Mariana Palova - Un segundo amor

Здесь есть возможность читать онлайн «Mariana Palova - Un segundo amor» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un segundo amor: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un segundo amor»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

"No eras más que un simple humano. Pero no necesitabas ser nada más para lograr cosas extraordinarias."Frío, astuto y asombrosamente eficaz, Salvador Hoffman es famoso tanto por ser el mejor detective de Nueva Orleans como por su incapacidad para sentir empatía o afecto por otras personas, cosa que lo ha convertido en un hombre más temido que respetado.Pero cuando un macabro artilugio vudú aparece en una de las escenas del crimen más extrañas de su carrera, el detective comienza a cuestionarse no sólo las reglas de ese mundo estricto y racional al que pertenece, sino las propias limitaciones que siempre le impuso a su corazón.Y de la manera más difícil, Hoffman tendrá que aprender que a veces el amor duele más que la soledad.Ocho años antes de los acontecimientos de
El Señor del Sabbath, esta conmovedora historia imbuida de magia oscura y rituales sombríos nos llevará a conocer no sólo el lado más oculto de la ciudad hechicera, sino también el de uno de los personajes más queridos de La Nación de las Bestias.Bienvenidos de regreso a Nueva Orleans.

Un segundo amor — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un segundo amor», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La ventana era algo estrecha, pero estabas en muy buena forma, por lo que apretujarte por esa grieta no supondría gran problema. Abrir la rendija tampoco fue complicado, debido al hundimiento, los tornillos ya habían cedido, por lo que sólo hicieron falta un par de vueltas de tu navaja suiza para poder removerla.

Lo que te preocupaba era lo que encontrarías una vez que cruzaras ese umbral.

—Dios, amo mi puto trabajo —el sarcasmo fue tan natural que no pude evitar reír un poco.

Sin más, te sentaste sobre el fango para deslizarte con las piernas por delante. Y una vez que caíste sobre lo que se sintió como una alfombra pastosa, un olor pestilente, como a orina de gato, inundó de inmediato tu nariz.

Sonreíste someramente, porque sabías bien lo que significaba ese tufo tan distintivo.

Encendiste tu pequeña linterna de mano. El suelo estaba encharcado, atestado de bolsas de basura, filtros de café, rollos de plomería, papeles manchados de rojo y muchos, muchos bidones vacíos… todo mojado debido al agua filtrada a través de las grietas del concreto; las paredes de tapiz enmohecido exhibían marcas de quemaduras y humo que ni siquiera la humedad había sido capaz de limpiar.

No cabía duda alguna: cuando el sótano se volvió inútil, pasó de ser un laboratorio de metanfetaminas a un depósito de basura. Y para poder seguir fabricando la droga debieron haber llevado todo arriba, al maldito segundo piso, arriesgándose a volverlo un blanco fácil.

A veces te sorprendía lo inepta que podía ser la gente, incluso cuando se trataba de hacer cosas de por sí estúpidas.

Avanzaste por el sótano con el objetivo de alcanzar la corta escalera de madera. Una vez que te abriste paso hasta la puerta, susurraste una última indicación a través de tu radio. Después, la apagaste por completo y sacaste la reluciente arma del arnés en tu cintura, asegurándote de echar el seguro hacia atrás.

Al girar la perilla, te encontraste con un pasillo y una cocina desastrosa del otro lado, con la puerta trasera de la casa incrustada en el fondo y aún custodiada por aquel grandulón. Todo estaba a oscuras a excepción de una luz parpadeante que provenía de la sala, mientras que la escalera que daba a la planta alta se erguía frente a la entrada principal. Desde afuera, la construcción parecía más grande, pero por dentro, la basura y la suciedad habían consumido casi todo el espacio.

De pronto, la estática de un televisor zumbó hasta tus oídos.

—Me lleva la chingada —murmuraste muy bajo en español cuando, al acercarte a la sala con la espalda junto al muro, viste de reojo a dos sujetos echados sobre un largo sillón de tartán verde, cabeceando y con los ojos tan hinchados que apenas podían mantenerlos abiertos. El suelo estaba plagado de colillas de cigarro y bolsas de plástico manchadas de pintura en aerosol, lo que era señal de que tenían largo rato sumidos en su fiestecilla.

Sentiste deseos de rodear el cuello del informante con tus manos.

El sonido de una puerta azotándose en la segunda planta duplicó el flujo de sangre en tus venas. Regresaste sobre tus pasos hasta escabullirte en la cocina, con la vista fija hacia la escalera. Al agazaparte junto a una mesa repleta de botellas de vidrio, viste por el borde cómo un tipo vestido sólo con sandalias y un pantalón deportivo bajaba con absoluta serenidad, para luego asomarse hacia la sala. De inmediato comprendiste que ese hombre sobrio, atlético y de perfecta dentadura era el pez gordo del lugar, puesto que la regla número uno de los traficantes serios es nunca embarrarse en…

De pronto, unas luces rojas y azules se dispararon a través de las ventanas de la sala, congelando hasta la última gota de tu sangre.

—¡Maldita sea, la policía!

La puerta a tus espaldas se abrió con violencia y te arrancó el corazón.

—¡HIJO DE PERRA!

Una bala casi se incrusta en tu cabeza. El disparo encontró la puerta del sótano mientras volcabas la mesa para cubrirte. Las botellas se rompieron estrepitosamente y el olor del amoníaco ardió en tu nariz al empapar tu ropa. El enorme guardián del patio trasero había entrado, alertado por las patrullas y los gritos de los hombres en la sala.

Disparaste por encima del borde de la mesa sólo para hacerle saber al grandulón que también estabas armado. El tipo se acuclilló detrás de la puerta y detonó otro tiro, abriendo un agujero en la madera de la mesa a sólo centímetros de tu cadera.

Aquel estruendo fue suficiente para desencadenar un desastre.

—¡POLICÍA, ALTO! —escuchaste que alguien gritó desde afuera de la casa. En medio segundo, la puerta delantera se abrió de una patada; el hombre que la custodiaba cayó de espaldas contra el mugriento tapete del pasillo, aplastado bajo el peso de un miembro del escuadrón SWAT.

El enorme guardián se olvidó de ti en cuanto un puñado de hombres lo rodearon, apuntándole con rifles de asalto, y cuando una lluvia de disparos inundó tanto la sala como la cocina, no perdiste ni un instante. Te pusiste de pie y corriste hacia el pasillo sólo para ver cómo el pez gordo huía despavorido escaleras arriba.

Te lanzaste detrás de él mientras la cuadrilla inundaba la casa entre gritos y disparos como si hubiesen traído dentro la tormenta con ellos. El tipo alcanzó una puerta al fondo de la planta, y la abrió con una embestida de su hombro. Una luz ultravioleta alumbró el corredor.

Entraste al laboratorio clandestino con el arma por delante; la amplia habitación ocupaba casi todo el segundo piso y estaba llena de mesas con piletas, bidones, mecheros y recipientes que despedían un olor nauseabundo aún más potente que el del sótano.

—¡Alto, cabrón!

El tipo se estrelló de espaldas contra una puerta al final de las mesas. Sudando a chorros, giró para enfrentarte, con las manos aferradas a la madera y la cara contraída a causa del miedo.

—¡Aléjate, aléjate! —exclamó, como perseguido por un espíritu maligno.

La escena fue desconcertante, pero te bastó ver los recipientes redondos y aplanados de las metanfetaminas completamente vacíos para comprender que el hombre no temía por su vida, temía por su mercancía, la cual debía estar oculta detrás de esa puerta.

—No vale la pena —dijiste, tranquilo, pero sin bajar el arma—, ya sea aquí afuera o en prisión, tus “clientes” te lo harán pagar muy caro, así que mejor acabemos con esto por las buenas.

Los ojos llorosos de aquel hombre te hicieron entornar los tuyos y ladear la cabeza. Pero lo que sentiste no fue lástima, sino un súbito mareo provocado por los gases tóxicos del laboratorio al mezclarse con el amoníaco en tu ropa.

Tu brazo se balanceó por unos instantes y el sujeto frente a ti no dudó ni un segundo más. Alargó su mano hacia una mesa y, debajo de un recipiente volteado, sacó un revólver que apuntó directo hacia ti.

—Lo siento, ¡no dejaré que te lo lleves, mon Seigneur!

Y entonces, disparó.

La bala atravesó tu bíceps izquierdo y, como si yo mismo te hubiese clavado los colmillos, el dolor te empujó con fuerza hacia atrás. Cuando tu propia arma rugió en el aire, el sujeto no tuvo oportunidad de disparar una segunda vez.

Caíste de espaldas, sosteniendo un grito mientras el pez gordo se derrumbaba contra la puerta. La madera se pintó de carmín y los ojos de aquel sujeto se desorbitaron bajo el agujero que habías abierto en su frente.

Un silencio prolongado prosiguió al zumbido en tus oídos, para luego ser llenado por unos pasos que estremecieron el suelo de madera.

—¡Detective Hoffman, por Dios! ¡Hombre herido, hombre herido! —gritó una agente SWAT al verte en el suelo, con la sangre manando de tu herida.

Quisiste sentarte para retirar la gabardina, pero el impacto te había acalambrado todo el brazo. La puerta detrás del cadáver seguía sólidamente cerrada, y la mujer a tus espaldas no dejaba de pedirte que esperaras a los paramédicos para moverte.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un segundo amor»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un segundo amor» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Un segundo amor»

Обсуждение, отзывы о книге «Un segundo amor» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x