I’m the woman stirring the soup pot
The woman who makes circles
with her arms
Stirring, singing this song about the
Woman-Who-Does-Things
Many actions complete themselves
& repeat
she does this
I’m the woman who does these things
many actions carry words
I say them, women-who-signifies
I light the fire
I sit like a Buddha
I feed the animals outside the door
I blow out the lamp
(Waldman en Knight 291)
Soy la mujer a la espera
La mujer que cuenta los momentos
Un momento que no ha existido y entra él
Soy la mujer que copia este texto
mucho después de que descansen las fieras
Cortando troncos junto a la cabaña de retiro
Avivando el fuego con un palo
Una vela encendida sobre el rostro de una maestra
Aprendo de los libros
Aprendo cantando
Recito el canto de las cien sílabas
Escribo mis mensajes para el mundo
El viento los lleva invisible,
los impulsa en staccato hacia el mundo
Soy la mujer que remueve la sopa
La mujer que hace círculos
con los brazos
Removiento, cantando esta canción sobre la
Mujer-Que-Hace-Cosas
Muchas acciones se completan
& repiten
esto hace ella
Soy la mujer que hace estas cosas
muchas acciones llevan palabras
yo las digo, mujer-que-significa
yo enciendo el fuego
yo me siento como un Buda
yo doy de comer a las fieras de la puerta
yo apago la luz
Como indica Puchek, Waldman “roba el lenguaje del patriarcado para ilustrar la auto-expansividad femenina” (240), 31convirtiéndose en una oradora bárdica al estilo de Whitman o Ginsberg, pero basando su visión poética de la trascendencia en la potencia de conexión que se encuentra en la fluidez entre los géneros y en la flexibilidad de identificación de las mujeres como seres plurales. Estos aspectos también se encuentran en la característica poética corporal y performativa de Waldman, que aúna expresividad visual, sonora y experimentación lingüística.
La búsqueda de una visión poética de trascendencia desde el feminismo para superar discursos rígidos binarios entre hombres y mujeres se da en una tercera generación o evolución tardía de la poesía Beat de mujeres. Las poetas anteriores trabajan para diseccionar, cuestionar y desestabilizar las formas en que estos discursos se ponen en práctica, así como las consecuencias de las mismas para su propia creatividad. Les une, sin embargo, el juego con las formas y contenidos de la tradición mayoritariamente masculina Beat para lograr su diversificación y expansión. Las percepciones de female Beatness expresadas a través de la visión poética de las mujeres de la generación Beat utilizan, modifican y expanden prácticas artísticas y preceptos éticos y estéticos asociados al movimiento. Para entender sus aproximaciones y aportaciones a las definiciones de la literatura Beat, parece acertada la teoría que la crítica literaria feminista Jan Montefiore propone respecto a tradiciones poéticas femeninas en lengua inglesa.
En Feminism and Poetry: Language, Experience, Identity in Women’s Writing , Montefiore socava la idea de las aclamadas teóricas estadounidenses Gilbert y Gubar, que sugiere que la escritura de mujeres como tradición se fundamenta en la ambivalencia y ansiedad hacia la creación. Esta aproximación sería difícil de aplicar a las poetas Beat, quienes, aunque se centran en gran medida en la paradoja entre autoridad poética y condición femenina, la sobrellevan, como hemos visto, con una asertividad de la subjetividad poética que nace de una visión pre-feminista (y plenamente feminista más adelante) y un deseo de insertarse en el círculo poético Beat como mujeres poetas.
Montefiore también desarrolla una crítica a las teorías de la reconocida poeta y feminista estadounidense Adrienne Rich, las cuales sustentan la formación de una tradición literaria propia de mujeres en la fuerza de una identificación colectiva, tanto desde solidaridad y apoyo en el ámbito social como en el imaginario poético. Las poetas Beat carecían de esta conciencia como colectivo en un principio, y sobre esto además afirman Johnson y Grace: “Esta realidad difiere dramáticamente de las experiencias de los autores Beat, cuya comunidad de apoyo mutuo estaba sólidamente establecida” (17). 32Montefiore incluye un tercer parámetro para la formación de una tradición poética femenina que desarrolla a lo largo de todo su libro y que se ajusta a la práctica de las poetas Beat: la negociación permanente a través de la contingencia y el juego con la tradición literaria o poética— generalmente masculina—a la que pertenecen y que al mismo tiempo reescriben.
Esta experimentación consciente dentro de la propia experimentación del movimiento, es decir, la suscripción y práctica de los elementos fundamentales de la vanguardia en la que se enmarcan para revelar contradicciones o brechas discursivas dentro de los mismos y practicar subversiones y contra-narrativas que expanden las definiciones del propio movimiento, es lo que Elizabeth Frost considera característica clave de una tradición de poesía experimental o vanguardista “feminista” estadounidense. Con ello, Frost marca un continuo, desde las mujeres escritoras de las vanguardias históricas de principio del siglo XX hasta las poetas experimentales L=A=N=G=U=A=G=E a finales del mismo, dentro del cual se podría inscribir a las poetas Beat.
La ambivalencia de juego entre pertenencia y divergencia, o umbral entre emulación y apropiación de discursos Beat y su alteración a través de una subjetividad y asertividad femeninas, es también considerada como la firma postmoderna de la literatura escrita por mujeres Beat, según Ronna C. Johnson. Johnson se apoya en las teorías sobre la postmodernidad de Linda Hutcheon, y aunque se refiere sólo a narrativa, su aproximación puede ser trasladada al juego de negociación en la poética Beat femenina como “un discurso literario postmoderno que ejercita maniobras oscilatorias de subversión/instauración [ya que] subvierte la hegemonía masculina Beat posicionando a la mujer como protagonista, y, revisando características esenciales de la narrativa Beat, instaura un discurso restitutivo y correctivo, la narración de una agencia femenina Beat, de deseo sexual, de autoconfianza” (2002: 73). 33
En relación a la visión poética de autoras Beat, ésta es sin duda una de juego, oscilación y liminalidad o, dicho de otro modo, de ubicación en el umbral, como en una puerta de vaivén. R. Johnson lo define como the art of writing in between (el arte de escribir en el espacio entre dos cosas) en cuanto al movimiento particular entre lo público y lo privado, es decir, entre lo social o bohemio y lo doméstico y personal en sus experiencias como madres, esposas o parejas, cuestión clave y concepto teórico que serán tratados en profundidad más adelante en este estudio. Sin embargo, esta oscilación en movimiento o, si se prefiere, juego fronterizo, se puede aplicar a otros elementos poéticos, y a la naturaleza misma de la escritura de estas mujeres. Su creatividad muestra una tensión entre apertura y contención en expresión, forma y temas; por ejemplo, la que encontramos en la dualidad entre motivos de movimiento y libertad (subjetiva y espacial) en contrapartida con tropos que reflejan espacios psicológicos y reales introspectivos, de estasis o quietud, que facilitan la reflexión en cuanto a la subjetividad poética y su condición de género respecto al entorno. La oscilación entre expansión y contención también se ve en que muchas de estas poetas alternativamente se subscriben a la práctica de una poética oral o performance, característicamente Beat, y al mismo tiempo y con la misma intensidad, al enclave gráfico textual, visual y material del poema en la página.
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