En una relación de pagos del secretario de la Junta, José Martínez, se consigna un pago de 4.400 reales a «Don Pedro Calderón», 13 que podría corresponder al elevado número de poesías escritas en los arcos y demás decoraciones efímeras que jalonaban el recorrido real. Aunque, en el mismo documento se anota otro pago de 250 reales a don José de Guevara, «por escribir los versos de los arcos», y el 5 de noviembre la Junta decide darle 150 reales de ayuda de costa «por inscripciones latinas y castellanas que a escripto para los arcos», 14 de lo que se podría deducir que Calderón compondría los del resto de las decoraciones. Sin embargo, como la diferencia entre un pago y los otros es tan excesiva, Varey supuso que tal vez la cantidad pagada a Calderón incluiría las obras de teatro que, según Cotarelo, escribió en esta época, como Guárdate del agua mansa , en cuyo acto III se refiere a la entrada, 15 aunque lo más probable es que lo abonado a Guevara fuera por escribir los versos en las tarjetas, no por componerlos, lo mismo que los 200 reales que se abonan a don Francisco Lobera «por los jeroglificos que a escrito para los arcos». 16
Al principio del libro que describe esta entrada, 17 al referirse a los «Aparatos», se indica que Ramírez de Prado fue nombrado superintendente y protector, y se añade: «(que los pensó, discurrió, i dispuso sus ejecuciones)». No cabe duda de que don Lorenzo desempeñó un papel importantísimo en el programa ideológico y visual de esta entrada, especialmente en el desarrollado en los cuatro arcos triunfales costeados por el ayuntamiento, en los que se simbolizaron «Las Qvatro Partes del Mvndo, en que nuestro Rey felizmente goza dilatados Inperios; cuyos reversos ocuparon los Qvatro Elementos, dando, no sin estudio, a Evropa, el Ayre; a Asia, la Tierra; a Africa, el Fvego; i a America, el Agva». 18 Teniendo en cuenta la extensión del programa, así como la riqueza y variedad de su contenido, el superintendente contó con la colaboración de otros humanistas, como el doctor Juan Alonso de Calderón.
Este abogado de los Reales Consejos y del Consejo de la Inquisición 19 es autor de un extenso texto, que no se llegó a publicar, titulado Imperio de la Monarchia de España en las quatro partes del Mundo, defensa de sus derechos, precedencia, y soberania sobre las demas del Orbe. 20 Sí publicó un sumario de su obra titulado Memorial discvrso histórico-ivrídi-co-politico , dirigido a Felipe IV, 21 en el que además de los treinta libros del Imperio de la Monarchia , dividido en seis tomos, incluye el sumario de los cuatro libros que con ocasión de las bodas reales había escrito bajo el título de Excelencias de los Nombres de Philipe, y de Maria-Anna, y del Número Quarto , «por serlo V. Majestad de su nombre», aprobado por don Lorenzo Ramírez de Prado.
El libro primero trataba de la costumbre de casarse los tíos con las sobrinas y la narrativa que hizo al Papa por orden del monarca para obtener las dispensas matrimoniales. El libro segundo, 22 de las excelencias del nombre de María y Anna, que formaban el nombre de la reina. El libro tercero, de «los misterios del Número Quarto, por las quatro Regiones del Cielo, quatro Elementos, y quatro tienpos del año». 23 El libro cuarto contenía la declaración del árbol genealógico de costados de Felipe IV hasta los octavos abuelos, y de Mariana, destinado al Papa para las dispensas matrimoniales. «Y numerado este Arbol con los muchos jeroglíficos que tiene, se comprende en 220 circulos y numeros, que constan de quatro partes iguales, cada vna de cinquenta y cinco; y siendo de quatro costados, y cuadrado, y V. Majestad el mayor Cuarto, y estos libros quatro, conveniente cosa será se estampen, y corran en el Orbe». 24 Este texto sirvió de fuente de inspiración para la decoración de la iglesia del convento de San Felipe el Real y para el arco levantado en la Puerta de Guadalajara de esta misma entrada, como se comprobará más adelante.
Dos peticiones de dinero, dirigidas seguramente al corregidor, confirman su participación en esta entrada y su relación con el superintendente. En la primera, sin fecha pero en papel de 1649, declara:
[…] que por orden de V. S. e asistido desde cuaresma deste año asta oy a las disposiciones ystoriales de los arcos para la entrada […] y he escrito mas de 20 pliegos sobre diferentes asuntos y apuntamientos particulares para la pinturas y otras cosas de diferentes partes y para las ascendencias de SS. MM. de las casas de Castilla y Austria e hecho hacer ocho dibujos dibersos y otras disposiciones trayendo su orijen y sucesion continuada desde antes de la benida de Christo a el mundo y e organizado 45 escudos de armas y blasones de los reynos de S. M. y del Señor Emperador asistiendo a pintores y dibujantes de seis meses a esta parte y les e pagado de mi hacienda mas de 100 ducados por mandado del señor don Lorenzo Ramirez de Prado, que fue serbido de ocuparme en este empleo que tengo en la exsornacion autoridad y lucimiento que S. S. ha visto y a V. S. le consta. 25
La segunda, también sin fecha pero en papel de 1650, es casi del mismo tenor, aunque ahora declara que ha escrito más de 30 pliegos y gastado más de mil reales en los muchos dibujos que habían hecho los pintores por orden expresa de Ramírez de Prado, quien le había asegurado que se le pagaría, así como por su asistencia y continuo estudio, «y hasta oy no se me a dado ninguna aunque se les a dado a todos». Alonso Calderón pide 400 ducados «o lo que V.S. fuera servido». 26 El 20 de abril se vio en la junta la petición de Calderón y se acordó entregarle 100 ducados de ayuda de costa. 27
Parece evidente que el contenido simbólico principal de los cuatro arcos de triunfo, de la decoración de las gradas de San Felipe el Real y del arco de la Puerta de Guadalajara se debieron a las ideas y al trabajo de Alonso de Calderón, sin que ello disminuya la figura del superintendente, responsable último del programa, que por su fuerte personalidad y conocimientos humanísticos desempeñó un papel primordial, como se comprobará a lo largo de este trabajo.
EL LIBRO DE LA ENTRADA
Como en entradas anteriores –y posteriores–, el ayuntamiento tenía intención de costear la publicación del libro de la entrada de Mariana. 28 Sin embargo, parece que el superintendente se adelantó al proyecto del ayuntamiento y, el 8 de marzo de 1650, envió a la Villa una copia de la Noticia de la entrada, que había escrito por orden de Felipe IV, «para que conste de la fineza y zelo con que V. S. sirvio en esta ocasión, como en otras, i lo que yo he procurado se hiciese su afecto», según indica en la carta que acompañaba. 29 Sin embargo, al ayuntamiento no le gustó el texto del superintendente por considerar que no destacaba suficientemente el papel que la corporación había desempeñado en el recibimiento, y acordó publicar otra descripción o relación más detallada, para lo que nombró comisarios a don Gaspar Valdés y a don Francisco Luzón «para pedir licencia al Consejo para la impresión y para hacerla y scriuir el libro y todo lo demas que fuere necesario hasta que se ejecute». 30
Unos días después, el 23 de marzo, el presidente del Consejo envió a la Villa la autorización para que se imprimiese un libro «con estampas de los arcos y demas ornatos que tuvieron las calles desde el Palacio del Buen Retiro al Real Alcaçar», pero con la intervención de Ramírez de Prado. El ayuntamiento, remiso a aceptar esa intervención, acordó el 31 de marzo que, «sabiendo que vn hijo de esta villa abia empeçado y continuaba vna relacion de dichas fiestas», se le pidiera que la acabase y se imprimiera, no sin antes comunicarlo a los señores del Consejo. 31 Este hijo de Madrid se trata seguramente de don Jerónimo Mascareñas, autor del Viaje de la Serenísima Reyna Doña Maria Ana de Austria , publicado en 1650, quien en la obra dice que tenía intención de escribir también la entrada pública, pero que cuando ya la tenía muy adelantada se imprimió otra con el mismo asunto, por lo que desistió de su idea y terminó su relación del viaje con la llegada de Mariana a Madrid. 32
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