No menos importante fue el compositor de la música, Carlos Patino o Patiño (1600-1675), quien desempeñaba el cargo de maestro de Capilla de la Real Capilla, cuya partitura se ha perdido. 4 El primero de enero de 1634, Patiño sucedió al holandés Mateo Romero como maestro de capilla. En 1660 le fue negada su petición de retiro, pero fue proveído con dos asistentes.
Según el plano del Palacio de Gómez de Mora de 1626 [fig. 6], el Salón Grande, llamado por el arquitecto real Salón de Comedias y Saraos, estaba situado en el ala meridional, entre la Pieza de las Furias o alcoba del rey, 5 hacia oriente, y la llamada Pieza Oscura, hacia occidente, con una medida aproximada de 170 x 35 pies [47,60 x 9,80 m], destinado principalmente a las representaciones de comedias, máscaras y otras ceremonias. 6 A partir de 1640, esta pieza experimentó varias reformas, que un cronista anónimo describe así en febrero del mismo año:
En estos mismos dias su Magestad con su jeneroso animo, hordenó que el Salón grande de Palazio adonde se açen las fiestas publicas se dorase todo el arteson, como se hiço, y se blanqueó todo y soló de nuevo y se abr[i]eron once ventanas rasgadas para la luz y pusieron veinte y dos puertas en correspondencia repartidas por todo él, guarnecidas de marmoles negros, obra vistosisima y de mucho lustre que a co[s]tado ochenta y quatro mil ducados y se acauo en tres meses, y se pusieron en él de cuerpo entero sentados todos los reyes de Castilla desde Vermudo el treinta [«sic» por III] hasta su Magestad, que son treinta y dos de pincel y pintura excelente. Hizose tambien teatro para las comedias todo dorado en correspondiencia de el salos [« sic» por salón], y otras dos piezas grandes y en la que duerme de imbierno todos los hartesones dorados y grandes pinturas. 7
La noticia es continuación a la que da principio al día 20 de febrero de ese año, en la que el mismo autor informa del incendio producido en el Buen Retiro, que había afectado en particular al Cuarto de la reina y a una parte importante del Cuarto del rey, con la pérdida de objetos de valor, para cuya reparación el ayuntamiento dio 20.000 ducados, el Consejo Real de la Cámara, 30.000, y los demás Consejos, cantidades proporcionales. Estos ingresos extra de dinero pudieron ser los que animaron a Felipe IV a emprender las mejoras del salón. Otro aspecto importante de esta noticia, además de las reformas propiamente dichas, avaladas la mayor parte por documentos aportados en trabajos más específicos, 8 es la referencia explícita a los 32 retratos de los reyes de Castilla, desde Bermudo III a Felipe IV, que al estar representados por parejas formaban la serie de 16 cuadros que decoraba el Salón. Por el contrario, aunque el dormitorio del monarca se reformó como el salón, incluido el dorado del artesonado, faltaba aún la segunda serie de retratos que completarían su decoración. 9
Fig. 6. Juan Gómez de Mora, Plano del Alcázar de Madrid . Roma, Biblioteca Apostólica Vaticana.
Igualmente cabe destacar la referencia a «otras dos piezas grandes». Después de 1626, fecha del plano del alcázar de Gómez de Mora, las medidas del salón se redujeron en casi 40 pies, que se ha supuesto que fueron los mismos que se añadieron al dormitorio del rey en fecha que no se ha podido determinar. 10 Sin embargo, si nos atenemos a esta noticia, se podría suponer que dentro de las reformas emprendidas en 1640 dirigidas por Alonso Carbonel se incluyó agrandar tanto la alcoba como la pieza oscura. 11
En cuanto a las once ventanas nuevas, debieron abrirse en la pared norte de esta pieza para que le entrara la luz del Patio del Rey, o sólo nueve y las otras dos en cada pieza del testero, 12 dado que al construir delante la nueva fachada del Palacio y el nuevo salón le quitaría buena parte de la luz que antes recibía del exterior. De las 22 puertas, ante la imposibilidad de que se hubieran podido abrir en la pieza este número de huecos, 13 parece más probable que el autor se refiera a contraventanas para las once ventanas, así como que fueran estas ventanas las que se enmarcaron con mármoles negros. Por último, se construyó un teatro portátil para representar las comedias, dorado como el artesonado, que dio su nombre al salón, en adelante conocido como Salón Dorado o de Comedias.
La obra, «vistosisima y de mucho lustre», se acabó en tres meses y costó 84.000 ducados. Además de las mencionadas parejas de retratos sedentes de los reyes de Castilla, Asturias y León, desde Bermudo III de León y Fernando I de Castilla, hasta Felipe III y Felipe IV, realizados entre 1639 y 1648 por varios pintores activos en la corte, 14 la decoración del salón se completaba con los grandes cuadros comentados por el viajero alemán Diego Cuelbis en 1599, con mapas y cuadros de vistas de ciudades del pintor Anton van Wyngaerde. 15 En cuanto a la magnífica serie de tapices de la Conquista de Túnez , que como se ha indicado colgaba de las paredes el día de la representación de El nuevo Olimpo , 16 se citan también en 1674 17 y en 1687, 18 si bien en el inventario de 1686 se relacionan los cuadros grandes. 19 Teniendo en cuenta que estas fechas coinciden con el mes de diciembre, creo, como sugirió Orson y se comprobará a continuación, que los cuadros sustituirían a los tapices en las épocas de calor.
Dado que el boceto inacabado de Velázquez de la Perspectiva del Salón Dorado , inventariado en 1686, 20 se destruyó en el incendio del Palacio, la única vista de este salón se conoce por un dibujo de la Galleria degli Uffizi de Florencia, publicado por Angulo 21 , y por la aguada que se conserva en la Oesterreichische Nationalbibliothek de Viena, ambos para la zarzuela de Juan Vélez de Guevara, Los celos hacen estrellas , escrita para celebrar el cumpleaños de Mariana de Austria (22 de diciembre), ya reina madre, en 1674 22 . El dibujo [fig. 7] muestra la embocadura del teatro y el telón; la primera escena de la obra, representada sobre un escenario muy sencillo, una tarima elevada en el testero occidental sobre dos escalones, 23 con los actores delante del telón de fondo, enmarcada por los bastidores de ambos lados y la bambalina de la parte superior, a modo de embocadura del teatro. 24 En el techo destaca el artesonado dorado, una sucesión de estrellas inscritas en hexágonos de origen mudéjar, y, a los lados, el comienzo de la paredes, con una de las ventanas de la pared norte, la mitad de uno de los cuadros de los reyes colgados en la pared sur, 25 y, debajo, a ambos lados, parte de los tapices de la Conquista de Túnez, de los que se aprecia la cenefa y la filacteria en la parte superior. No falta el zócalo de mármoles que se sabe que rodeaba la pieza.
Fig. 7. Francisco de Herrera, Escenario del Salón Dorado del Palacio para la primera escena de «Los celos hacen estrellas» .Viena, Österreichische Nationalbibliothek.
El día de la representación de El Nuevo Olimpo , el salón, del que ya tenemos una idea bastante aproximada, aparecía iluminado con unas cartelas o soportes con veinte luces cada una, que colgaban de los tapices, de la Guerra de Túnez. 26 El teatro, construido para esta ocasión en madera pintada de plata y jaspes azules, se levantaba delante de la Pieza oscura –que servía de vestuario– y ocupaba gran parte de la estancia, aunque su altura no superaba una vara [84 cm]. Sus laterales dibujaban líneas convergentes hacia el fondo «para que de toda parte se lograse la perspectiua hermosa». 27 En lo más alto del frontispicio interior se situaba el «Templo de la Mente Divina», todo de cristales, del que colgaba un lienzo hasta el suelo, en el que el Águila de España y el León de Alemania ofrecían a la futura reina esta poesía:
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