Tras sobrevivir a la «sanjurjada», Puigdengolas se reincorporó al mando del Centro de Movilización y reserva nº 3 de sevilla pero, premiando su compromiso con el régimen y su actuación el día 10, tan sólo tres días después recibió el mando del regimiento de Infantería nº 27 de Cádiz del que se hizo cargo el 17. Este nombramiento fue posible porque el mando de dicho regimiento había quedado vacante tras el injusto encarcelamiento del coronel Varela a quien se le acusó de simpatizar con el subversivo sanjurjo, antiguo superior suyo y por quien era público sentía una gran admiración. sin embargo, llegada la hora de la verdad, lo cierto era que Varela no se había sublevado pese a que había dado su palabra a sanjurjo de que así lo haría.
Varela era hijo de una familia muy humilde pues su madre trabajaba como cocinera en el propio regimiento y él, desde lo más bajo, como soldado, había ido ascendiendo puestos por lo que los paisanos le rendían gran admiración como a toda persona humilde que se había hecho a si misma teniéndolo todo en contra. de Varela eran conocidas sus ideas cercanas al tradicionalismo por lo que en opinión de mucha gente simplemente se utilizaba como excusa lo sucedido para quitar de en medio a militares de ideas contrarias y poner en su lugar a otros más cercanos a los partidos del poder. la detención de Varela, además de explicar la definitiva ruptura del militar con el régimen y su posterior paso a la instrucción del requeté, presentó a Puigdengolas al mando del regimiento de Cádiz como el gran favorecido por una medida injusta, parcial y discriminatoria contra el prestigioso Varela. El gaditano tuvo que permanecer encarcelado hasta 1934 en que fue amnistiado por el gobierno de derechas junto a los verdaderos participantes en la sublevación. Por el contrario, Puigdengolas recibió el homenaje de los círculos republicanos sevillanos. del día 31 de agosto es una imagen que he reproducido en el anexo fotográfico en la que Puigdengolas aparece junto a tres personas más en una cafetería, quizás el bar de algún local político en el que algunos republicanos amigos quisieron retratarse junto al «héroe de sevilla». 25
Su traslado a Cádiz obligó al traslado de su expediente masónico de sevilla a la logia «Hijos de Hiram, nº 9» de Cádiz. En dicha logia fue admitido finalmente en la masonería el 3 de octubre de 1932 gracias a que los máximos representantes de la obediencia regional andaluza recomendaron vivamente la admisión del coronel por ser un «hombre de gran valía, culto, moral y de ideas libres, y por todos conceptos merece ingresar en nuestra Augusta Orden» . En la ficha que de él tenía el grande oriente Español lo calificaron en el apartado de «observaciones» como: «Por su poca edad se ve sera afecto a la ord. Buen elemento por su carácter bueno y liberal dispuesto a todo cuanto signifique progreso» . 26 Sin embargo estuvo poco tiempo en la citada logia pues a los tres meses, en diciembre, causó baja por plancha de quite pasando a la logia «Hermanos Vigor, nº 23», de la misma localidad y obediencia sin que esté muy clara igualmente la razón por la cual se produjo ese traspaso aunque sospecho debió de ser para aproximarse a las amistades que en esta otra militaban. Quizás tuviera alguna relación con la presencia en dicha logia desde los años 20 del comandante de Infantería, ya retirado, Manuel Muñoz Martínez. éste era además diputado a Cortes por el Partido republicano radical socialista Independiente del que fue Presidente en Cádiz desde 1933 (luego pasó a Izquierda republicana) y es seguro que debió de mantener contactos con Puigdengolas en dicha ciudad dadas sus afinidades profesionales y masónicas. 27 En ésta logia, el biografiado alcanzó en abril de 1933 al grado 2º.
El 24 de enero de 1933 se trasladó desde sevilla a Cádiz un coche con el magistrado del Tribunal supremo gustavo lescurre que tomó declaraciones a varios militares sobre los sucesos del 10 de agosto pasado en sevilla. las declaraciones fueron tomadas en el castillo de santa Catalina a varios militares presos allí por su participación en la «sanjurjada» y también a Puigdengolas.
El 15 de septiembre de 1933, Puigdengolas fue nombrado coronel del Cuerpo de seguridad por el Presidente de la república niceto Alcalá-Zamora a propuesta del Ministro y amigo de Puigdengolas, diego Martínez barrio. El biografiado fue además trasladado a Madrid donde sustituyó a Joaquín lahoz e Ibarrondo que venía desempeñando el cargo de Jefe del Cuerpo en la capital desde mayo de 1932. de esta manera su nombramiento se produjo dos meses antes de que se celebrasen las elecciones –el 19 de noviembre– que desbancarían a las izquierdas del gobierno de la nación. Martínez barrio fue además elegido –el 8 de octubre– Presidente del gobierno que debía organizar las elecciones por ser considerado una persona moderada, respetada por todo el arco político y, en efecto, actuó con total imparcialidad. de hecho durante este breve plazo eliminó las arbitrariedades que impedían la legalización de falange Española, un minúsculo partidito nacionalista influido por el fascismo que fue inscrito en el registro de partidos el 29 de octubre. Cuando se celebraron, las elecciones fueron limpias gracias en parte a que se suspendió la ley de defensa de la república para evitar cualquier coacción. Como Puigdengolas era una persona conocida y de la total confianza de Martínez barrio, más allá de su experiencia en la seguridad pública, no nos ha de extrañar que lo quisiese al frente del Cuerpo de seguridad de Madrid durante las elecciones.
Su presentación ante la cúpula de las fuerzas de orden público se produjo al día siguiente de su nombramiento como coronel Jefe de la seguridad en Madrid, el día 16 de septiembre a las 6 de la tarde, durante la toma de posesión del nuevo Jefe superior de Policía de Madrid, el comandante de Intendencia Jacinto Vázquez lópez. Estaban presentes también en dicho acto el subsecretario de Martínez barrio, Torres Campaña, el gobernador de Madrid Arrazola, el director general de seguridad Valdivia y otros altos Jefes y Comisarios. Torres Campaña pronunció un discurso en el que dijo que era intención del gobierno «…proveer la mayoría de los altos cargos de Vigilancia y Seguridad con personas que puedan regentarlas con el éxito que es de desear en el desempeño de su difícil y delicada misión, sin que esto suponga menosprecio alguno para aquellos que los venían desempeñando. Cree el Gobierno que en el seno de la Policía Gubernativa no debe supeditarse todo a las categorías, sino que muy bien pueden desempeñar puestos de altura y de responsabilidad personas que hoy no constituían primordiales figuras del Cuerpo. Añadió que para llevar a efecto esta reorganización se procurará no lesionar intereses innecesariamente» . 28 Tras regresar momentáneamente de nuevo a Cádiz, el 23 de septiembre de 1933, Puigdengolas marchó de nuevo a Madrid, siendo obsequiado antes con un almuerzo de despedida por los Jefes y oficiales del regimiento de Cádiz. El 2 de octubre, Puigdengolas ya participaba en una revista a las flamantes fuerzas de Asalto en un acto celebrado en Cuatro Vientos al que asistió Valdivia, director general de seguridad, el Ministro de gobernación, Martínez barrio, su subsecretario Torres Campaña, el secretario particular de éste y el diputado por Cádiz Chacón Mata. Como dato destacable, Martínez barrio realizó unas declaraciones en las que destacó el papel más allá de lo profesional que tenían las fuerzas de Asalto para el gobierno a las que calificó de «firme baluarte de la República» . 29 las elecciones se celebraron sin incidentes y con el triunfo del centro-derecha.
Otra muestra más de la confianza del gobierno republicano-socialista en Puigdengolas se dio cuando, inmediatamente después, participó en los trabajos preparatorios para el traspaso a la generalidad catalana de las competencias que desarrollaba en Cataluña el Cuerpo de seguridad, consecuencia de la aprobación del Estatuto de Autonomía catalán aprobado en septiembre de 1932. Este traspaso era parte de un plan más amplio que suponía el traspaso de toda la seguridad que era garantizada por los cuerpos de Vigilancia, seguridad, Asalto y por la guardia Civil. El plan desarrollado por el gobierno escalonó el traspaso en dos plazos. El primero hasta el 30 de septiembre de 1933 en que debía estar traspasados todos los servicios de orden público reservados al Estado y el segundo hasta el 30 de noviembre en que se traspasarían los otros servicios. Este segundo plazo se dividió a su vez en dos períodos: hasta el 30 de octubre en que se traspasarían los servicios de seguridad, Asalto y Vigilancia y hasta el 30 de noviembre en que lo harían los de la guardia Civil. El gobierno de izquierdas había dejado las transferencias de seguridad para última hora por lo que las aceleró para que estuvieran terminadas antes ya que las encuestas preveían que se produjese un cambio de gobierno después de las votaciones del 19 de noviembre.
Читать дальше