¿Cuán inteligente eres? ¿Lo suficientemente inteligente como para pensar por ti mismo? ¿Lo suficientemente inteligente como para confiar en ti mismo? Según Jeremías, nunca podemos contar con nuestra propia inteligencia. Es mucho mejor depender de la sabiduría de Dios, porque Aquel que creó el cielo y el mar de nuestro planeta es infinitamente sabio. Es capaz de anticipar cada movimiento posible hasta los siguientes billones de trillones de pasos. Así es, ¡con Dios no hay absolutamente ningún margen de error! Pues no es una computadora, ¡es Dios!
No es suficiente saber y creer que Dios es 100 % preciso. Dios quiere que tú creas que él es 100 % exacto y confiable en tu vida. Cuando acudes a Dios con lo que no puedes entender, ¡es cuando te vuelves verdaderamente inteligente!
11 de febrero
Primer colegio de mujeres
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, comoobrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bienla palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15, RVR 95).
En este día de la historia, se fundó el Mount Holyoke Female Seminary, el primer colegio superior de mujeres en los Estados Unidos. Ocurrió en South Hadley, Massachusetts, en 1836. Era solo para señoritas, y les exigían que hicieran lo que en aquella época se llamaba “tareas domésticas cooperativas”. A mí me suena a simples tareas domésticas. El colegio comenzó su primer semestre con ochenta estudiantes, y el costo total de la matrícula y la comida para el año era de 64 dólares. ¿Puedes imaginar eso? Solo 64 dólares. ¡Vaya!
Pero, por supuesto, eso fue hace mucho tiempo, y las cosas han cambiado desde entonces. Hoy hay más de 4.300 de colegios superiores en todo el territorio de los Estados Unidos, y las mujeres pueden estudiar en casi cualquier institución que quieran.
Cualquier estudiante que asista hoy a una escuela superior pagará, por semestre, un mínimo de entre 150 y 200 dólares por hora semanal de cursada (crédito) en un colegio comunitario local. Siendo 32 el promedio de créditos en dos semestres, la matrícula más barata que un estudiante pagaría hoy (un año completo de estudios) sería de 4.800 dólares como mínimo. Eso es un aumento del 7.500 % desde 1836, y no es nada comparado con el costo de la matrícula en una universidad estatal o en una privada, o una universidad de la Ivy League (las más prestigiosas). Yale cobra unos 64.000 dólares al año, la Universidad John Hopkins cuesta 66.000, y el Harvey Mudd College es el “papá” de todos: cuesta la increíble suma de 70.000 dólares al año. Por supuesto, tienes que pagar esa educación superior, así que debes tener un plan de carrera antes de desembolsar el dinero. Dicho esto, hay tantas becas y préstamos y paquetes especiales de matrícula disponibles hoy en día que, si realmente quieres esa clase de educación, está disponible.
Recuerda que, a largo plazo, los chicos que van a la universidad tienen más éxito en el trabajo y ganan más dinero. En una vida promedio, un graduado de la escuela secundaria ganará alrededor de 1,2 millones de dólares; alguien con un título terciario de dos años obtendrá cerca de 1,6 millones de dólares; y un licenciado de una carrera de cuatro años, alrededor de 2,1 millones.
Dios quiere que tengas éxito, y tu éxito es su éxito. No importa lo que hagas, puedes servirlo, pero necesitas hacerlo lo mejor posible. Adelante, abre esas puertas de la educación superior y camina hacia un futuro más brillante con la bendición de Dios. No te arrepentirás.
12 de febrero
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13, RVR 95).
El 12 de febrero de 1908, seis automóviles iniciaron una carrera que iba de Nueva York a París. ¿Suena imposible? Bueno, tal vez. La competencia comenzó en Times Square, ciudad de Nueva York, con más de 250.000 personas animando el inicio de una carrera para dar la vuelta al mundo. Se convirtió en la competición automovilística más larga de la historia. En este evento de categoría mundial, participaron seis equipos provenientes de Francia, de Italia, de Alemania y de Estados Unidos. El recorrido, que atravesaba el país hacia el oeste, incluía cruzar de Alaska a Siberia por el congelado Estrecho de Bering; pero al llegar a Valdés (Alaska), se dieron cuenta de que era imposible. Al final, viajaron en barco de Seattle (EE. UU.) a Japón y, de allí, a Vladivostok (Siberia, Rusia), donde nuevamente ocuparon su lugar detrás del volante. La carrera, de 35.500 kilómetros, atravesó tres continentes; y duró 170 días, con 88 días de conducción propiamente dicha. La media de la carrera diaria fue de solo 244 kilómetros, y el tramo más largo fue de 675 kilómetros. Y todo esto en un momento en que se consideraba que los caballos eran más fiables que los automóviles.
Al comenzar en invierno –con la idea (fallida) de cruzar el Estrecho sobre hielo–, la carrera se desarrolló en terribles condiciones climáticas. No había carreteras, y las pocas rutas que sí existían, frecuentemente, eran intransitables. Los conductores, a menudo, iban por las vías del tren, pero, como estaba prohibido usar las vías en sí, montaban el vehículo a horcajadas entre los rieles, saltando sobre los durmientes. Recorrieron grandes distancias a campo traviesa, mucho antes de los días de la tracción a cuatro ruedas; y tuvieron que empujar el auto o tirar de él para desatascarlo de la nieve y el barro. Y más de una vez, caminaron hasta el alejado poblado más cercano a buscar combustible o materiales para reparar el vehículo.
El equipo estadounidense del corredor Montague Roberts, y el conductor y mecánico George Schuster fueron los ganadores de la carrera, con un auto de la Thomas Motor Company de Buffalo, Nueva York. El Thomas Flyer costaba 4.000 dólares, pesaba 2.268 kilos con carga, y podía alcanzar una velocidad de 95 kilómetros por hora, algo sorprendente para un automóvil en aquella época. La hazaña nunca ha sido igualada. George y sus compañeros, ya fallecidos, siguen teniendo el récord mundial más de cien años después.
A veces sentimos que los retos de la vida son demasiado para nosotros (como estar varado sin gasolina en el medio de Siberia). Nuestros amigos nos piden que hagamos cosas que sabemos que no debemos hacer. Los deportes en los que queremos participar se practican los viernes por la noche. Las personas que amamos terminan en el hospital o mueren tras mucho sufrimiento. Pero debemos ser valientes. Todo lo que él nos pide, lo podemos hacer con su poder.
13 de febrero
Los primeros quintillizos vivos registrados
“¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo! Tu fino trabajoes maravilloso, lo sé muy bien” (Salmo 139:14, NTV).
¿Alguna vez has mirado a través del vidrio de una guardería de hospital y has observado a todos esos recién nacidos en sus cunas? Ahora imagina que todos esos bebés retorciéndose, moviendo las manos, llorando y con la cara roja, pertenecen a la misma madre. Los bebés son bonitos, pero eso sería demasiado , puede que digas. La señora Edna Beecham Kanouse, de Watertown, Wisconsin, Estados Unidos, tuvo quintillizos el 13 de febrero de 1875. ¿Quintillizos? Son cinco bebés; y todos eran varones. ¿Te imaginas cuidar a cinco bebés al mismo tiempo? Un solo niño puede ser, pero ¿cinco? Otras historias de quintillizos en ese país se remontan a los años 1776 y 1800 pero, por desgracia, todos esos bebés perdieron sus pequeñas vidas poco después de empezarlas. Los bebés de la Sra. Kanouse fueron los primeros quintillizos que vivieron al menos dos semanas.
Las probabilidades de tener partos múltiples disminuyen con cada bebé que se añade al conjunto. La probabilidad de que una pareja, en forma natural, tenga gemelos es de 1 entre 90. La probabilidad de que sean gemelos idénticos es de 1 entre 250. La probabilidad de que nazcan trillizos de forma natural es de 1 entre 8.100. Si hablamos de cuatrillizos, es de 1 entre 729.000; y la probabilidad de tener quintillizos nacidos de forma natural es de 1 entre 55 millones. Son cifras alucinantes. Y ¿si una madre tiene dos pares de gemelos? Se cree que la probabilidad de tener cuatrillizos naturales formados por dos conjuntos de gemelos es de 1 entre 36 millones. ¿Podemos siquiera comprender esta complejidad?
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