A partir del siglo XII la obra pasó a insertarse en otras compilaciones, incrementando así su popularidad y dando muestra de su capacidad de adaptación (Kortekaas, 1990). La versión incluida en el capítulo 11 del Pantheon de Godofredo de Viterbo (1125-1192) acentuó ciertos componentes históricos, que podían ser considerados veraces. Apolonio es un personaje histórico, rey de Tiro y Sidón, que casará con Cleopatra, y Antíoco se corresponde con Antiochus Junior Seleucus; todos estos nombres aparecían citados en el Libro de los Macabeos . Godofredo de Viterbo refuerza este vínculo en una breve introducción en prosa. Por el contrario, al incorporarse en las Gesta romanorum (capítulo 153) se abrevia y adapta, con la adición de un íncipit (« De tribulacione temporali, que in gaudium sempiternum commutabitur ») y un éxplicit (« Defunctus est et perrexit ad vitam eternam, ad quam vitam nos perducat, qui sine fine vivit et regnat. Amen ») que acentúan sus componentes morales. Su inserción en este extenso ejemplario, compilado a lo largo del siglo XIV, no ha estado tampoco exenta de polémica. Si bien el inicio puede recordar a las demás historias romanas de la colección (« Antiochus in civitate Antiochia regnavit …»), la anormal extensión del capítulo, así como la ausencia de la habitual moralización alegórica que sirve de cierre, hizo pensar que se trataba de una interpolación tardía. Sin embargo, su presencia en alguno de los manuscritos tempranos de las Gesta romanorum (Colmar, Cod. 432) así como en los impresos de la versión extensa en 181 capítulos, han llevado a descartar esta suposición (Weiske, 1991 y 1992). También adopta la forma de un exemplum la versión inserta en libro VIII de la Confessio amantis (ca. 1390) de John Gower, donde sirve para ilustrar la lujuria.
La trayectoria peninsular de la Historia, menos rica que la francesa o la inglesa, refleja su popularidad en los ambientes clericales. Sin duda, la versión más conocida, y mejor estudiada, es el Libro de Apolonio . Las divergencias que separan este poema de los restantes testimonios peninsulares no residen solo en la labor del clérigo sino también en sus modelos. En este caso, el punto de partida fue algún manuscrito latino de la denominada rama A, a diferencia de las restantes versiones que proceden todas de readaptaciones latinas basadas en manuscritos de la rama C; 3 así ocurre con la traducción castellana de la Confesión del amante , realizada hacia 1430 (Cortijo Ocaña y Correia de Oliveira, 2005), o con la Vida e historia del rey Apolonio , dependiente de las Gesta romanorum , como veremos. La popularidad de la Historia en territorio hispano sería mucho mayor de lo reflejado por estos testimonios castellanos medievales, si tenemos en cuenta, por ejemplo, la existencia del manuscrito BNE 9783, donde se copia una versión latina junto a un conjunto de textos sobre Alejandro Magno (García de Diego, 1934). La leyenda se conocería en la corte alfonsí, como se deduce de varias alusiones dispersas (Alvar, 1991; Calderón, 2000-2001), y, sobre todo, por la mención en el éxplicit de la cuarta parte de la General estoria que anuncia esta materia en la quinta parte («E comiençase la quinta parte desta estoria en el Rey Apolonio»). Por último, podemos citar el hallazgo de un fragmento de una versión catalana en la Biblioteca Colombina de Sevilla (Puig i Oliver, 2001), realizada a partir de textos diversos, entre otros de la versión francesa. Es posible que, a través de una tradición catalana perdida, pudiéramos llegar al modelo seguido por Timoneda para su patraña 11, ya que la vinculación con la Vida e historia del rey Apolonio , propuesta por Homero Serís (1962), es bastante discutible.
2. La Vida e hystoria del rey Apolonio : el incunable y su trayectoria
En 1962 daba noticia Homero Serís del descubrimiento, entre los fondos de la Hispanic Society of America, de un texto en prosa del siglo XV, al que bautizó como Novela de Apolonio . A la noticia siguió la publicación de la edición facsímil a cargo de Antonio Pérez Gómez, acompañada de nuevos trabajos de Homero Serís, Tomás Navarro Tomás y del propio editor. 4 Se trata de un volumen en 4º de 24 hojas, con signaturas a-c8, y adornado con 35 xilografías. Al carecer de colofón, tanto Homero Serís como Antonio Pérez Gómez lo atribuyeron al taller de Pablo Hurus y lo dataron hacia 1488, aunque en ese caso, como apunta Miguel Ángel Pallarés (2008: 98-99), sería más adecuado vincularlo a su hermano Juan, quien entre 1486-1490 estaba al frente del negocio. 5 La primera edición anotada del texto, junto a la versión insertada en la Confesión del amante , fue de Alan Deyermond (1973), pero la información más completa fue proporcionada por Manuel Alvar (1976) en su magno trabajo sobre el Libro de Apolonio , que incluía estudio, edición facsímil, transcripción y cotejo con su modelo latino. Por último, su inserción en el Corpus of Chivalric Romances , coordinado por Ivy Corfis, abre el debate sobre su categoría genérica y, gracias a su difusión en la red, permite actualmente leer la transcripción y visualizar el incunable (Blázquez Gándara, 2008). 6
Muy poco es lo que sabemos de su trayectoria previa. La obra se recoge en el testamento de la viuda Aldonza de Santa Fe, quien poesía una treintena de libros a la hora de su muerte en Zaragoza en 1514. Contaba con un ejemplar «Del Rey Apolonio de enprenta con cubierta de pargamino», junto a «un libro con cubiertas de fusta y quero de mano en paper de las historias romanas », que podrían ser las Gesta romanorum (Pedraza Gracia, 1998:173, Doc. 972.I.23). Posteriormente localizamos un testimonio en la biblioteca del infante Antonio Pascual de Borbón (1755-1817), duque de Calabria. Este infante, hijo de Carlos III, formó una rica colección de libros, que en parte pasó a sus sobrinos y al futuro Fernando VII —y se encuentra hoy entre los fondos del Palacio Real—, y en parte se desperdigó. En The Library Company de Filadelfia se conserva un Índice manuscrito de su biblioteca, fechado en 1802, en el que figura una « Historia de los siete sabios de Roma y del rey Apolonio , 1 tom. fol. perg., Sevilla, 1495». 7
Pese a que la referencia bibliográfica no coincida con las características tipográficas del impreso, el estudio del incunable de los Siete sabios recientemente descubierto, como ya adelanté en el XV Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval (Lacarra, en prensa), me permite sospechar que ambas obras se imprimieron en Zaragoza, en el taller regentado entonces por Juan Hurus (1487-1490). La similitud de sus contenidos, su reducida extensión, su formato similar (18x27 cms.) así como el deseo de preservarlas, pudo propiciar que se encuadernaran juntas conformando un solo volumen. Posteriormente, al dispersarse los fondos de esta biblioteca regia, se desgajarían para facilitar su venta. Es muy posible que, aún desencuadernados, ambos libritos prosiguieran su andadura juntos y fueran adquiridos por Charles Fairfax Murray (1849-1919), pintor prerrafaelista y coleccionista inglés, quien, tras abandonar la pintura hacia 1903, formó una importante colección de impresos antiguos y manuscritos iluminados. Su labor como coleccionista de libros, mucho menos conocida que su obra pictórica, se recoge en A List of Printed Books in the Library of Charles Fairfax Murray (1907: 103), raro catálogo del que solo se tiraron 35 ejemplares, en el que se incluyen, junto a la Hystoria de los siete sabios de Roma, dos referencias distintas a la Historia de Apolonio :
Historia de Apolonio de Tiro . s.N. Sm. 4to, lit. rom., gr. mor.
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