1922, o el de los obreros en los basurales de José León Suárez en 1956, o de los presos políticos en la cárcel de Trelew en 1972? ¿Acaso la responsabilidad del presidente Sarmiento fue tal que hoy los hechos merecerían ser caratulados como un crimen de lesa humanidad?
1. Gálvez, Manuel, Vida de Sarmiento. El hombre de autoridad, Buenos Aires, Tor, 1957, pág. 304.
2. La Nación Argentina, “Cuestiones de derecho militar, a propósito de las ejecuciones en Loncogüé”, 1869.
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