Es sorprendente el éxito de la obra de Agrippa, que se tradujo pronto al francés, inglés, alemán, flamenco, italiano y polaco. En su tiempo y también hoy en día ha sido alabada y criticada. Unos la conciben como un ataque escéptico o incluso anti-racional sobre la capacidad de la mente humana de llegar al conocimiento y a la verdad; otros ven en la obra una denuncia contra la injusticia social y la corrupción e hipocresía de la Iglesia, mientras que otros opinan que puede ser una sátira divertida que intenta escandalizar a los lectores. Muchos han considerado que es una obra excelente, original y que verdaderamente el autor cumple su objetivo.
El éxito europeo de su obra relanzó la literatura de alabanza femenina y muchos autores tomaron directamente de él los argumentos para demostrar la superioridad del sexo femenino sobre el masculino. Otros autores le imitaron, al menos en el título como Pierre Brinon (1574-1658). Le triomphe des dames : a trez-haute, trez-puissante, & trez-illustre princesse Madame Catherine Henriette de Ioyeuse, duchesse de Montpensier. A Roven : Chez Iean Osmont, dans la court du palais, 1599.
En cuanto a la relación de la obra de Agrippa y el Triunfo de las donas de Rodríguez del Padrón se ha tratado muchos años en conocerla. En mi opinión esto se debe a que quienes conocían la obra de Agrippa desconocían la de Juan Rodríguez del Padrón, y viceversa. La primera en darse cuenta de que la principal fuente de la obra de Agrippa era el Triunfo fue Emilia Telle. En su libro L’Oevre de Marguerit d’Angoulêm, reine de Navarra et la querelle des femmes analiza la obra de Agrippa y señala que en parte es un burdo plagio del Triunfo de las donas de Rodríguez del Padrón, aunque apunta que en justicia el plagio no tenía lugar en el siglo XVI porque no se tenía el sentido de la propiedad literaria. 32 Su libro se publicó en 1937 y se volvió a publicar en 1969. Sin embargo, se seguía ignorando la relación de las dos obras hasta la publicación en 1990 de una edición la obra de Agrippa, editada por Antonioli. Unos años después Albert Rabil, en su introducción y notas también señala a Rodríguez del Padrón como una de las fuentes de la obra de Agrippa. 33
Agrippa, como he citado más arriba, alardeó en su carta a Margarita de ser el primero que tuvo la audacia de demostrar la mayor excelencia del sexo femenino. Sus palabras son engañosas, porque sabía bien que eso no era verdad. No parece muy honesto porque, como bien señala Telle, Agrippa plagia una buena parte del Triunfo de las donas de Rodríguez del Padrón. Antonioli opina que ni la composición general ni los argumentos detallados de la obra de Agrippa proceden de La Cité des dames o de Le Champion des dames . En su opinión provienen del Triunfo de las donas de Rodríguez del Padrón, por lo que deduce que tuvo que leer su obra. Señala cuidadosamente los lugares donde cree que Agrippa ha tomado como fuente a Padrón. Afirma que toma de él el esquema de las 50 razones en la organización general de su obra y señala que Agrippa le sigue en los dos primeros tercios del tratado. También, anota que Agrippa evoca las razones 6 y 39 y algunas propiedades que alegan los naturalistas antiguos, como Plinio, o poetas como Ovidio y Virgilio. También aduce que le sigue muy cerca en sus razones 23-33, sobre la responsabilidad del pecado original. 34
Señala también que Agrippa, como Rodríguez del Padrón apuntan que la mujer por su naturaleza misma está en comunicación con lo divino y que esto ilumina su cara sobrenaturalmente y es la fuente de su belleza. El argumento más fuerte de que la mujer es superior en la creación, también lo toma de su obra. 35
Los lectores de la obra de Agrippa no coinciden en sus análisis. Unos la ven como una obra de circunstancias, oportunista, que solo intenta obtener el patronazgo de Margarita, otros aducen que se trata de un ejercicio de retórica que no pretende ser el vehículo de una convicción profunda en la superioridad de las mujeres, otros ven en los argumentos propuestos un sincero convencimiento y otros ven en la obra una sátira que trata de divertir por lo que la obra no debía tomarse seriamente. Dhavernás opina que así se veía fundamentalmente en su tiempo. 36 En los últimos años se insiste en su radicalismo en la reinterpretación de citas bíblicas para probar la superioridad de las mujeres y también que las restricciones y exclusiones de las mujeres de la esfera pública no son parte del orden natural sino el resultado de leyes y costumbres injustas. Barbara Newman también lo toma muy seriamente y concluye que su objetivo no es alentar el cambio social sino criticar la teología escolástica. 37
Conclusión
Los objetivos que movieron a los autores medievales a favor y en contra de las mujeres fueron muy diversos. En este trabajo he intentado indagar los motivos de cuatro escritores que vivieron entre 1313 y 1535 que en sus obras manifiestan escribir favor del sexo femenino, bien para defenderlas bien para demostrar que son superiores a los hombres: una mujer, Christine de Pizan y tres hombres, Giovanni Boccaccio, Juan Rodríguez del Padrón y Henri Cornelius Agrippa. Los resultados de mi investigación son en cierto sentido esperables, pero no por ello dejan de ser sorprendentes.
El objetivo que llevó a Boccaccio a escribir su De mulieribus clarises libelum, fue entretener a sus amigos con una obra curiosa y de poca trascendencia. Escribe para los hombres, no para las mujeres, como el mismo infiere en el proemio. Su obra, pese al título, no ensalza a las mujeres, porque aunque es verdad que hay bastantes excelentes, pocas son las que no tienen grandes y muchas tachas.
Christine de Pizan tiene dos objetivos fundamentales. El primero, desarrollado en La Cité de dames , es demostrar a las mujeres que tienen la capacidad intelectual y la habilidad necesaria para hacer todo tipo de trabajos, incluidos los que se consideran masculinos. El segundo objetivo, desarrollado en Le libre des trois vertus , es enseñar a las mujeres a través del estudio, principalemnte, a ser respetadas y a respetarse, así mismas.
El objetivo de Rodríguez de Padrón en su Triunfo de las donas y Cadira de Honor , es político. Las mujeres no son el fin sino el medio.
El objetivo de Agrippa al escribir la Declamatio de nobilitate et praecellentia foeminei sexus es conseguir el favor de Margarita de Austria en un momento que había perdido el favor de quienes hasta entonces le mantenían a su servicio.
En conclusión, solo una mujer, Christine, cumple el objetivo de demostrar que las mujeres merecen ser alabadas. Boccaccio en verdad no las llega a alabar, para Juan Rodríguez del Padrón y para Agrippa, las mujeres son, la tapadera o el medio, no las alaban por sí mismas, sino por lo que consiguen por alabarlas.
Bibliografía
ANTONIOLI, R. (ed) (1990), Henri Corneille Agrippa, De Nobilitate et Praecellentia Foeminei Sexus, ed. Crítique d’après le texte d’Anvers 1529 , Genève, Droz.
BAUTISTA, Francisco (2005), «Nobleza y bandos en la Cadira de Honor», en Juan Rodríguez del Padrón, Studies in Honour of Olga Impey. I: Poetry and Doctrinal Prose , eds. Alan Deyermond y Carmen Parrilla, PMHRS, London, Queen Mary, University of London.
CANET, José Luis (ed) (1997), Giovanni Boccaccio (1494 ). Las mujeres ilustres en romance , Zaragoza, Paulo Hurus, Alemán de Constancia, 1494, Textos Lemir http://parnaseo.uv.es/Lemir/Textos/Mujeres/Index.html> (consultado 12-01-2015).
BOLUFER PERUGA, Mónica (2000), «Galerías de ‘Mujeres ilustres’ o el sinuoso camino de la excepción a la norma cotidiana (ss. XV-XVIII)», Hispania , XLI, 204, pp. 181-224.
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