Las mujeres de la generación Beat estaban cortadas por el mismo patrón que los hombres: temerarias, airadas, asumiendo riesgos, demasiado inteligentes, inquietas, muy irregulares, igualmente [escogiendo] la vida marginal, la lucha y la oposición […] a la América idealizada de los cincuenta del confort y el dinero […] Se suponía que las mujeres de los cincuenta tenían que acomodarse en un molde como la gelatina: para ser amas de casa y madres. […] Las mujeres Beat eran rebeldes con talento y con el suficiente coraje y espíritu creativo como para dar la espalda a la buena vida que los cincuenta prometían y abrirse paso en San Francisco y el Greenwich Village, mucho antes del feminismo de segunda ola […] Esa disconformidad no era fácil. Ser soltera, poeta y artista, tener hijos de distinta raza, recorrer los caminos era doblemente escandaloso en el caso de las mujeres, y la condena social muy elevada. (3-4) 40
Women of the Beat Generation alcanzó gran atención mediática y es considerada un referente dentro de los estudios Beat. El libro se divide en cuatro partes que, a su vez, se dividen en secciones dedicadas a cada una de las autoras reseñadas. La primera parte se centra en las precursoras tempranas, dos poetas y una novelista, anteriores a la generación más conocida de autoras Beat y a caballo entre el modernismo y lo Beat (Helen Adam, Jane Bowles, Madeline Gleason). La segunda parte está dedicada a las escritoras cercanas e influyentes en el grupo originario de la eclosión Beat, que Knight denomina “musas”: Joan Vollmer Adams Burroughs, Carolyn Cassady, Edie Parker Kerouac, Joan Haverty Kerouac y Eileen Kaufman. La tercera sección la dedica a “escritoras”, incluyendo a once poetas (entre otras: Diane di Prima, Elise Cowen, Joanne Kyger, Denise Levertov, Joanna McClure, Janine Pommy Vega, ruth weiss, Mary Norbert Körte, Lenore Kandel o Anne Waldman) y cuatro autoras conocidas principalmente por sus memorias (Joyce Johnson, Hettie Jones, Brenda Frazer y Jan Kerouac). La cuarta parte del libro de Knight es dedicada a dos artistas visuales Beat: Jay DeFeo y Joan Brown.
Knight presenta información sobre cada una de ellas de forma detallada, emplazándolas en la escena Beat y dando a conocer parte de sus obras, hasta entonces desconocidas, pasadas por alto o inéditas. Parte del objetivo de esta importante antología y estudio, totalmente conseguido a ojos de quienes la lee, es hacernos ver cómo estas mujeres no sólo no eran invisibles sino que, muy al contrario, fueron agentes extremadamente activos en el entramado Beat. Su presencia era constante: escribían, debatían, apoyaban económica o logísticamente a muchos de los autores y proyectos, compartían relaciones sentimentales; es decir, no eran parte secundaria del tejido cultural en construcción, sino que participaban de lleno junto a los hombres en su creación. Knight abre una ventana a estudios posteriores sobre escritoras Beat que se fundamentan en la perplejidad e indagación de los motivos que hicieron casi invisibles a estas mujeres, cuando de hecho se hallaban tan presentes en el momento de la acción. Al mismo tiempo, estos estudios se esforzaron por compensar el tiempo perdido, recuperando y visibilizando sus aportaciones, voces, obras y experiencias.
La siguiente antología, publicada un año después de la mano de Richard Peabody, A Different Beat: Writing by Women of the Beat Generation , presenta una breve descripción biográfica de las autoras incluidas, poemas de las mismas y extractos narrativos. Como indica Peabody en la introducción, la antología aspira a reflejar obras del período que va de mediados de los cincuenta hasta 1965. Aparte de las autoras que ya aparecían en la obra de Knight, introduce otras poetas desconocidas hasta el momento como parte del grupo Beat: como Carol Bergé, Sheri Martinelli, Barbara Moraff, Brigid Murnaghan o Margaret Randall. La importancia de la antología de Peabody reside precisamente en el hecho de incluir dentro de la etiqueta Beat obras de autoras que permanecieron en los márgenes del movimiento, sin lazos tan directos con las figuras centrales, comenzando por lo tanto a desbancar los principios teóricos masculinos que forman el canon literario Beat y sugiriendo una apertura de las definiciones del mismo. La objeción de la poeta Joanne Kyger a esta nueva aproximación al fenómeno femenino Beat es un ejemplo de bifurcación entre crítica y autoría, ya que ella considera que ambas antologías (Knight y Peabody) agrupan a mujeres que no necesariamente se identificaban a sí mismas como escritoras Beat o pertenecientes al movimiento, como es su caso (en Encarnación-Pinedo 163). 41
El primer volumen crítico sobre escritoras Beat se publica en 2002 por parte de las académicas Ronna C. Johnson y Nancy M. Grace con el título Girls Who Wore Black: Women Writing the Beat Generation. El volumen contiene las primeras aproximaciones desde la crítica literaria y de género a las mujeres Beat y su escritura. Entre estas cuestiones se encuentran: la prevalencia del estudio de la textualidad y obra frente al énfasis tradicionalmente puesto en sus biografías como acompañantes de los autores; el reconocimiento de la diversidad implícita en la escritura Beat y dentro de las obras de las autoras; la contextualización históricocultural como base del estudio de la literatura de mujeres Beat; los elementos estéticos que comparten con los autores y que las diferencian; la distancia con el modelo filosófico masculino de héroe romántico Beat y la atención a herencias literarias propias (sobre todo del modernismo femenino); la pauta de diferentes generaciones de escritoras Beat; su posición liminal entre la subordinación y la rebeldía que las convierte en pre-feministas y puente entre un feminismo político y cultural de primera y segunda ola; el estudio de las causas de su invisibilidad con énfasis en la ética del “ rule of Cool ” (la cual explicaremos en la siguiente sección). Con todo ello, Johnson y Grace comienzan una trayectoria de literatura crítica sobre las particularidades y especificidades de la estética, discurso y literatura femeninas Beat.
Se debe tener en cuenta que The Beat Generation Writers , editado por A. Robert Lee en 1996, simultáneamente al volumen de Knight, ya incluye dos artículos pioneros sobre el género en relación a las mujeres escritoras y el fenómeno Beat. Helen McNeil, en “The Archeology of Gender in the Beat Generation”, presenta un estudio riguroso sobre cómo la masculinidad Beat y el sexismo ya reconocido del grupo y de la época de postguerra contribuyen a la invisibilidad de las mujeres del movimiento, mientras que el artículo de Amy L. Friedman, “ ‘I say my new name’: Women Writers of the Beat Generation” explora el binarismo de la dualidad “virgen/puta” en la representación femenina llevada a cabo por los autores Beat y se centra en la búsqueda identitaria y de una expresión literaria propia en la poesía de Bonnie Bremser (Brenda Frazer), Diane di Prima, Joanne Kyger y Joyce Johnson.
La importancia del volumen de Johnson y Grace radica, además, en el compendio de artículos desde la crítica contemporánea sobre autoras que hasta entonces carecían de un estudio serio de su obra. Así, encontramos análisis de reconocidos académicos, tanto hombres como mujeres, sobre la poesía de Helen Adam, Diane di Prima, Elise Cowen, Joanne Kyger, Janine Pommy Vega y Anne Waldman, y sobre las memorias de Joyce Johnson y Hettie Jones, además de un artículo sobre la relevancia del género autobiográfico para esta generación de escritoras.
Dos años después, en 2004, Nancy M. Grace y Ronna C. Johnson publican Breaking the Rule of Cool: Interviewing and Reading Women Beat Writers , libro en el que entrevistan a las poetas ruth weiss, Diane di Prima, Joanne Kyger, Janine Pommy Vega y Anne Waldman; a las escritoras Brenda Frazer, Hettie Jones y Joyce Johnson; y a la crítica Anne Charters. Este volumen es interesante por pasar el relevo sobre la literatura femenina Beat a las propias autoras, las cuales hablan en primera persona de sus experiencias en la bohemia contracultural, sus motivaciones artísticas y sus vidas. Podríamos decir que es una obra muy relevante por cuanto abre espacio a la voz de las mujeres Beat, abordando de lleno la controversia entre el peso de la autobiografía y la textualidad. Si bien la textualidad debe prevalecer sobre la autobiografía en los estudios literarios, en el caso de las autoras Beat, cuyas vidas han estado silenciadas durante tanto tiempo, una apreciación completa de su obra debe pasar por atender a la transgresión y rebeldía implícitas en sus propias vidas, y cómo éstas se reflejan en sus obras: aspecto que el volumen Breaking the Rule of Cool ilustra desde un enfoque de desmitificación con la voz directa de las autoras.
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