Por ejemplo: “me gustaría que me dijeras si estás dispuesto a pasar conmigo una noche a la semana y otra con los niños”.
La causa fundamental de que nuestras necesidades estén insatisfechas es que no formulamos peticiones claras y concretas.
En definitiva, la cosa es muy sencilla. La pregunta es: ¿qué está vivo en mí, qué está vivo en ti y cómo podemos colaborar para que nuestra vida sea más rica y hermosa?
LA LÓGICA DE LOS SENTIMIENTOS
“La meta en la vida es reír con toda nuestra risa y llorar con todas nuestras lágrimas”
La idea básica de la Comunicación NoViolenta es muy sencilla, pero su puesta en práctica no es fácil .
Sí, el desafío es compartir abiertamente con los otros lo que me ocurre:
-“Oye, cuando te comportas de esta manera, me sucede esto. Me siento de esta manera …, necesito…. Y es por esto que quisiera pedirte …”.
Y todo ello sin juzgar moralmente a la otra persona y sin plantear exigencias. Una petición no es una exigencia, siempre y cuando comprendamos respetuosamente que la otra persona no haga lo que le pedimos, sean cuales sean sus motivos. Cuando utilizamos la Comunicación NoViolenta y pedimos algo a alguien, queremos que atienda nuestra petición sólo si está preparado para ello.
Es importante que tengamos en cuenta que la mayoría de las personas no están acostumbradas a poder elegir libremente si quieren cumplir una petición o no. Lo que conocen son las exigencias y sus consecuencias. Por eso, la mayoría tiene, de entrada, problemas para confiar ante un comportamiento así y suele escuchar la petición como una exigencia. Pagamos un precio muy alto cada vez que alguien escucha de nosotros una exigencia o una crítica, porque rompe la conexión empática y la alegría de dar. Y esto es algo muy valioso que no debería perderse en una relación.
Por lo tanto y de forma resumida: se trata de encontrar lo que se siente, lo que se necesita y lo que se quiere, ya que la mayoría de las personas no lo saben.
Esto no me sorprende, ya que una solución tradicional para los conflictos es tratar de evitarlos. Y si esto no funciona, hay que mantenerse siempre objetivo, mantener a raya los sentimientos, ceder y estar abierto a los compromisos. Usted, sin embargo, afirma que en primer lugar se debe descubrir lo que se siente y se necesita. ¿Cómo se relacionan dentro del modelo de la Comunicación NoViolenta los conceptos centrales “sentimientos” y “necesidades”? Y ¿por qué son tan importantes los sentimientos para poder identificar las necesidades?
No podemos separar los sentimientos de las necesidades. Las necesidades se ponen de manifiesto, son reconocibles, a través de los sentimientos. En esto radica el significado de los sentimientos. Son como los chivatos de un coche. Cuando se enciende la luz roja, sabemos que el depósito está vacío. La luz amarilla identifica el sistema eléctrico, el nivel del aceite y del agua. Eso son los sentimientos. O todo funciona o algo debe ser reparado o rellenado. Esto quiere decir que los sentimientos son como los chivatos del salpicadero, nos dan información sobre el nivel de satisfacción de las necesidades. Por lo tanto, de una forma figurada, eso quiere decir que cuando tengo sentimientos dolorosos sé que tengo una necesidad insatisfecha. Y entonces puedo decidir qué quiero hacer para resolver el problema.
Me gusta la imagen, porque enseña que los sentimientos -independientemente de que sean sentimientos agradables o desagradables– tienen una función importante en el sistema .
Con independencia de qué sentimiento se trate –dolor o alegría–, cada sentimiento es un regalo, y su belleza consiste en que es verdadero y te demuestra que estás vivo.
Creo que la meta en la vida no es ser siempre feliz, sino reír con toda nuestra risa y llorar con todas nuestras lágrimas. Lo que se manifiesta en nosotros es la vida que se expresa y es siempre un regalo conectarse a ella.
Por lo tanto, ¿podemos reconducir todos los sentimientos a los dos básicos de dolor y alegría?
Sí. Antes los dividía en sentimientos positivos y negativos. Y después me di cuenta de que estas dos categorías implicaban que hay sentimientos “malos”, en vez de considerarlos parte de la vida. Ahora los llamo
• sentimientos que aparecen porque hay necesidades satisfechas, y
• sentimientos que aparecen porque hay necesidades insatisfechas.
Daniel Goleman se refiere en su libro Inteligencia emocional al importante papel de los sentimientos. Afirma que la función natural del dolores avisarnos cuando el sustento de nuestras necesidades básicas está en peligro. Ningún ser vivo sobreviviría mucho tiempo si no tuviera sentimientos. Por ejemplo, cuando tenemos el sentimiento de malestar que llamamos hambre, nos buscamos algo para comer. Y así, todos los sentimientos tienen una función natural y vital.
Hay sentimientos que no parecen productivos. ¿Qué ocurre con la ira y el enfado?
Tomemos un ejemplo cotidiano, uno que todo el mundo conoce: supongamos que vivo con alguien, un amigo, mi pareja, un compañero o con un niño y esta persona tiene la costumbre de ser muy desordenada, deja todo por medio y no limpia nunca. En algún momento el enfado empieza a extenderse en mí de tal manera que ya sólo con verlo me pongo furiosa. ¿Cómo hago en ese momento para comunicarme con el otro sin violencia?
Yo le animo a que no diga nada hasta que no haya encontrado el origen de su enfado y haya vuelto a conectarse con la vida. Para poder manifestar el enfado sin violencia tenemos que tomar conciencia de que nunca es la otra persona la que nos enfada. El enfado se origina por el pensamiento. Es importante diferenciar entre el desencadenante y la causa del enfado. Así, en este caso, ¿cuál es la causa del enfado?
Mi necesidad de orden y limpieza, en un espacio donde me quiero sentir en mi casa, se ve desatendida. Y quiero que mi necesidad se respete .
No son las necesidades las que hacen que nos enfademos. Tampoco es el comportamiento de la otra persona, esto puede ser el desencadenante, pero no la causa. La causa de nuestro enfado es lo que pensamos. Así pues, ¿qué has pensado de esa persona?
Que debería limpiar más y ser más ordenada .
Ajá, eso es lo que pensabas. Cuando el enfado arraiga en nuestro corazón es porque tenemos un “debería” en nuestra cabeza. Es una de las palabras más peligrosas inventadas por el hombre. Así, en primer lugar, lo mejor es sacar de la cabeza el “debería” y transformarlo en una necesidad. Cuando nos conectamos con nuestras necesidades ya no estamos enfadados y furiosos. Es posible que entonces nos sintamos frustrados o tristes, pero ya no furiosos. Sólo estamos furiosos cuando nos alienamos de la vida.
Por lo tanto, cuando has conseguido llegar desde el “debería” a la necesidad, entonces podrías decir: “estoy frustrada porque mi necesidad de respeto está insatisfecha cuando la casa está desordenada”.
Y la petición concreta sería: “cuando uses la cocina, ¿podrías dejarla limpia, por favor”?
Eso es un deseo, no una petición. Una petición concreta se centra en el momento presente, en aquello que quiero ahora. Y lo que usted ha dicho se orienta hacia el futuro. Pero, ¿qué es lo que quiere de esa persona ahora? Creo que sería bueno pedirle un reflejo de lo que le hemos expresado. Para asegurarnos de que él ha comprendido bien lo que quiere. ¿Quieres que piense que es la criatura más detestable que jamás ha pisado la Tierra? Cuando no se pide un reflejo claro es posible que reciba el mensaje de esta manera.
“Por favor, dime si estás dispuesto a limpiar la cocina después de haberla usado” . Sí, eso suena a una petición concreta. “Por favor, dime” es algo que podemos pedirle a alguien es ese momento.
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