Los sucesos de Castillblanco conmovieron a la sociedad española. Excepto algunos extremistas que justificaron los asesinatos de los guardias, prácticamente toda la sociedad condenó por desproporcionada la actitud de los manifestantes. Pero la principal y más directa consecuencia de los sucesos de Castillblanco fueron los sucesos de Arnedo, en la rioja, ocurridos cinco días después, el 5 de enero de 1932. Allí, unos guardias civiles dispararon a un grupo de obreros que les increpaba. los guardias tenían los nervios a flor de piel, temerosos de que se repitiera con ellos lo que les había pasado a sus compañeros de Castillblanco de manera que cuando se sintieron amenazados empezaron a disparar sus armas, matando a seis personas –entre ellas un niño y cuatro mujeres– e hiriendo a dieciséis.
Esta vez, en que las circunstancias eran totalmente distintas a las de Castillblanco, los guardias fueron duramente criticados. la solidaridad pública nuevamente se volcó con las víctimas pero esta vez las víctimas eran unos ciudadanos de a pie y los verdugos los guardias civiles. las Cortes pidieron la destitución del general sanjurjo, jefe de la guardia Civil, aunque el gobierno de Azaña se negó a hacerlo, si bien, un mes más tarde lo nombró jefe de los Carabineros y lo sustituyó por Miguel Cabanellas. Al igual que fue fácil establecer la relación directa entre los sucesos de Castillblanco y Arnedo, también lo fue relacionar la indignación que le produjo a sanjurjo su destitución con que poco después dirigiese desde sevilla un esperpético levantamiento . desde entonces la actividad conspiratoria de sanjurjo ya no se detendría hasta julio de 1936.
Después de estos incidentes, dado el encasillamiento de «reaccionarios» que tenían los cuerpos de seguridad existentes, el nuevo gobierno promovió la creación de un nuevo cuerpo que pudiese disolver tumultos pero que al hacerlo evitase las muertes entre los manifestantes dotándolo para ello con porras de goma y espadas sin filo. la guardia de Asalto fue creada en enero de 1932 por Ángel galarza, transformando una parte del Cuerpo de seguridad en las llamadas «secciones de Asalto». buscaba crear un Cuerpo formado por verdaderos republicanos del que no cabían dudas para lo que se sometió a estudio de antecedentes político-sociales a los aspirantes. sin embargo, el 11 de enero de 1933, al año de su creación, una de las primeras actuaciones de la guardia de Asalto que tuvo lugar en la localidad gaditana de Casas Viejas fue un verdadero desastre para la imagen del gobierno y de su Presidente Manuel Azaña.
Pese a que había fracasado estrepitosamente una revolución dirigida por la CnT-fAI en toda España en la que se había asaltado numerosas comisarías, en ese pueblo inexplicablemente y cuando ya todo estaba perdido, proclamaron por su cuenta el comunismo libertario y asediaron el pequeño cuartel de la guardia Civil. sobre las 5 de la tarde llegaron doce guardias de Asalto y cuatro guardias civiles mandados por un teniente que liberaron el cuartel, ocuparon el pueblo y registraron las casas. la mayoría de los revolucionarios y buena parte de los vecinos huyeron a la sierra pero quedaron unos pocos anarquistas que se hicieron fuertes en casa de uno de ellos llamado Curro Cruz, alias «seisdedos». Tras detener la guardia Civil a un sujeto reconocido por los guardias como uno de los que había disparado contra el cuartel lo llevaron a casa de «seisdedos» pero éste no se entregó, se encerró en la casa y se resistió a tiros. fue mandado para negociar un guardia de Asalto que fue sin embargo apresado por los que se atrincheraban en la casa. después se inició un tiroteo en el que resultaron heridos dos guardias de Asalto más. Ya que no se progresaba en el ataque, se suspendió hasta la mañana siguiente.
El director general de seguridad envió una Compañía de 90 hombres de Asalto desde Madrid, vía Jeréz de la frontera, mandada por el capitán Manuel rojas feigespan que llegó a las dos de la madrugada. El capitán, agotado porque venían de sofocar otro foco revolucionario ordenó quemar la casa con gasolina de la que se dejó salir a una mujer y a un niño pero el resto de los ocupantes fueron muertos según iban saliendo. El gobernador había enviado un telegrama advirtiendo que Casares Quiroga, Ministro de la gobernación, había dado la orden de arrasar la casa. «seisdedos» y su hija, conocida con el descriptivo apodo de «la libertaria», murieron en la casa. después se reunió a una docena de campesinos del pueblo que se pudo encontrar para mostrarles las consecuencias del levantamiento y como, según alguna versión, uno miró desafiantemente al capitán, éste empezó a dispararles, resultando muertos todos los campesinos. En definitiva, fuesen cuales fuesen las circunstancias, allí murieron 23 campesinos y tres agentes pero además cayó la «superioridad moral» de la república a la que se había aludido orgullosamente, más si cabe porque los artífices de aquel abuso habían sido los guardias de Asalto, cuerpo policial que como ya he comentado había sido creado durante la república y que presumía de estar formado sólo por republicanos depurados. la oposición política utilizó esta cuestión para derribar al gobierno, si bien, aunque se mandó una representación oficiosa de las Cortes a Casas Viejas y el gobierno tuvo que aceptar una investigación parlamentaria oficial no se demostró que los excesos del capitán rojas fuesen consecuencia de órdenes dadas por Azaña y ni siquiera de Casares Quiroga. dos meses más tarde, en marzo de 1933, Azaña recibió un voto de confianza y al menos en teoría, la cuestión quedó políticamente zanjada. sin embargo, uno de los guardias le acusó de que al preguntársele sobre cómo debían actuar ante aquel hecho, Azaña había gritado, «tiros a la barriga, a la barriga» lo que equivalía a muertes seguras, y varios Capitanes del Ejército destinados en el Cuerpo de seguridad firmaron un acta en la que reconocían que el gobierno había dado órdenes de que se matase a todos los que hiciesen fuego contra la fuerza pública.
La prensa, al saber de estas órdenes emprendió una campaña contra el gobierno pero el capitán rojas fue el único juzgado, por catorce asesinatos, siendo condenado sólo por tres de ellos (el 28 de mayo de 1934) a 21 años de prisión. Por el contrario, tal y como he comentado, sus jefes, Manuel Azaña, Casares Quiroga (Ministro de la gobernación) y Arturo Menéndez lópez (director general de seguridad) fueron absueltos y/o sobreseídas sus implicaciones penales aunque al final tuvieron que dimitir por sus responsabilidades políticas: Menéndez lópez lo hizo el 5 de marzo y Azaña el 8 de septiembre. En la caída de Azaña también influyó el desgaste producido por una chapucera reforma agraria que no contentaba a nadie.
Desde la instauración de la república, Puigdengolas escaló continuos éxitos en su carrera profesional ya que la consideración política que los miembros del gobierno provisional tenían de él era inmejorable. También favorecido por sus vinculaciones políticas, después de desempeñar el cargo de Jefe de seguridad de sevilla hasta el 19 de junio, el 18 fue publicado su ascenso a coronel de Infantería en la Escala de reserva, ascenso que según se acusó luego, debía haberse producido anteriormente. 20 Ya que el 13 de julio, por decreto del gobierno, se suprimió la Escala de reserva retribuida, Puigdengolas pasó a la escala activa y se le confirió el mando del Centro de Movilización y reserva nº 3 de la capital hispalense. El gobierno Provisional de la república creó además unos «servicios de Intervención» con funciones inspectoras –y por tanto de la máxima confianza del gobierno– en cada una de las divisiones orgánicas, dirigidos cada uno por un Comisario de guerra que tenía a sus órdenes otro de segunda y dos oficiales primeros, constituyendo la «Intervención divisionaria». Puigdengolas fue nombrado auxiliar de uno de los Comisarios de la primera división orgánica. durante esta nueva fase, desempeñó además las funciones habituales de su cargo, presidiendo algunos consejos de guerra.
Читать дальше