Noelia Hernando Real - Voces contra la mediocridad

Здесь есть возможность читать онлайн «Noelia Hernando Real - Voces contra la mediocridad» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Voces contra la mediocridad: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Voces contra la mediocridad»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

De 1915 a 1922 los Provincetown Players fueron la fuerza más viva del teatro norteamericano. Desde su pequeño escenario en el embarcadero Lewis en Provincetown (Massachusetts), revolucionaron el teatro norteamericano. Ni Broadway, ni la censura, ni la Primera Guerra Mundial consiguieron poner fin a una aventura que pretendía dar a los Estados Unidos un teatro propio, que hablara de ellos y para ellos. Este volumen celebra, por primera vez en castellano, la historia de esta compañía, de la que surgieron los padres del teatro norteamericano, Susan Glaspell y Eugene O?Neill, así como otros grandes dramaturgos, diseñadores, escenógrafos y directores. El broche a esta celebración es la publicación de ocho obras nunca antes traducidas al castellano y firmadas por autores tan diferentes como G. Cram Cook, L. Bryant, P. King, J. Oppenheim, B. Crocker, E. St. Vincent Millay y S.Glaspell.

Voces contra la mediocridad — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Voces contra la mediocridad», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Previo a su confluencia en los Provincetown Players, muchos de los miembros ya habían coincidido en algunos de los clubes del Village, clubes que a su vez son fundamentales para entender la diseminación de ideas y la aparición de la vanguardia teatral estadounidense. Uno de los más antiguos era el A Club, que además de club era una especie de cooperativa situada en una antigua mansión en el número 3 de la Quinta Avenida. Mary Heaton Vorse, co-fundadora de los Provincetown Players y periodista, solía pasar los inviernos con su marido, Joe O’Brien, en esta cooperativa, que contaba con dieciocho personas, todas radicales de algún tipo, desde comunistas que apoyaron la Revolución Rusa de 1905-1907 a reformistas liberales como los Vorse. Otros miembros conocidos eran Upton Sinclair, Mark Twain y Jack London. El nombre de A Club se debe a que el anarquista Maksim Gorki se alojó en él durante su viaje por los EE. UU., haciendo que el club se ganase el apelativo de Club A – Club Anarquista (Egan 1994: 97-98), y siempre fue un centro donde los habitantes del Village podían acercarse para discutir sus ideas políticas acerca de diferentes reformas sociales.

En su breve historia de Greenwich Village, Love in Greenwich Village , Floyd Dell señala que la aparición de un club en el número 137 de la calle MacDougal fue crucial para que la comunidad bohemia tomara forma en el Village (1926: 17). Este club no es otro que el nuevo y radicalizado Liberal Club. El Liberal Club original había sido fundado por el Reverendo Percy Stickney Grant, Lincoln Steffens y otros liberales que abogaban por la reforma de las leyes sobre el divorcio, entre otras. Pero Henrietta Rodman, profesora y defensora a ultranza de los derechos de la mujer, se enfrentó a las facciones más conservadoras de este club, escandalizadas por las relaciones extramatrimoniales de varios de sus miembros, y decidió llevarse el nuevo club de la calle Dieciocho a Washington Square (Humphrey 1978: 23).

El Liberal Club se convirtió en el punto de encuentro de los que buscaban diversión en el Village, no siempre haciendo justicia a su slogan: “Un punto de encuentro para aquellos interesados en ideas nuevas,” como recordaba Lawrence Langner (1952: 68). El Liberal Club contaba con dos salones grandes y una terraza interior en lo que era antes una residencia familiar. Aunque el mobiliario era espartano – unas pocas mesas y sillas – las paredes daban fe de que ahí se fomentaba la vanguardia: diversas pinturas cubistas y futuristas las adornaban. Debajo del club estaba el Greenwich Village Inn, un café regentado por Paula (Polly) Holladay, amante del anarquista Hippolyte Havel, que solía tildar a su clientela de “¡Cerdos burgueses!” (en Churchill 1959: 64). El Liberal Club y el café de Polly, donde se servían comidas sencillas y baratas, se convirtieron en las oficinas centrales de los escritores, artistas, periodistas y editores que vivían en el Village. Justo al lado, en el 137 de la calle MacDougal, estaba la librería de Washington Square, regentada por los hermanos Boni, quienes podría decirse que, a veces muy a su pesar, se convirtieron en los mayores prestamistas de libros de la zona. Más aún cuando los dos locales se comunicaron y los clientes podían coger los libros de la librería y leerlos, que no comprarlos, mientras tomaban algo (Langner 1952: 75-76). Los hermanos Boni también se convirtieron en motores tras la revolución artística del Village al publicar manuscritos rechazados por otras editoriales, como es el caso de la revista The Glebe , de Alfred Kreymborg, que los Boni sacaron adelante entre 1913 y 1914 (Homberger 2002: 118-19).

El Liberal Club era conocido por las fiestas que organizaba los viernes por la noche, en las que por 25 centavos los asistentes disfrutaban de vino, baile y buena charla. Porque a pesar del espíritu festivo del club, ahí también se discutían muchas de las ideas radicales que inundaban el Village. Son memorables las discusiones que Harry Kemp, Rachel Lindsay o Alfred Kreymborg mantenían sobre poesía. Entre los que frecuentaban el Liberal Club se encontraban poetas como los citados anteriormente, escritores como Theodore Dreiser y Upton Sinclair, la trabajadora social Grace Potter y su marido; Ernest Holcombe, Mary Heaton Vorse, Neith Boyce y Hutchins Hapgood, Lincoln Steffens, Inez Hayes Gillmore (después Irwin), Mary Carolyn Davies, Edna Kenton, Jack Reed, Max Eastman y Ida Rauh.

Además de la importancia que el Liberal Club tenía como centro diseminador de ideas en el Village y por ser otro punto de encuentro para muchos de los miembros de los Provincetown Players, este club también impulsó el nuevo teatro norteamericano al dedicar ciertas noches a este género. Al presentar obras de un acto, las cuales llevaban a escena los mismos miembros del club, el Liberal Club se convirtió en el germen del futuro Theatre Guild, pasando primero por llamarse los Washington Square Players, del cual se ha hablado anteriormente.

Otro punto de encuentro fundamental para los futuros miembros de los Provincetown Players era el salón de Mabel Dodge (después Dodge Luhan). Era finales de 1912 cuando Mabel Dodge, una mujer adinerada de treinta y tres años, volvía de Europa y se alquilaba un apartamento en la segunda planta del número 23 de la Quinta Avenida. Sin ser el prototipo de la Nueva Mujer ( New Woman ), pues no tenía estudios y se mantenía del dinero que la familia de banqueros de la que provenía le proporcionaba, Dodge hizo mucho por la cultura americana a principios del siglo XX. Puede ser debido a que ella misma no tenía ningún talento especial, pero sí dinero, que unos de los objetivos primordiales en su vida siempre había sido el de reunir a su alrededor a gente interesante. Ya en Italia Mabel Dodge había hecho algo parecido, convirtiendo su Villa Curonia en un punto de encuentro para artistas que pasaran o estuvieran en Florencia, como fue el caso de Gertrude Stein. Aunque a los ojos de muchos bohemios, Mabel Dodge era una excéntrica caprichosa, cuando conoció al entonces periodista y crítico musical Carl Van Vechten y al periodista Hutchins Hapgood y forjaron una larga amistad, varios empezaron a responder a sus invitaciones. Como ella confiesa en sus memorias, le parecía que en el Village había mucha gente interesante que tenía cosas en común, pero que ni siquiera se conocían entre ellos (1971: 23).

Por este motivo, se decidió a hacer de su casa ese punto de encuentro. Lo que en un principio eras simples fiestas evolucionó hasta convertirse en un salón donde una noche a la semana, conocidas como “Veladas” y que normalmente se celebraban los miércoles, se encontraban todo tipo de gentes: inconformistas adinerados, reformistas de clase media, periodistas, críticos, artistas, editores, feministas y sindicalistas, con el fin común de discutir temas poco convencionales. En el tercer volumen de sus memorias, Movers and Shakers , Dodge elabora un extenso listado en el que tipifica las diferentes clases de personas que se veían en sus “Veladas”:

Socialistas, Sindicalistas, Anarquistas, Sufragistas, Poetas, Conocidos, Abogados, Asesinos, “Viejos amigos”, Psicoanalistas, Miembros de los International Workers of the World, Defensores del impuesto único, Defensores del control de natalidad, Periodistas, Artistas, Artistas modernos, Mujeres de mundo, Mujeres de el-lugar-de-la-mujer-está-en-casa, Pastores protestantes y gente corriente se encontraban allí, tartamudeando en un tipo de expresión inusual llamada Libre, e intercambiaban unas variedades de vocabulario que se llaman, desde el optimismo más eufemístico, ¡Opiniones! (1971: 83)

Entre los invitados se encontraban personalidades como Hutchins Hapgood, Carl Van Vechten, Neith Boyce, Robert Edmond Jones, John Reed, Walter Lippmann, Margaret Sanger, Hippolyte Havel o Harry Kemp. Durante las “Veladas,” Mabel Dodge se limitaba a quedarse callada, vestida con su túnica blanca larga, y asumía el rol de anfitriona saludando y sonriendo a todos los invitados, pero lo cierto es que era ella la que elegía el tema que se iba a discutir durante esa velada y que era ella la que seleccionaba al orador de la noche (1971: 74-95). Los temas no seguían una lógica temática, sino que fuera lo que fuera que estaba de moda en ese momento, se convertía en el foco de discusión. De esta forma, los temas tratados iban desde la psiquiatría, como cuando invitó al Doctor Brill, hasta la lacra de la prostitución, una velada en la que la invitada, una jovencita conocida como Babs, después de su intervención, ofreció gratuitamente su cuerpo a quien lo quisiera para acabar con este mal social; pasando por el control de natalidad, a cargo de la activista Margaret Sanger; el anarquismo, el socialismo y el feminismo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Voces contra la mediocridad»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Voces contra la mediocridad» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Voces contra la mediocridad»

Обсуждение, отзывы о книге «Voces contra la mediocridad» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x