La película tampoco puede deslindarse del contexto de su producción y realización. Formó parte de un amplio ciclo documental centrado en recabar las voces que explicaban el momento presente –propuesto paradigmáticamente como objeto de disección en la obra de Pere Portabella Informe general sobre algunas de interés para su proyección pública (1976)– pero que, sobre todo, se interesó por explorar el pasado. Esa fue la justificación de La vieja memoria y de otros títulos coetáneos, como Entre la esperanza y el fraude: España 1931-1939 (Cooperativa de Cine Alternativo, 1976), España debe saber (Eduardo Manzanos, 1977) y ¿Por qué perdimos la guerra? (Diego Santillán, 1977). La filmación de La vieja memoria abarcó de octubre de 1976 a inicios de 1977, hasta registrar más de veinticinco horas de entrevistas. 2 Como ha resaltado Vicente Sánchez-Biosca, ese material se grabó coincidiendo en el tiempo con la dinámica de cambio circunscrito entre la formación del gobierno Suárez, la aprobación de la Ley para la Reforma Política, los sangrientos sucesos de la última semana de enero de 1977, la legalización del PCE y la convocatoria electoral del 15 de junio. 3
Ese mismo tiempo histórico demostró que ninguno de los testigos reunidos en La vieja memoria iba a jugar un papel político decisivo en términos de presente con la salvedad puntual de Tarradellas. Pasionaria era presidenta del PCE desde diciembre de 1959 y poco después de su participación en el film logró acta de diputada por Asturias, ocupando por unas horas la mesa de edad que presidió la apertura de la legislatura constituyente. En aquel momento, sin embargo, su rol distintivo era el de autoridad sentimental y referente simbólico del PCE. Enrique Líster, otro viejo dirigente que intervino en la película de Camino, tuvo menos éxito político. Encabezaba una pequeña formación heterodoxa –el PCOE– frontalmente enfrentada con la dirigida por Santiago Carrillo, de la que había sido expulsado en 1970. En junio de 1977 el PCOE continuaba a la espera de su legalización y Líster se encontraba aún en el exilio. No obtuvo su pasaporte español hasta el mes de septiembre.
Federica Montseny protagonizó un efímero canto de cisne en forma de multitudinaria capacidad de convocatoria apenas quince días después de la jornada electoral, al convertirse en plato fuerte de la concentración reunida en Montjuic el 2 de julio. Aquel acto fue un espejismo respecto al futuro que le esperaba a la CNT en la España democrática, en la que quedó reducida a una posición marginal. Junto a Montseny tomaron la palabra en aquel mitin el histórico dirigente José Peirats y el secretario del sindicato en Cataluña. Entonces fue mencionado en la prensa como Enric Marcos, pero ha pasado a la posteridad como Marco, 4 es decir, como el futuro responsable de la Amical de Mauthausen, «campeón» o « rock star de la memoria histórica» a inicios del siglo XXI, y como el «gran impostor y el gran maldito» de esa misma memoria, tras hacerse público en mayo de 2005 la falsedad de sus testimonios acerca de su internamiento en el campo nazi de Flossenbürg. 5
Otros intervinientes en La vieja memoria , de signo ideológico opuesto a Montseny, Líster o Ibárruri, acabaron igualmente certificándose como vestigios del pasado. Fue el caso de José María Gil Robles, uno de los inspiradores de la frustrada y frustrante operación por activar la vía democratacristiana. Igual que ocurrió con la mayoría de las organizaciones que proliferaron en la sopa de letras de los primeros meses de la Transición, su Federación Popular Democrática –subsumida, a su vez, por la Federación de la Democracia Cristiana, y esta en una coalición aún mayor, el Equipo de la Democracia Cristiana– obtuvo unos pésimos resultados electorales. Lo mismo pasó con Alianza Nacional 18 de Julio, la coalición de extrema derecha que sirvió de cobijo a Raimundo Fernández-Cuesta, otro de los entrevistados en La vieja memoria . Camisa vieja de Falange, se convirtió desde 1937 en figura omnipresente del entramado burocrático y de poder de la dictadura. A pesar de su voto en contra del Proyecto de Ley para la Reforma Política en las Cortes en noviembre de 1976, participó como candidato en los comicios de junio. Encabezaba una candidatura que reivindicaba el «Estado misional y totalitario» configurado en la «Cruzada», ya que «la idiosincrasia del pueblo español […] quiere la perpetuidad del régimen de Franco, en su más pura esencia». 6 Alianza Nacional 18 de Julio solo logró en las elecciones algo más de 67.000 sufragios, apenas un 0,35% del porcentaje total de voto.
Gil Robles había sido desterrado en 1962 por su participación en la reunión celebrada por un centenar de opositores democráticos en Múnich, un encuentro que fue tildado de contubernio e injerencia por el régimen franquista. Uno de los más decisivos impulsores de aquella cita, si bien en zona de penumbra, fue otro de los testigos intervinientes en la película de Camino: Julián Gómez García-Ribera, más conocido como Julián Gorkin, un seudónimo compuesto mediante el cruce de los nombres de Gorki y Lenin que denotaba su antiguo pasado revolucionario. En 1936 Gorkin era uno de los dirigentes más representativos del POUM y director de su órgano de prensa, La Batalla . Detenido tras los enfrentamientos de mayo de 1937, fue procesado y condenado en el otoño del año siguiente en el contexto de uno de los conflictos más graves y controvertidos vividos en zona republicana.
En el exilio Gorkin agudizó su exacerbado antiestalinismo trastocándolo hasta un contundente anticomunismo. Infatigable publicista, fue fundador, director y animador desde 1953 de la revista Cuadernos , una publicación que actuó como think tank en lengua española dentro de las estructuras del cosmopolita Congreso por la Libertad de la Cultura (CLC). Esta organización se había constituido en Berlín occidental en 1950 al socaire de los vientos cada vez más intensos de la Guerra Fría. En 1967 la prensa norteamericana advirtió de las conexiones entre el CLC y la CIA, un extremo que fue prontamente recogido en la prensa española del momento. 7
Gorkin negó siempre su vinculación y la de Cuadernos con la agencia norteamericana. No ha sido hasta fecha reciente, al hilo de investigaciones encuadradas en lo que se ha venido en llamar la guerra fría cultural, cuando se ha abordado su papel en la sección en español del CLC y se han estudiado las redes existentes con sus patronos estadounidenses. 8 Esta línea de trabajo no ha estado exenta de polémica, si bien no tanto en lo relativo a las derivas ideológicas que protagonizó el dirigente poumista hasta su reconversión en militante de base del PSOE. El asunto se ha centrado, sobre todo, en debatir los grados de autonomía cultural y política de los intelectuales encuadrados en Cuadernos . Y, en particular, en el papel del colectivo como grupo en una estrategia pionera de consenso hacia la transición democrática. 9
Haciéndose eco de lo publicado en la prensa norteamericana en 1967 no faltaron las acusaciones en medios comunistas a las conexiones entre Gorkin, el CLC y la CIA. 10 La denuncia volvió a activarse en 1979, en el marco de un agrio debate cruzado en El País entre Gorkin y Santiago Carrillo. El punto de partida fue una entrevista realizada por Juan Cruz donde Gorkin evocó sus sensaciones al ver a Stalin en el Moscú de finales de los años veinte («me dio la impresión de estar ante un domador de animales»). Después declaró que consideraba al eurocomunismo una mera táctica para la toma del poder y negaba sinceridad democrática a Carrillo «hasta que no se autocritique por la carta que le envío a su padre y a Largo Caballero por no haber comprendido al genial Stalin» (aunque Gorkin no aludió a la reconciliación entre Santiago y Wenceslao Carrillo a finales de los años cincuenta). 11 La respuesta de Carrillo no se hizo esperar. Apareció en forma de corolario a unas declaraciones de actualidad. El secretario general minimizó el tono de la durísima carta enviada en mayo de 1939 a su padre. Negó sus alabanzas a Stalin y consideró que dicha misiva no fue más que un reproche a su progenitor por su colaboración en el golpe de Segismundo Casado. Sus declaraciones concluían retomando la añeja acusación de que Gorkin andaba metido «en numerosos negocios en que participa la CIA». 12
Читать дальше