En este sentido, la población femenina que en épocas anteriores «se hacía cargo del cuidado de todas las generaciones desde los hogares, actualmente se encuentra en gran parte incorporada a su propia educación y al empleo, por lo que no dispone de tanto tiempo para dedicarlo al cuidado»; por otro lado, si bien las mujeres se incorporan al mercado de trabajo y quieren mantenerse en este, los varones no practican la reciprocidad de incorporación a dicho trabajo o, al menos, no lo hacen en la medida y proporción necesarias; a su vez, la participación de las generaciones jóvenes en esta tarea es muy baja y no parece que vaya a crecer espontáneamente. A ello, se debe añadir que el cuidado ya no se resuelve en el marco de la sociedad y la economía española, sino en el de las migraciones y la economía global.
Otros datos que deben añadirse al diagnóstico son los relacionados con las redes de proximidad, aquellas que se pueden activar potencialmente para cuidar. La transformación de las estructuras familiares reduce su tamaño, mientras crece el número de hogares unipersonales compuestos por personas de edad avanzada y se produce una impregnación cultural de valores como el individualismo y la autonomía personal (¼ del total de hogares son unipersonales).
En este horizonte, M.ª Ángeles Durán introduce el concepto de cuidatoriado para referirse a la nueva clase social emergente formada por la diversidad de personas que se dedican a cuidar (a tiempo completo o a tiempo parcial, con remuneración o sin ella, con preparación profesional o de manera «informal», población autóctona o inmigrante), y efectúa un análisis comparativo con otras clases precedentes como el campesinado y el proletariado para mostrar la calidad científica del concepto, su legitimidad política y su carácter incipiente.
Hoy, el trabajo de cuidado es un componente del trabajo no remunerado. El cuidado es una formidable fuente de recursos invisibles no incorporados al análisis económico micro ni macro, que también ha de verse como un coste para los hogares y para las personas, mayoritariamente mujeres. Con el envejecimiento y el aumento de las enfermedades crónicas, este olvido tiene cada vez consecuencias más graves, especialmente de carácter político, pues no permite ver la realidad y sus tendencias de forma adecuada.
Las consecuencias políticas fundamentales tienen que ver con qué grado de calidad de vida se garantizará a las personas dependientes y cómo se distribuirán y se asignarán los servicios de cuidado que se precisan.
En cuanto al primer aspecto, se debe reconocer que la gran revolución se ha producido con la ley de Promoción de la Autonomía Personal y de Atención a la Dependencia, aprobada en 2006, que reconoce el derecho subjetivo a la autonomía personal, si bien su aplicación ha sido alicorta por carecer de recursos. En cuanto al segundo, la conversión del cuidado en problema político conlleva la asunción de la distribución de dicho trabajo por parte del Estado, pues si se deja, como ahora, al juego de las coerciones sociales, operará la lógica de la ley de hierro del cuidado, según la cual «cuanto mayor sea la necesidad de cuidado, más improbable es que quien lo necesita pueda recibirlo». No solo, como hemos visto, por la reducción del tamaño de las redes de parentesco y proximidad, sino porque la mayoría de los hogares no cuentan con recursos (riqueza y renta) suficientes para adquirir en el mercado y al precio de mercado dichos servicios y bienes. Aún cabe menos esperar una solución del tercer sector o del voluntariado, dada su debilidad estructural y su supeditación a la Administración. Para el 70% de los hogares, concluye Durán, es imposible pagar a un cuidador a jornada completa, de forma intensiva y por periodos prolongados, porque consumiría más de un tercio de los ingresos del hogar.
El cuidado puede transformarse, pero no suprimirse. Ahora bien, como acabamos de ver, las posibilidades de transformación son limitadas. Estamos asistiendo a un equilibrio cambiante (y precario) de la proporción de cuidados que realiza el mercado, los hogares, las entidades sin ánimo de lucro y el Estado. Pero, sin convertir este asunto en un problema político de primer orden, va a resultar difícil hallar equilibrios satisfactorios para las personas necesitadas de cuidados y para el cuidatoriado, que no deja de ser una forma de precariado, sublimado por la intermediación de las relaciones personales y las emociones que genera el parentesco.
Estas son las ideas y cuestiones fundamentales que vertebran esta obra de M.ª Ángeles Durán, pero no agotan el conjunto de aspectos que trata en ella, porque La riqueza invisible del cuidado tiene voluntad de ser (y es) una obra global y completa. Entre las facetas que aborda se encuentran asuntos como el anticuidado (violencia, maltrato, exclusión), las formas de envejecer, el cuidado al final de la vida o las facturas que pasa al cuidador una actividad que se halla impregnada de valores morales y emociones personales.
Y dado que el cuidado es transversal, porque afecta a todas las dimensiones de la existencia, también afecta a todas las funciones de la sociedad –desde la sanidad hasta el urbanismo, desde los servicios sociales a la transformación de los espacios residenciales, desde la formación y la educación a la proclamación de nuevos derechos– y requiere un tratamiento interdisciplinar.
Con esta obra, M.ª Ángeles Durán invita a decir «ya no más». Ha llegado el momento de abordar el cuidado desde nuevas perspectivas científicas y de convertirlo en un asunto explícitamente político.
DISCURSOS PRONUNCIADOS EN EL ACTO DE INVESTIDURA
(3 de febrero de 2012)
Excelentísimo y Magnífico Señor Rector de la Universitat de València, Ilustrísima Señora Secretaria General de la Universitat de València Autoridades Académicas,
Profesoras y Profesores, Señoras y Señores,
Ara fa un any el rector va anunciar la seua voluntat de presentar al Consell de Govern la proposta de nomenament de María Ángeles Durán como doctora honoris causa per la Universitat de València. Aquesta iniciativa va ser recolzada formalment per diverses facultats i centres, entre altres la Facultat de Ciències Socials, el Departament de Sociologia i Antropologia Social, el Institut d’Estudis de la Dona i la Unitat d’Igualtat.
Es per a mi un motiu de gran satisfacció, en nom de tots ells, presentar la trajectòria acadèmica de María Ángeles Durán i la seua contribució a la igualtat efectiva de dones i homes en la ciència, en la Universitat i la societat.
CURRÍCULO
Desde que en 1971 leyera su tesis doctoral, María Ángeles Durán ha desarrollado una intensa dedicación tanto a la actividad investigadora, como a la docencia y la gestión.
Max Weber afirmaba que en la modernidad, las universidades humboldtianas plantean a su profesorado dos exigencias: la docencia y la investigación. Y observando las tensiones que brotaban de ese doble requerimiento, concluía: «será una absoluta casualidad que las dos cualidades coincidan en una misma persona».
María Ángeles Durán, no solo ha combinado ambas, sino que las ha desbordado y lo ha hecho con innegable éxito:
– Sus contribuciones científicas sobre el trabajo no remunerado y la distribución social del tiempo, que se han plasmado en numerosos informes y publicaciones, constituyen el punto de partida inexcusable para cualquier otro estudio sobre estos temas, y le han merecido el Premio Nacional de Investigación Pascual Madoz en Ciencias Económicas y Jurídicas (2002).
– Ha recibido encargos docentes en varias universidades, ha sido la primera mujer que ha obtenido una cátedra de Sociología en España, e imparte cursos de posgrado en centros de distintos países. Actualmente, es profesora de investigación en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Читать дальше