M. ÁNGELES DURÁN
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© M. Ángeles Durán Heras, 2018
© De esta edición : Universitat de València, 2018
Diseño de la colección : Enric Solbes
Coordinación editorial : Maite Simón
Maquetación : Inmaculada Mesa
Corrección : Communico-Letras y Píxeles, S. L.
Fotografías : Pep Pelechà
(Taller d’Audiovisuals de la Universitat de València)
Ilustración de la cubierta :
Libro de las maravillas del mundo y del viage de la tierra sancta de Hierusalem y de otras provincias y hombres monstruosos que hay en las Indias , de Juan de Mandavilla (John of Mandeville). Valencia, Juan Navarro, 1540. (Imagen cedida por Josep Lluís Canet)
ISBN : 978-84-9134-324-0
Índice
Presentación de Antonio Ariño
DISCURSOS PRONUNCIADOS EN EL ACTO DE INVESTIDURA
Laudatio académica a cargo del doctor Antonio Ariño
Lectio pronunciada por la doctora M.ª Ángeles Durán Heras
Palabras de clausura del Excmo. y Magfco. Sr. Rector Esteban Morcillo
BIOBIBLIOGRAFÍA de la Dra. M.ª Ángeles Durán Heras, a cargo de Irene Liberia
LA RIQUEZA INVISIBLE DEL CUIDADO
Nota previa
I El nacimiento de una nueva clase social: el cuidatoriado
II Veinte conceptos básicos y una propuesta de investigación
III La riqueza invisible del cuidado. Una visión macroeconómica
IV El mercado del cuidado
V Demanda y oferta de cuidado para los niños
VI La calidad de vida de los enfermos y de sus cuidadores
VII Las formas de envejecer
VIII El cuidado en el final de la vida
IX El futuro del cuidado
Bibliografía
Presentación
El día 3 de febrero de 2012, la catedrática de sociología del CSIC M.ª Ángeles Durán Heras fue investida como Doctora Honoris Causa por la Universitat de València. Con este acto, la UV cumplía uno de los compromisos adquiridos en su I Plan Estratégico sobre Igualdad y M.ª Ángeles Durán se incorporaba, formalmente, al claustro de doctores y doctoras, pues, de facto , hacía años que venía manteniendo una relación estrecha con grupos de investigación y docencia.
Ahora, Publicacions de la Universitat da a luz una obra magistral – La riqueza invisible del cuidado –, elaborada concienzudamente, con la que M.ª Ángeles Durán corresponde de forma generosa a sus «obligaciones» con la UV como Doctora Honoris Causa. Realmente, nos sentimos honrados con esta contribución científica de primer orden.
Digo que se trata de una obra magistral y creo justo añadir que su publicación, aunque contiene ideas que la autora viene desgranando, enseñando y publicando desde hace algún tiempo, supone un hito histórico en la visión académica y científica del trabajo de cuidado, que nunca se había expresado de forma tan sistemática y coherente.
En ella, M.ª Ángeles Durán culmina, por ahora, la aplicación de una perspectiva y una metodología de análisis preocupada por la inserción del trabajo no remunerado en la estructura social, así como por la relación entre microeconomía y macroeconomía, las relaciones de poder y los procesos de producción de conocimiento científico. Como afirma en un cierto momento, el cambio de perspectiva es necesario porque «la mayoría de los ciudadanos no tiene una idea muy clara de cómo se distribuye por edades la población de su país ni la distribución de la riqueza patrimonial o la desigualdad de ingresos. Menos conocen cómo se distribuye la necesidad y el consumo de cuidados». A su vez, la clase política asume en su agenda otras urgencias y prioridades. De ahí deriva su tesis, de la invisibilidad del cuidado como riqueza y la necesidad de una nueva economía (y política) de este. El objetivo de esta obra –afirma– «es servir de instrumento para una renovación en el modo de investigar la estructura social y económica. No es un punto de llegada, sino de partida». El trabajo de cuidado no es pretexto para analizar dichas estructuras, sino el punto de vista y la piedra de toque de una mejor comprensión de estas.
Al abordar la problemática del cuidado con una nueva mirada, sorprendente y fresca, con una perspectiva amplia, global y crítica, se impone la realización de un trabajo de desbroce y depuración conceptual, la creación de un vocabulario específico y normalizado, así como la exploración de las capacidades de información fiable (y sus límites) que proveen distintas fuentes. En especial, se utilizan la Encuesta de Condiciones de Vida, la edad-2008, la Encuesta Financiera de las Familias-2014, barómetros diversos y encuestas del cis, etc., además de construir escalas propias de medición.
Una lectura crítica de estas fuentes permite diagnosticar e interpretar la situación actual del trabajo de cuidado y los escenarios futuros en clave política. Durán comienza estudiando la evolución de las pirámides de población. En ellas, observa, como es habitual, la reducción de la natalidad y la maduración demográfica, la consiguiente reducción de necesidades de los hijos y el incremento creciente de las necesidades generadas por el volumen de personas mayores, por la dependencia y las enfermedades crónicas. En la actualidad, una persona que se jubila a los 65 años tiene una esperanza media de vida de casi 20 años, de los cuales 6 podrían ser vividos con enfermedades gravemente invalidantes.
Como sostiene Durán, «las previsiones demográficas señalan que la demanda asociada al envejecimiento va a continuar aumentando durante las próximas décadas y recaerá sobre estratos más reducidos de población de edad intermedia, que además desean incorporarse y mantenerse en el mercado de trabajo, consecuentemente con menos tiempo disponible para el cuidado».
¿Quién cuida hoy y cómo se distribuirá el cuidado en el futuro? Hasta ahora, la provisión de servicios de atención la han proporcionado, mayoritariamente, las mujeres más próximas a la persona dependiente: esposas e hijas. Pero este escenario está cambiando y va a mudar aún más por múltiples razones. Si el análisis de la estructura demográfica es un buen predictor de la demanda global de cuidados, la provisión y distribución de la producción de estos dependen de la estructura social y política. En consecuencia, si los datos relativos al trabajo de cuidado permiten sostener que este es «la gran riqueza invisible de las economías modernas», no es menos cierto que «no se distribuye por libre acuerdo sino por fuertes presiones sociales»; no es resultado de un pacto social e intergeneracional explícito, sino de fuerzas históricas coercitivas que han asignado el trabajo de cuidado a las mujeres. Pero este escenario está cambiando muy rápidamente.
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