1 ...6 7 8 10 11 12 ...19 Indudablemente esta es una versión compendiosa del sistema de tratamientos y de cortesías en la Valencia del XVI. Su conocimiento puede ayudarnos a identificar y asignar correctamente la condición que le corresponda a aquella persona no bien caracterizada en la documentación. Pero no debemos confundirnos. Porque, si un « magnífic mossèn » es tratamiento de cortesía que identifica a un militar y « honorable en » es el que corresponde a un plebeyo, un « honorable mossèn » o un « magnífic en » bien podría parecer propio de sendos caballeros venidos a menos. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: el primer tratamiento, « honorable mossèn », correspondería a un presbítero o sacerdote de origen plebeyo, mientras que el segundo, « magnífic en », nos sitúa –lo veremos con algún detenimiento– ante la problemática de la hidalguía, pues es el tratamiento que podría recibir un doncel ( donzell ), un ciutadà e, incluso, un plebeyo rico y eminente, como, p. e., el mercader Joan Beneito en 1523. « Discret en » es tratamiento reservado a un tipo específico de profesionales plebeyos: los notarios. « Missèr », por su parte, se utilizaba para dirigirse a un jurista de alto nivel y prestigio, es decir, a un doctor en ambos derechos –civil y canónico– que ocupara plaza de magistrado o la asesoría en alguno de los tribunales reales o magistraturas de las cinco ciudades valencianas. En este sentido, no es infrecuente que, con el tratamiento « magnífic missèr », se esté distinguiendo al jurista que, por sus estudios, título y oficio, se hallara en vías de convertirse, al menos, en caballero, razón por la cual, cuando se utiliza para dirigirse a un gran mercader como Battista Bulgarini en 1523, debamos deducir que, por su preeminencia y gran fortuna, también el italiano, pese a ser plebeyo y no ser titulado universitario, se encontraba en el «ascensor» hacia el ennoblecimiento». Su compatriota Crescencio Manetti, también rico mercader, no se hallaba, sin embargo, dentro de la cabina y, en consecuencia, su tratamiento no pasaba de ser « honorable missèr ».
Tabla 1. Esquema básico de los tratamientos y cortesías vigentes en la Valencia del XVI.
LEYENDA: 1 = Molt / 2 = Ínclit / 3 = Espectable / 4 = Egregi / 5 = Il·lustre / 6 = Fidel / 7 = Dilecte / 8 = Discret / 9 = Mestre / [] = eventualmente / + = y.
La frontera que separaba a los cavallers armados por el rey –o por el virrey, o el gobernador– de los nobles , hidalgos por los cuatro costados, no era tan rectilínea como Viciana había señalado. El cronista lo sabía y, pese al igualitarismo que impregna su crónica, quiso dejar constancia de ello en el prólogo al esbozo del Tractado de las armas y libro de cavallería que incluyó en la edición de 1575 del Libro segundo 127:
«Los cavalleros de quien havemos de tratar son en una de quatro especies, porque los unos son señores o varones, con títulos de sus estados y de sangres illustres; los otros son cavalleros que proceden de limpias sangres e linages antiguos, e, aunque no tengan títulos, tienen rentas e merescimientos; los otros son [h]idalgos e generosos que proceden de sangres militares limpias e antiguas, aunque de éstos [h]ay algunos con poca hazienda, empero no sin virtud, valor y honra; los otros son cavalleros que, o por haver ganado hazienda o heredado aquella, o por haver hecho algún acto [h]eróico, el rey les decoró de la orden de caballería. De manera que todos los de las quatro [e]species o calidades son cavalleros, e por la caballería son iguales. Los que son mayores en estados y rentas, muy mayores parescerán teniendo a sus lados a los que menos tienen. Y también ternán cavalleros de quien se podrán servir, de los quales siempre e más cierta es la fidelidad que de los baxos e plebeyos estados. Y, por ende, havemos de tratar de todos, pues no se haze injuria a otri, ni se da a nadi[e] más de lo suyo» 128.
Así pues, dentro de cada uno de estos dos rangos, noble y cavaller , existiría una jerarquía algo más compleja que el historiador de Borriana presenta siguiendo una línea que se bifurca: 1A) nobles-barones-titulados, 1B) nobles-hidalgos-ricos y 2A) caballeros-generosos-hidalgos, no siempre de vida desahogada, 2B) caballeros-recientes-todavía no hidalgos. Los primeros serían los llamados magnates o aristócratas , es decir, señores de territorios más o menos considerables y de vasallos más o menos numerosos que habrían sido recompensados con un título nobiliario y que, por lo general, ejercían la alta jurisdicción alta y baja, civil y criminal, mero y mixto imperio dentro de sus dominios. Entre estos magnates los había valencianos con propiedades y títulos valencianos, pero también extranjeros con propiedades y títulos en Valencia 129, extranjeros con solo propiedades en Valencia 130, y valencianos con propiedades y títulos en el extranjero 131.
En lo concerniente a su tratamiento y al protocolo de cortesías, todo magnate era un « noble don ». Pero a los magnates de más alto rango –a los aristócratas– se les dispensaban distinciones más elevadas. No en vano, ellos eran « nobles don » titulados, es decir, nobles que gozaban de un título nobiliario y de una posición precisa dentro de una jerarquía perfilada y administrada por la corona 132. P. e., « ínclito » o « ínclit » 133era el tratamiento que podía recibir un aristócrata de sangre real, como el Infante Fortuna D. Enrique de Aragón (1445-1522) y su hijo, el duque de Segorbe, D. Alfonso de Aragón (1489-1563), primo hermano y sobrino, respectivamente, del rey Fernando el Católico. Los aristócratas de más alta graduación, como los duques y los marqueses, eran tratados de palabra y por escrito como « il·lustre » o « molt il·lustre », es decir, «distinguido». Los condes, vizcondes y, en general, los barones eran tratados como « egregis » o «egregios» y « espectables » 134o «respetables» mediante fórmulas un tanto farragosas del estilo, p. e., de « molt egregi vescomte de Chelva noble don Pedro Lladró de Vilanova ».
Un ensayo de definición y de clasificación: los aristócratas
Los magnates con título nobiliario valenciano no eran muy numerosos. A comienzos del siglo XVI contabilizamos nueve que se convertirán en 22 tras las concesiones de Felipe III en las cortes de 1604 135, la última gran hornada de nuevos aristócratas anterior a la expulsión de los moriscos. Se trata, pues, de un crecimiento del 145 % que, en realidad, fue bastante más moderado si nos situamos dentro de las fronteras estrictas del siglo XVI (78 %) 136. Solo entre 1599 y 1604, Felipe III otorgó siete nuevos títulos aristocráticos y promocionó a uno. Su padre, Felipe II, únicamente había creado tres entre 1557 y 1598 137. En realidad, el proceso de aristocratización más intenso se había producido durante el siglo XV, concretamente durante los reinados de Alfonso V y de su hermano Juan II, necesitados, el primero, de ayuda económica y militar para la conquista de Nápoles, el segundo, de apoyo contra los rebeldes catalanes, y, ambos, de respaldo para la nueva dinastía electa tras el Compromiso de Caspe (1412) 138. El siglo XV se abre con cuatro títulos nobiliarios 139y se cierra con nueve 140. Carlos I de Habsburgo y su hijo Felipe II no fueron excesivamente generosos a la hora de favorecer a los nobles valencianos con nuevos títulos. ¡Y eso que el emperador les debía la derrota de la revuelta agermanada!
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