1 ...7 8 9 11 12 13 ...21 Todos estos elementos que habitan el conflicto entre creatividad y feminidad son centrales en la escritura de la segunda generación de poetas Beat, y su resolución pasa por la práctica de estilos, visiones y temáticas diversas que se engloban dentro de los preceptos experimentales de la poética del movimiento. Es importante tener en cuenta que, como pertenecientes a una generación prefeminista, estas autoras eran muy conscientes de su necesidad de acceder al espacio poético de su comunidad literaria desde su propia voz, así como de que sus obras quedaban relegadas a una posición secundaria por un sexismo interno en su grupo de vanguardia y externo en la sociedad. Este hecho quizás es lo que hizo posible que las poetas Beat consiguieran superar de forma extraordinaria lo que Kaplan denomina the profound Split , “la profunda escisión”, o Suzanne Juhasz el double bind , “el doble nudo”, de la mujer poeta (en Gilbert y Gubar xxi): es decir, el sentimiento de una intensa incompatibilidad y contradicción entre su subjetividad femenina y su deseo creativo.
Quizás no sea demasiado osado considerar que son de las primeras poetas en la tradición norteamericana que, debido a los elementos y contextos Beat que incentivaban la expresión abierta subjetiva, la autenticidad de las experiencias y la ruptura de parámetros poéticos ortodoxos y tradicionales, no se detienen en exceso en la sombra de esta escisión y nudo y, al contrario, reinventan elementos dinámicos que dan espacio a una subjetividad poética femenina y transgresora. Este camino de tomar posiciones como agentes poéticos se hace aún más público y fructífero en la tercera generación de poetas Beat. En esta generación, siguiendo el modelo de Johnson y Grace, se incluirían poetas como Janine Pommy Vega y Anne Waldman, nacidas en la década de los cuarenta, y que sí cuentan con modelos de referencias en sus antecesoras Beat, además de estar más alejadas de la Segunda Guerra Mundial y llegar a la madurez en el ambiente colectivo de los derechos civiles y el movimiento feminista. 30
La poesía de Joanne Kyger, perteneciente a la segunda generación de poetas Beat, ejemplifica estrategias de traslación desde un papel de musa pasiva a un sujeto poético femenino asertivo, utilizando la experimentación lingüística. Así, en The Tapestry and the Web , publicado en 1965, Kyger reescribe el mito de Penélope (a la espera de Ulises en la Odisea) y el género de la épica tradicionalmente masculino subrayando la agencia y el deseo femeninos. Sus poemas están en constante diálogo con sus propias experiencias como poeta bohemia, hasta el punto de unir el plano mítico y arquetípico con el de las realidades de su propia identidad.
Como otras poetas Beat, Kyger plantea el problema que entraña para las mujeres una visión de trascendencia poética masculina alejada de una realidad concreta centrada en el contexto y los vínculos cotidianos, y una inevitable identidad localizada y posicional en ella. Es por ello por lo que el “yo” poético femenino Beat, en su maniobra de inscribirse en una posición discursiva tradicionalmente asignada al varón, debe reafirmar la situación material y real de su identidad y subjetividad como forma de protesta y gesto político a través del lenguaje. La transparencia del cuerpo, o una espiritualidad que evadiera las realidades y contingencias materiales tanto sexuales como cotidianas, también cancelaría esta propuesta. Por lo tanto, la corporeidad, en el mismo plano que lo sensorial o lo doméstico, se designa como significante de identidad de la subjetividad poética femenina Beat.
Kyger estuvo inmersa en el círculo experimental poético mayoritariamente masculino de Robert Duncan y de los Beat en San Francisco, además de ser seguidora temprana del budismo zen. Esta experiencia le llevará a vivir en Japón y la India durante cuatro años con su marido, el poeta Beat Gary Snyder, donde la autora escribe The Japan and Indian Journals: 1960-1964 . La particularidad de la poesía de Kyger es la simultaneidad que proyecta en torno a la espiritualidad, la naturaleza, las condiciones domésticas mundanas femeninas y el deseo de ruptura con la contención impuesta por una tradición poética y un espacio público dominado por hombres. Simultaneidad que muchas veces plasma desde el lirismo y otras desde el humor y la ironía, pero siempre desde una experimentación lingüística formal y con elementos poéticos Beat, como demuestran estos fragmentos:
I know I do not suffer more than anyone
in the whole world
But this morning I had to have first thing
2 cigarettes, half a joint,
a poached egg and corned beef hash, 1 piece toast,
2 cups of tea
Jung, Williams, shells, stones,
2 slugs rum, depression, rest of joint,
cigarette, 7 up, and it’s only 10 o’clock
Because I wanted to write a poem
Because I want something to come out of me
[…]
A home, a house. I taked with Jack Kerouac
last night. We were sitting under
A rack of clothes, as if it were a clothes
closet
[…]
The more I slow down the harder it is
to all of a sudden move again.
Smaller & smaller until the
speck inside dwindles so small
(de Desecheo Notebook en Friedman, A. 2004: 86)
Ya sé que no sufro más que otros
en el mundo entero
Pero esta mañana lo primero que me hacía falta eran
2 cigarrillos, medio porro,
un huevo escalfado y carne en conserva, una tostada.
2 tazas de té
Jung, Williams, conchas, piedras,
2 tragos de ron, depresión, el resto del porro,
cigarrillo, 7 up, y sólo son las 10
Porque quería escribir un poema
Porque quería que algo surgiera de mí
[…]
Un hogar, una casa. Anoche hablé
con Jack Kerouac. Estábamos sentados bajo
un perchero, como si fuera un armario
ropero
[…]
Cuanto más me relajo más me cuesta
volver a moverme de repente.
Cada vez más & más diminuta hasta que la
mota dentro casi desaparece
Otra poeta de la segunda generación Beat que ubica su subjetividad poética desde una identidad bien definida es Lenore Kandel. Ya desde sus primeros libros, An Exquisite Navel y A Passing Dragon (ambos de 1959) hasta The Love Book (1966) (poemario requisado y juzgado por obscenidad pornográfica), Kandel utiliza el cuerpo femenino como materia anclada al presente sexual para explorar una interconectividad con un colectivo femenino, con la naturaleza, la espiritualidad, el mundo y otros individuos. Reivindica la “beatitud” de la mujer Beat desde una visión hípster novedosa de la subjetividad femenina en “Blues for Sister Sally”: “how shall we canonize our sister who is not quite dead / who fornicates with strangers / who masturbates with needles / who is afraid of the dark and wears her long hair soft and black / against her bloodless face”; “ cómo podemos canonizar a nuestra hermana que no está del todo muerta / que fornica con extraños / que se masturba con agujas / que tiene miedo a la oscuridad y lleva el pelo largo, negro y sedoso / sobre su lívida cara ” (en Peabody 106). The Love Book ensalza también la “beatitud” de la sexualidad masculina y el cuerpo del varón, y la heterosexualidad como evento físico y espiritual, asumiendo la voz poética el papel de agente de deseo desde el punto de vista de una mujer.
La potencia de la voz de Kandel se encuentra en el hecho de detenerse en la minuciosidad del instante físico experimentado y revelar su fuerza de unión y vínculo interpersonal y espiritual, erradicando así fronteras de oposición entre lo femenino y lo masculino. De esta forma se genera la paradoja de que la autora socava los sistemas de género binarios que la poética Beat de autores varones frecuentemente alienta desde la expresión sexual, exponiendo la propia biología y esencia material de la sexualidad entre hombre y mujer. Como sugiere Polina Mackay en su estudio sobre la sexualidad en la literatura Beat, son las escritoras, y en particular las poetas las que, reescribiendo una perspectiva novedosa de la sexualidad femenina, consiguen introducir elementos en el discurso poético que irónicamente muestran la identidad de género como fluida, fronteriza y altamente expresiva (2017: 190). O en otras palabras, en la exposición de una marcada heterosexualidad transgresora enfocada en la interconexión y unión (o la falta de ella), estas poetas desestabilizan las diferencias entre hombres y mujeres y la concepción de una identidad de género rígida o esencialista, como muestra este fragmento de “Love-Last Poem” de Kandel:
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