Los primeros happenings sucedieron en galerías, aunque Kaprow de hecho evitaba cada vez más estas localizaciones, y prefería espacios libres y amplios: almacenes, gimnasios, aparcamientos, espacios comerciales, etc. De este modo, se aleja del teatro en su manera de tratar la audiencia, el espacio y el tiempo. Sus acciones tuvieron lugar en sitios industriales, rurales y residenciales. Utiliza objetos diversos como sillas, comida, luces eléctricas de neón, humo, agua, calcetines viejos, animales, etc. Son elementos que forman parte de la vida cotidiana a la que se busca aludir.
Sus happenings estuvieron muy influenciados por el automatismo de origen surrealista y el action painting de Jackson Pollock. Hay que tener presente que en sus inicios Kaprow trabajó el Expresionismo Abstracto, el collage y el assemblage de objetos diversos hasta que el contacto con Cage marcaría su evolución hacia el Arte de Acción.
Su lema principal era hablar con el cuerpo y no con las palabras. En sus obras intervenían uno o varios actores que examinaban el comportamiento y los hábitos de la vida ordinaria. En ellos se buscaba resaltar gestos cotidianos e intrascendentes que hacemos a diario e implicar al público. Todo tenía un valor simbólico, pero se utilizaban motivos universales, tomados de la vida real, que podían ser fácilmente asimilados por el espectador. No se pretendía un significado concreto en cada happening , simplemente recrear acciones cotidianas que motivaran la reflexión.
ALLAN KAPROW, 18 happenings en 6 partes , Nueva York, 1959
A su labor como artista hay que añadir toda una serie de escritos sobre arte alternativo de los sesenta y los setenta que tuvieron una fuerte influencia en la generación de artistas posteriores. Entre ellos cabe destacar Assemblage, environments and happenings (Ensamblaje, instalaciones y happenings, 1966); Untitled essays and other works (Ensayos sin título y otras obras, 1967); Sweet wall, testimonials (Dulce muro, testimonios, 1976) y Essays on the blurring of art and life (Ensayos sobre la ausencia de límites entre el arte y la vida, 1993).
18 happenings in 6 parts (18 happenings en 6 partes, Nueva York, 1959) se realizó en la Galería Reuben de Nueva York y está considerado su primer happening significativo y el primero considerado como tal en la Historia del Arte. El autor desarrolló una combinación de elementos que procedían del ámbito de la danza y la música, con proyección de diapositivas y construcciones diversas. El público disponía de un programa y tres tarjetas grapadas, que suministraban las oportunas instrucciones para su participación. Nunca se había conseguido una colaboración tan intensa de los asistentes. El evento se realizó en tres espacios separados por mamparas de plástico semitransparentes montadas en marcos de madera, pintadas y con collages de los trabajos tempranos de Kaprow. Sobre las paredes se proyectaron diapositivas. Cada una de las acciones, que se llevaban a cabo en cada espacio, se dividió en tres partes y cada parte contenía tres happenings . Se podía oír lo que ocurría en cada espacio, pero sólo verlo borrosamente. Las acciones se representaban en los tres espacios de manera simultánea. Una campana señalaba el principio y el fin de cada una de las partes. El final de toda la acción se indicó con dos toques de campana. El público estaba acomodado en sillas plegables distribuidas en las tres zonas y debía cambiar de lugar y desplazarse a los otros dos espacios para poder apreciar las demás acciones. Sólo se podía aplaudir al final de las seis partes. En cada espacio se realizaba una acción. En una zona una orquesta tocaba instrumentos de juguete. En otra una mujer ofrecía tazas con zumo exprimido al público, que trasladaba consigo de una zona a otra. En la tercera había personas pintando y encendiendo cerillas. Todas las acciones estaban acompañadas de luces, sonidos electrónicos estridentes, instrumentos, diapositivas y textos hablados. Se invitaba a los pintores del público a pintar en las mamparas de separación.
ALLAN KAPROW, Santuario de la manzana , Nueva York, 1960
An Apple Shrine (Santuario de la manzana, Nueva York, 1960) se celebró en la Galería Judson de Nueva York. Consistió en un laberinto obstruido con tablas, cable eléctrico, papel alquitranado, periódicos y trapos. La iluminación iba desde la oscuridad a la claridad. El estrecho callejón y los obstáculos forzaban a los visitantes a interactuar físicamente entre ellos. Al final del laberinto había un espacio tranquilo con manzanas, reales o virtuales, colgadas y letreros con la indicación «Manzanas, Manzanas, Manzanas, etc.» Bandas brillantes de color colgaban del techo. Finalmente el visitante abandonaba la galería. El sentido de esta acción hay que relacionarla con la vinculación del contexto americano con la manzana, desde sus orígenes bíblicos en el relato de Adán y Eva, hasta la presencia continua en la alimentación y cultura estadounidense.
ALLAN KAPROW, Un happening de impacto , Nueva York, 1961
A Spring Happening (Un happening de impacto, Nueva York, 1961) se organizó en la Galería Reuben de Nueva York. Los asistentes fueron conducidos a través de una cortina negra a un túnel estrecho y oscuro. Los actores, situados sobre el túnel, utilizaron luz y sonido para crear una atmósfera de intranquilidad creciente. Sólo se podía observar el happening a través de unas rendijas situadas en los lados del túnel. La acción consistió en una escena de lucha entre dos hombres con hachas de cartulina, que era contemplada por una muchacha desnuda con collares verdes colgando de su boca, envuelta en la oscuridad y corriendo frenéticamente de un lugar a otro, iluminada de vez en cuando por un proyector. Finalmente los asistentes fueron aterrorizados por el sonido de un cortacésped que, conducido por un hombre con una cara blanca, se dirigía hacia ellos. Cuando el aparato parecía alcanzarles, las paredes del túnel se derrumbaron y los visitantes salieron corriendo. Kaprow busca desencadenar sensaciones de pánico.
ALLAN KAPROW, Patio , Nueva York, 1961
Yard (Patio, Nueva York, 1961) se realizó en la Galería Martha Jackson de Nueva York. Utilizó un patio trasero del local que apestaba a aceite y grasa. Estaba lleno de neumáticos de coche amontonados al azar. Los participantes eran invitados a recorrer este mar de caucho en medio de una iluminación pobre de lámparas blancas y rojas y una tenue pantalla de televisión en circuito cerrado. Junto a un espejo sucio, que aumentaba el tamaño virtual del espacio, había un altavoz que emitía sonidos de sirena y silbidos de tren. Entre ellos se apreciaba una voz de fondo pronunciando una disertación sobre la raza, el compromiso moral, las argucias de la política y el daño ecológico que podían provocar los materiales contenidos en el patio. El happening era un alegato sobre algunos problemas del mundo actual y el ambiente visual y sonoro colaboraba en la creación del estado psicológico de los participantes.
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