Como el trabajo informal es un recurso de las familias ante la inexistencia de mejores alternativas, el trabajo de los niños nutre también la economía informal. La oit estima que existen 211 millones de niños trabajadores, de los que 102 son niñas. Las niñas son más vulnerables porque empiezan a trabajar más temprano, reciben menos dinero por el mismo trabajo y trabajan más horas. Si se incluyesen los trabajos no remunerados del hogar, el número de niñas trabajadoras sería, según el mismo informe, mayor que el de niños. En algunos casos asumen obligaciones domésticas antes de los 5 años. La incidencia de mano de obra infantil es dos veces más alta en las zonas rurales que en las urbanas. En Latinoamérica es un fenómeno que afecta a toda la región, ya que de cada cien puestos de trabajo creados ochenta y cinco nacen de la iniciativa propia de los desempleados. Tras la recuperación durante la década 2000-2010 estas cifras se ha reducido pero el fenómeno sigue siendo de gran amplitud. La economía informal ocupa sobre todo a mujeres, como estrategia familiar para escapar de la pobreza.
La disponibilidad de un buen Sistema de Cuentas Nacionales es condición imprescindible para la adopción de medidas políticas eficaces. Para ello hay que tener claro qué se observa, cómo se mide y qué tipo de relaciones se presupone que existen entre los temas que van a investigarse. En países como España, que para 2012 espera tasas de desempleo superiores al 23% de la población activa, y en el que los recursos sociales aplicados al alivio de esta situación consumen una porción insostenible del presupuesto del Estado, el conocimiento de la economía no visible e informal debiera ser una prioridad en la investigación sobre el empleo.
En realidad, el Sistema de Cuentas Nacionales es una convención. El modo más adecuado de interpretarlo no es considerarlo un acuerdo definitivo o un punto de llegada, sino un proceso en desarrollo en el que el trabajo no remunerado tiene un estatuto fluido que puede cambiar. O aún más, hacer cambiar al propio SNA para transformarlo desde dentro o desde fuera.
Por tratarse de un flanco frágil y lateral en la economía convencionalmente delimitada por el SNA, la economía no observada es de especial interés conceptual y metodológico para quienes investigan la otra economía, la que escapa definitivamente al sistema de las cuentas nacionales.
La economía no-observada produce incomodidad tanto a los responsables políticos y a los técnicos como a los simples usuarios de información económica. A los responsables políticos les hace recordar la existencia de zonas oscuras, delictivas o no protegidas de la sociedad que rigen, y siembra dudas sobre la eficacia de su gestión. A los técnicos les incomoda porque pone en duda su capacidad para cumplir el cometido que les ha sido asignado. O, como mínimo, hace evidentes las limitaciones del campo que dominan. El malestar se agrava por tratarse de estimaciones de fuerte proyección social, de las que técnicos y gobiernos han de «dar cuenta» y recibir evaluación externa, frecuentemente vinculada a compromisos internacionales, imagen externa, sanciones y recompensas.
Algunos de los nombres con que se identifica la economía no observada son economía escondida , en la sombra , paralela , subterránea , cash , informal y mercado negro . Al carecer de una infraestructura vigorosa, como la que en cualquier país medianamente desarrollado existe para la preparación de las Cuentas Nacionales, los escasos estudios publicados sobre la economía no-observada son parciales, discontinuos, poco contrastados o repetidos en investigaciones posteriores, así como no homogeneizables a nivel internacional. A menudo se basan en fuentes poco fiables o establecen conexiones indirectas (por ejemplo, tomando como indicador la demanda de dinero o el dinero en circulación), con indicadores que otros expertos no consideran adecuados.
La UNECE (United Nations Economic Commission for Europe) lleva intentando desde hace una década la mejora en el grado de exhaustividad de la Cuentas Nacionales, no solo en Europa sino en otros países. En la primera ronda del Proyecto Piloto sobre Exhaustividad (PPE) que se llevó a cabo en 1998-1999, Eurostat desarrolló un marco de tablas que relacionaban las áreas de la economía no observada con los principales problemas estadísticos hallados en la Contabilidad Nacional en diversos países.
En el proyecto de la UNECE sobre prácticas contables no se considera el trabajo no remunerado de los hogares porque no forma parte del tipo de exhaustividad buscado. Tampoco forma parte de sus objetivos el trabajo de voluntariado. Los informes de la UNECE son muy diferentes entre sí en extensión y procedimiento, poniendo de relieve las grandes dificultades con que tropieza la innovación y el refinamiento de las mediciones en las economías nacionales. Diversas instituciones (UNECE, UNESCAP, OCDE...) están tratando de integrar la economía no observada en los cuadros contables macroeconómicos, pero las dificultades teóricas y prácticas son considerables y parte del esfuerzo ha de dedicarse a lograr un consenso sobre qué es lo que se mide y sobre el modo de hacerlo. De eso tratan, exactamente, los proyectos de investigación que el Grupo de Investigación «Tiempo y Sociedad» del Consejo Superior de Investigaciones Científicas está desarrollando. 3
ECONOMÍA DEL CUIDADO
De entre todas las tareas que se desarrollan en los hogares, las que producen mayor desazón al investigador y más debate ideológico sobre su estatuto son las de cuidar y gestar. El descenso de la natalidad en los países desarrollados es la mejor prueba de que la gestación puede considerarse colectivamente una actividad no necesaria, aunque a largo plazo suponga la desaparición del propio grupo y/o la sustitución de unos grupos por otros. La tasa de reposición para los países desarrollados se estima entre 2,1 y 2,4 hijos por mujer, pero en Europa la mayoría de los países están muy por debajo de esa cifra mínima que solo alcanza Islandia. Desde la perspectiva de la Contabilidad Nacional, el nacimiento de un niño reduce la renta per cápita, en tanto que la de un cordero la aumenta. Se considera activo al que cuida los corderos, pero al que cuida niños sin cobrar se le considera pasivo. Sin embargo, pocos podrán poner en duda que gestar y dar a luz un niño es trabajoso, que cuidarle es una ocupación absorbente y que los niños son aún más necesarios a una sociedad que los corderos.
¿CÓMO CONCILIAR LAS PERSPECTIVAS DEL MERCADO Y LAS DE LA SOCIEDAD EN SU CONJUNTO?
Aunque los niños no tengan precio ni su valor pueda estimarse con criterios de mercado, el esfuerzo de la gestación y el parto se incorporan parcialmente a la Contabilidad Nacional por la vía de las excedencias remuneradas, las subvenciones a la natalidad y las prestaciones sociales relacionadas con la infancia. En el extraño juego que el mercado impone al fijar distintos valores a diferentes tipos de trabajadores, el hijo de una mujer perteneciente al mundo desarrollado resulta caro, mientras el de una mujer perteneciente a los países en vías de desarrollo resulta barato. Dentro de cada país, los hijos de las mujeres muy cualificadas cuestan más –en términos de lucro cesante y en términos de permisos laborales– que los de las mujeres menos cualificadas. De manera simplificada podría decirse que las mujeres de los países desarrollados tienen pocos hijos y las de los países en vías de desarrollo muchos, que en parte emigran a los países desarrollados en los que crecen más rápidamente los mercados que la población que los sustenta.
Por otra parte, la gestación puede ser un trabajo de alto riesgo en algunas circunstancias. Solo en el África subsahariana cada año mueren a consecuencia del parto 265.000 mujeres. En los cincuenta países clasificados por Naciones Unidas como los menos desarrollados, mueren por parto una de cada 22 mujeres gestantes, mientras que en los países desarrollados el trabajo de gestar solo termina con la muerte de la madre para una de cada 6.000.
Читать дальше