Angy Skay - Y quiéreme

Здесь есть возможность читать онлайн «Angy Skay - Y quiéreme» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Y quiéreme: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Y quiéreme»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando el amor golpea devastadoramente tu corazón y se hace paso sin pedir permiso, la pasión y el desenfreno ciegan detalles muy significativos de una pareja. Detalles que cuando salen a la luz atormentan. Bryan no podrá vivir sin ella, pero ¿y ella? ¿podrá vivir con inesperados y sorprendentes percances que transcurrirán, dejándola fuera de lugar? Conoceremos a Annia por completo, sin embargo, ¿qué pasa con Bryan? Esta historia abrirá muchos caminos y, con ellos, demasiadas dudas. Tras el impresionante Provócame, llega la esperada segunda parte de la Serie Solo por ti. ¿Podrás quererme?

Y quiéreme — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Y quiéreme», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

«¡Otra más!», pienso con sarcasmo.

Esa tarde vendrán a verme Nina, Brenda y Ulises. Están aquí desde que estoy en el hospital. Cuando se presentan, le digo a Bryan que se marche a descansar, pero se niega rotundamente.

—Madre mía, Any, no puedo creer que Mikel… —comienza Ulises sin salir de su asombro.

—Yo tampoco lo habría imaginado nunca, Ulises.

—Es completamente surrealista. Sabía que era ambicioso, pero… ¿tanto como para llegar a esto? —se pregunta Brenda.

—Pues no lo sé. Supongo que no sabía dónde me metía el día que lo conocí. Después de todo, no lo conozco tan bien como creía.

De golpe, todos nos quedamos a cuadros cuando escuchamos a Bryan, que se ha mantenido al margen de la conversación:

—Él sí que no sabe con quién acaba de meterse. —Parece pensativo.

Veo cómo Max le echa una mirada de advertencia y ambos salen de la habitación.

Nina está a punto de marcharse cuando entran Anthony y Giselle. Supongo que los que los siguen, a los que aún no conozco, son Rosaly y su marido William. Román no viene con ellos. ¡Qué raro!

—Hola, querida —saluda Giselle, la madre de Bryan, a mi hermana Nina.

—Hola, Giselle. —Le da un abrazo.

—Hola, cielo. Gracias a Dios que has despertado. Mi hijo y todos nosotros casi morimos por la angustia. —Me da un sonoro beso.

—Hola, señora Summers. Siento mucho el mal rato que les he hecho pasar.

—No te preocupes, lo importante es que estás bien. Y, por favor, llámame Giselle, que ya eres de la familia.

De reojo, veo cómo Bryan observa la escena, pero no mueve ni un solo músculo. ¿Estará enfadado? Me presentan a Rosaly y a su marido. La verdad es que son los dos muy majos, y entre todos me hacen pasar un rato muy agradable.

—Any, cuando estés lista para declarar, avísame. Me encargaré personalmente de que esos dos desgraciados se pudran en la peor cárcel. He contratado al mejor abogado de todo Londres para que lleve tu caso —me dice Anthony, el padre de Bryan.

—Gracias, Anthony. No es por despreciarlo, pero no quiero que os toméis más molestias por mí. Esto ya es demasiado.

—Te llevará el caso ese abogado y punto —sentencia Bryan en un tono que no admite réplica.

—Hijo, ten un poco más de tacto —lo reprende Giselle.

—Para mí no es ninguna molestia. Y haré lo que sea necesario. Acéptalo sin más, Any, te lo pido por favor —se ofrece Anthony, sosteniendo mi mano.

No sé qué decir, así que me quedo mirando sus envejecidos ojos. Bryan se levanta y, sin consideración alguna, empieza a echar a todo el mundo de la habitación. Mi rostro es un poema, debido al asombro por su actitud.

—Bryan, ¿qué haces? —le pregunto anonadada.

—Vamos, mañana podréis ir a verla al apartamento, por hoy ya está bien de visitas.

Cuando consigue desalojar la sala, cierra la puerta de un portazo y viene con paso decidido a la cama. Se pone delante de mí y me mira con una cara que no sé muy bien cómo catalogar. Sigo asombrada por lo que ha hecho. No doy crédito.

—¿Se puede saber por qué has hecho eso? —le pregunto molesta—. Estaba a gusto. No hacía falta que los echaras.

—Llevas todo el día de visitas. Necesitas descansar. Duerme. —Esto último me lo ordena.

—Llevo durmiendo tres días. No quiero dormir más.

Tuerce el gesto y gira su cara; su expresión cambia por completo. Intento incorporarme sentándome en la cama, pero me duele un poco el abdomen al hacer el movimiento.

—Eh, eh. Bryan, estoy aquí, estoy bien. No tienes por qué angustiarte más.

Enmarco su rostro y su atención se desvía a mis ojos.

—No sabes los tres días que he pasado. Creía que te perdía…

Su voz va apagándose. Veo cómo de sus bonitos ojos caen dos enormes lágrimas. Con rapidez, se las limpio con mis manos y lo estrecho junto a mí.

—Pero estoy bien. Me tienes aquí.

Me abraza con más fuerza, hasta que hago una mueca por el dolor, algo que él nota.

—Lo siento, ¿te he hecho daño? —se preocupa.

—No. Ven, entra conmigo aquí como puedas. —Señalo la cama.

Lo ayudo a meterse de manera que quedo apoyada contra su pecho y paso mi mano por encima de su cintura para poder aspirar su aroma. Cuánto he echado de menos este olor… Nos quedamos así, en absoluto silencio un rato, hasta que, finalmente, el sueño nos vence a ambos.

A las pocas horas, me despierto con unas voces atronadoras e histéricas:

—Eh, eh, ¡oigan! ¿Están locos? Puede hacerle daño a la paciente.

Una enfermera chilla desesperada a nuestro lado. Veo la cara de circunstancia de Bryan y cómo arruga el entrecejo. ¡Mierda! Va a soltarle una fresca, así que decido intervenir cuanto antes:

—Lo siento, enfermera, pero es que… Es que…

—¿Es que qué? —me pregunta molesta al verme balbucear.

—Es que me da miedo dormir sola. ¡Ya está! ¡Lo he dicho!

Seguido de esto, hago un puchero y Bryan me mira con asombro.

—Oh, lo siento, señorita, pero solo me preocupaba por su salud —se disculpa la enfermera con remordimiento.

Después de hacer mi teatrillo y soltar dos lágrimas más falsas que las de Judas, la enfermera se marcha. Bryan me mira y yo a él. Ambos estallamos en una carcajada mundial.

—¿Miedo a dormir sola? —me pregunta con guasa, riéndose.

—¿Qué querías que le dijera? —Río también.

A lo largo de la mañana, viene el médico, me reconoce y me hace firmar el alta. Finalmente, puedo irme. Nina y Bryan, que no se han separado de mí ni un solo instante, empiezan a pelearse ante los ojos de Max y Giselle.

—¡No, Bryan! ¡Se viene conmigo! —dice Nina tajante.

—¡No! ¡Ella se viene conmigo! —sentencia el otro.

—¡Es mi hermana! ¡Por el amor de Dios! ¡Se viene conmigo y punto! —chilla, acercándose más a él.

—Me da igual que sea tu hermana. He dicho que se viene conmigo y se acabó. ¡Fin de la discusión!

—¡Ya está bien! Por qué no dejáis que sea ella la que decida. Tesoro, ¿con quién quieres irte? —me pregunta Giselle.

—Yo… Yo…

Miro a ambos, que me observan expectantes.

—Esto es una gilipollez. Vamos, Any. —Bryan coge mi brazo.

En ese momento, Nina agarra mi otro brazo y tira de mí.

—No, ¡de eso nada! ¡Se viene conmigo, Summers!

—¡Ya está bien! —exploto.

Me suelto de los dos de malas formas, me derrumbo en el sillón más cercano que tengo y comienzo a llorar como una niña pequeña.

—Eh, eh, tranquila, preciosa, no llores —me dice Max, acercándose a mí.

—Nena, vamos, no te pongas así. —Bryan besa mi frente.

—Tesoro, no es bueno que te estreses. ¿Quieres venir a mi casa? Yo te acogeré con gusto el tiempo que necesites —me dice Giselle, quitándome de encima a todos.

—Gracias, Giselle, solo quiero estar sola. Solo quiero eso.

Todos me miran. Se han quedado sin habla.

—Any, no puedes quedarte sola. Te han mandado reposo absoluto una semana más. Vamos, vente conmigo a casa —me dice Nina, y Bryan le lanza una mirada asesina.

—Nena, no iré a trabajar en toda la semana. Me quedaré contigo para lo que necesites. —Mira a mi hermana con aires de suficiencia y prosigue—: Además, Nina, tú tienes que trabajar y ocuparte de Helen, así que yo podré atenderla mejor.

Tras un minuto de silencio, Nina mira a Bryan con mala cara.

—Está bien. Pero iré a verte todos los días.

—Claro —afirma Bryan con cara de triunfo.

Mi hermana tuerce el gesto. No entiendo a qué ha venido esta pequeña discusión que han tenido. Sé que están preocupados por mi salud, pero…, ¡joder!, tampoco es para tanto.

Salimos de la habitación, nos despedimos de todos y Bryan y yo nos dirigimos hacia su apartamento.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Y quiéreme»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Y quiéreme» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Y quiéreme»

Обсуждение, отзывы о книге «Y quiéreme» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x