Ejercicio: Aparta tus Pensamientos Dañinos.
Pensamos en forma de imágenes, sonidos, sensaciones y cada uno de ellos tiene unas características determinadas, como grandes, pequeñas, tenues, etc. Vamos a aprender a distinguir esos detalles sin prestar atención al contenido. Si los modificamos nuestra interpretación cambia. Esos detalles se llaman submodalidades. Esta tabla de referencia te puede ayudar a que te sea más sencillo identificarlos y catalogarlos.
Submodalidades visuales.
Color / blanco y negro |
Contraste |
Foco |
Plano / tres dimensiones |
Detalle |
Tamaño |
Distancia |
Ubicación |
Movimiento/ o no |
|
Submodalidades auditivas.
¿De donde viene el sonido? |
Tono |
Volumen |
Melodía |
Ritmo |
Duración |
Submodalidades cenestésicas o de sensación.
Sientes frio, calor, miedo, tensión... |
La intensidad de la sensación |
El lugar |
¿Se mueve? La sensación |
Es continua o intermitente |
Lenta o rápida. |
Imagen.
1.- Selecciona una imagen negativa y recurrente.
2.- Cuando esa imagen aparezca, obsérvala y responde:
- ¿Cómo es la imagen?: ¿se mueve? ¿Es en color? ¿Está cerca o lejos? ¿Es brillante? ¿Es grande? ¿Cómo estas incluida en esa película mental?, ¿te ves desde fuera o revives la experiencia en primera persona como en la vida real?
3.- Toma esa imagen y bájale el brillo.
4.- Hazla más pequeña y quita el movimiento, déjala sin vida, congélala.
5.- Hazla todavía más pequeña como si fuera una foto. Rómpela.
6.- Vamos a comprobar. ¿Cómo es ahora la imagen? Perdió su fuerza. Si no es así continúa practicando el ejercicio desde el punto 2.
Sonido
1.- Toma la frase o sonido interno que te molesta.
2.- Aceléralo.
3.- Hazlo lento. Imagina que estas frente a un disco que emite ese sonido.
4.- Toma un clavo y raya el disco con ímpetu. ¿Escuchas ahora ese mensaje deformado?
5.- ¿Cómo escuchas ahora ese sonido o frase? ¿Perdió su fuerza? ¿Desapareció? Si no es así continúa practicándolo desde el principio.
Sensaciones
1.- Identifica la zona del cuerpo que sientes dolor.
2.- Imagínate que pintas esa parte del cuerpo que te duele con un color que represente la salud.
3.- Imagina que cada vez que lo pintas con ese color, se alivia el dolor. ¿Es refrescante la sensación? Ahora céntrate en la sensación de bienestar.
4.- ¿Estás más aliviado después de repetirlo varias veces? Practica más veces centrando tu atención en la sensación de bienestar cada vez que pintes.
Las emociones.
Son un sentimiento producido por un pensamiento que conduce a respuestas biológicas, psicológicas y conductuales. La palabra emoción viene del latín “motere” que significa moverse. Es lo que hace que nos acerquemos o nos alejemos de una persona o circunstancia. Se define como la tendencia a actuar y se activa con frecuencia por alguna de nuestras impresiones grabadas en el cerebro o por medio de los pensamientos, provocando un determinado estado fisiológico en nuestro cuerpo. Cada emoción incita a la persona hacia un determinado tipo de conducta. En los animales y en los niños hay una total continuidad entre el sentimiento y la acción; en los adultos se da una separación, la acción no necesariamente sigue al sentimiento, por ello expresar las emociones tiene una función social y adaptativa.
Los antiguos médicos eran astutos observadores del cuerpo humano. Descubrieron que aquellas personas cuyas vidas estaban dominadas por una emoción en particular tenían dolencias determinadas. Las personas cuyas vidas estaban gobernadas por la ira parecían sufrir de problemas de hígado y vesícula. Las que pasaban sus vidas sintiendo angustia sufrían a menudo problemas de pulmón y colon. Aquellas que eran temerosas padecían de riñón y vejiga. Casualmente, se hizo una correlación entre las emociones que experimentaban y determinados órganos del cuerpo. Se creía que los órganos eran los que producían las emociones que las personas sentían. Actualmente sabemos que ciertas áreas del cerebro se activan cuando sentimos determinadas emociones porque hay un componente bioquímico. Esto quiere decir que si sientes la emoción de miedo, tus riñones o vejiga estarán creando esa energía particular o vibración. Si sientes angustia se verá reflejada en tus pulmones o en tu colon y así sucesivamente.
La medicina psicosomática me ha enseñado que los órganos del cuerpo producen las emociones que experimentamos. Cuando sientes una emoción de ira, no viene solo de tu cerebro sino que tu hígado o vesícula también están incluidas en este proceso. Si estás sintiendo la emoción de la traición ésta emana de tu corazón o de tu intestino delgado. Recuerda que solíamos pensar que el cuerpo y la mente estaban separados y eran distintos, hoy su línea divisoria está desapareciendo hasta tal punto que no sabemos dónde empieza la influencia de una y dónde termina la otra. Por ello, creo que es importante conocer las propias emociones y tener conciencia de uno mismo sin confundirlas o disfrazarlas sobre todo en una situación de pérdida de la pareja la cual a veces nos resulta insoportable. Parece que si ponemos nombre a aquello que sentimos, es más fácil aliviarlo. Esta es la clave de la inteligencia emocional.
Distingue tus emociones.
Se ha hecho mucho hincapié en que tenemos que aprender a desarrollar las emociones positivas, pero ¿te has preguntado alguna vez, si las emociones denominadas negativas son buenas o adecuadas en algunas ocasiones? Yo creo que sí lo son, en el momento y en las circunstancias adecuadas y cumplen una función. Si viajamos atrás en el tiempo, encontramos pensamientos, sentimientos, emociones y actitudes negativas que protegían al humano. De hecho, éstas impidieron la extinción de nuestra especie. Imagínate a un Neandertal en la caza del Mamut o del dinosaurio enviando sentimientos positivos o reprimiendo la respuesta de miedo…. ¡Se lo carga fijo! Si uno del grupo tiene miedo no va a esperar a comprobar si la amenaza es real o no. Por tanto la gestión emocional es esencial no sólo para nosotros mismos sino también para nuestro entorno. La amígdala situada en el cerebro emocional, es el centro de control de las emociones, es autónoma y asume el control, mucho antes de que el neocórtex haya tomado una decisión razonada. En milésimas de segundo cambia la química de nuestro cuerpo activando los neurotransmisores: dopamina, noradrenalina y adrenalina; incrementa el ritmo cardíaco, la presión arterial y el flujo de oxígeno hacia el cerebro; modifica las expresiones faciales y aporta mayor energía y fuerza. Todo ocurre a gran velocidad, la amígdala quiere asegurar nuestra supervivencia asocia cualquier situación con recuerdos emociones provocando una reacción corporal en milésimas de segundo.
Con el desarrollo de la civilización y la cultura el hombre ha ido evolucionando y ha sido menos necesario que utilice sus rasgos negativos. Cuando nos encontramos en una situación que percibimos como hostil recuperamos desde nuestra parte más primitiva dichos rasgos negativos manifestándolos y adaptándolos a los tiempos actuales bajo el tamiz del aprendizaje. La ira y el odio salen de nuestro interior y se transforman en enfado o indignación contra una situación que consideramos injusta. El deseo de proteger a los más débiles hace que en ese caso esa emoción en principio negativa se convierta en positiva. Seguro que tú conoces más ejemplos.
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