Miguel Iván Ibarra Aburto - Exabruptos. Mil veces al borde del abismo

Здесь есть возможность читать онлайн «Miguel Iván Ibarra Aburto - Exabruptos. Mil veces al borde del abismo» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Exabruptos. Mil veces al borde del abismo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Exabruptos. Mil veces al borde del abismo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Ramiro Torres, el protagonista de Exabruptos, marcha por su mundo de ficción obsesionado por un hedonismo que no le permite ver lo que ha ido conquistando en la vida. Aún cuando sus propios sentimientos le indican que su vida familiar tiene un valor poco usual, Ramiro está siempre dispuesto a arrojarlo todo por la borda cuando se trata de conseguir esa falda que acaba de aparecérsele en el camino.
Así, no es casual que amables fantasmas de otrora reaparezcan para complicarle la existencia. Sin embargo, en esta primera novela de Miguel Ibarra, las mujeres no lo son todo en la vida de su personaje. Ramiro Torres también está comprometido con un lado oscuro, con un peligroso mundo de espías e intereses geopolíticos, que lo lleva a viajar fuera de Chile y que lo catapulta al centro mismo de la aventura.
Y en ese sitio, por supuesto, también hay más de una mujer.

Exabruptos. Mil veces al borde del abismo — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Exabruptos. Mil veces al borde del abismo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Fue precisamente este uno de los puntos que empezaron a incomodar a Ramiro, quien entonces quiso empezar a entender a su mujer. Aun cuando esta nunca le había reprochado su actitud, era un hecho que por dentro sufría sus tardanzas, esas llegadas en la madrugada a solo dormir, sin siquiera intercambiar alguna idea; odiaba sus comidas y eventos, como también a cada mujer con quien debía compartirlo. Ahora era él el que no estaba tranquilo, la echaba de menos al no encontrarla esperándolo, sentía celos de todos aquellos que sí la tenían a su lado, aun cuando fuera por razones de trabajo. Algunas noches no podía conciliar el sueño, quería gritar que la amaba y que la necesitaba, no tan solo para cuidar el hogar y a su hijo, o para tenerle las cosas limpias y planchadas, pero su machismo lo hacía morderse de rabia y lo único que pensaba era emborracharse y acostarse con cuanta puta se le pusiera en el camino.

Esa tarde, como ya se había hecho común y rutinario en los últimos meses, llegó temprano para hacerse cargo de su hijo. Sara, quien le esperaba inquieta mirando el reloj a cada momento, le hizo un recuento rápido de lo sucedido en el día y esperó que la despachara.

–Señora Sarita, hoy tendrá que esperar un poco, deseo hablar con usted. Tome asiento por favor.

La mujer, nerviosa y en silencio, se sentó en el sillón.

–Mire, nosotros no podemos seguir con esta forma loca de entrar y salir de la casa. Normalmente, estoy llegando tarde al trabajo por tener que esperarla a usted en las mañanas, y por las tardes debo venirme soplado para que usted no pierda su tren hacia el interior...

–Pero... –interrumpió Sara–, ese fue el trato acordado cuando empecé a trabajar aquí.

–Totalmente de acuerdo, pero ese trato ya no se compadece con los cambios que han ocurrido en esta casa.

Avanzó cauteloso hacia la ventana y con un movimiento lento sacudió algunas hojas del filodrendo.

–Quiero saber efectivamente si usted puede o no continuar puertas adentro.

La mujer se incorporó, y dijo sin ningún asomo de duda:

–No, don Ramiro. Lo siento de verdad, pero yo también tengo casa y una familia que depende de mí.

Hubo un largo silencio. Ramiro volvió sobre sí mismo y se sentó; mientras Sara lo miraba tranquilamente. Sabía que de él dependía la decisión.

–Entonces, tendré que buscar a otra persona. Usted sabe que no es algo personal, ¿verdad?

–La mujer asintió con la cabeza.

–No se preocupe, señor, lo entiendo. Me doy cuenta de lo mucho que ustedes trabajan y que les es necesaria una persona a tiempo completo. Y por mí... pierda cuidado, creo que también necesito un descanso.

–Gracias por entenderme, Sarita. Ahora el problema es encontrar a alguien.

La mujer sonrió con picardía, mientras observaba la desesperación de su jefe. Este arqueó las cejas sin comprender.

–También le tengo a la persona precisa.

–¿Cómo? –inquirió, incrédulo.

–Sabía que esto de un momento a otro iba a suceder. Hablaré con una niña que tengo de allegada en mi casa y, si acepta, se la mandaré mañana mismo para que usted la vea.

–¿Y es de confianza?

–Es jovencita, pero de absoluta confianza –respondió con firmeza. Ramiro movió compulsivamente los hombros y se incorporó para despedirse.

Cuando hubo quedado solo, se dirigió a la cocina y abrió el mueble de la despensa. Sacó una botella de coñac Napoleón y se sirvió un corto. Necesitaba algo que le quemara las tripas. Caminó hasta el dormitorio de Cristián y comenzó una alegre conversación con el pequeño, hasta que este se quedó dormido.

El martes por la noche se presentó la recomendada de Sara. No tenía ningún tipo de referencias e incluso parecía hasta sin experiencia. Era una mocosa de diecisiete años, delgada, relativamente baja, de escaso nivel sociocultural, pero, según su locuacidad, con hartas ganas de ganar dinero. Se veía un poco cómica aparentando ser una mujer hecha y derecha, vistiendo minifalda, la que no le alcanzaba a cubrir casi nada y calzando unos zapatos rosados taco aguja muy altos. Tanto sus ojos como los labios, eran un verdadero arcoíris de colores. Luego de conversar con ella, para saber algo de su vida y así conocerla mejor, le dio algunas recomendaciones sobre Cristián, relacionadas con el régimen de comida, sueño y juegos. También se trató el día de asueto, sueldo y aspectos relativos a su vestimenta.

–¿Estás dispuesta a quedarte de inmediato?

La chica no se hizo de rogar y contestó esperanzada:

–¡Sí, señor!

–¡Qué bueno! Felicitaciones –le dijo, con un apretón de manos–. Te indicaré cuál será tu pieza y después de comer podrás acostarte a descansar. Mañana comenzarás tus labores.

–Gracias, señor, pero no tengo hambre. Me gustaría conocer el dormitorio para dejar mis cosas y luego acostarme a dormir. Me siento un poco agotada.

–Como tú quieras –contestó pausadamente. Enseguida, se agachó para ayudarle con el bolso y continuó, imperativo–: Ven, sígueme.

La muchacha, radiante de felicidad, salió detrás de él.

–Gracias, caballero, por darme este trabajo. Siempre se lo agradeceré.

Él no entendía a qué se debía tanta alegría, y en ese momento solo atinó a observarla.

–Espero que te sientas cómoda en este cuarto. Tienes tu cama, velador, el clóset bastante amplio y mañana te instalaremos un televisor. –Se retiró hasta la puerta y le recordó el horario de levantada–. Si estás dormida cuando llegue mi mujer, no te aflijas, las presentaré mañana, ¿ okey ?

Eran cerca de las once de la noche cuando la puerta del departamento se abrió y bajo el dintel apareció la figura de su mujer. Estaba extenuada, desencajada por el esfuerzo y el trabajo del día. En el hombro colgaba su gran cartera –maleta, según la opinión de algunos–, y contra el pecho traía atrapados, apenas, un par de archivadores y varios otros documentos que ya escapaban de su abrazo. Había bajado un par de kilos desde que entró a trabajar, pero ello no influía en su belleza, su cuerpo seguía siendo igual al de la muchacha que él había conocido, incluso su esmerada dedicación para verse cada día mejor destacaba en ella algunas cualidades físicas que no dejaban de asombrarlo.

–¡Pero, mi amor! ¿Por qué no me avisaste que venías subiendo? –la recriminó, apurando el tranco para ayudarle.

–Realmente no se me ocurrió, amor, pensé que ibas a estar acostado; ya es tarde.

Ramiro tomó como pudo los archivos y se besaron tiernamente, tal cual era su costumbre. No habían perdido ese contacto íntimo y cariñoso.

–¡No, mi amor! –prosiguió–. Te esperé en pie para poder ver tu cara cuando degustes una exquisita sopa de mariscos que preparé exclusivamente para ti.

–Seguro que la tomaré –dijo–, primero déjame descargar todas estas cosas y luego me acercaré a la cocina.

Lorena entró al dormitorio y dejó caer todo amontonado en un rincón, se sacó los zapatos, el pantalón y la blusa, quedando solamente con la ropa interior negra y los pies desnudos. Así se sentía cómoda y la ayudaba a relajarse. Era verdad, pues hasta su rostro había cambiado, estaba más rosada, con más ganas, y su actuar también denotaba alegría. Se sentaron en la pequeña pero adornada mesa ubicada en la cocina, donde Lorena se acomodó terapéuticamente sobre una de sus piernas, es decir la izquierda recogida sobre la silla por debajo de las nalgas, y compartieron el apetitoso caldo.

–¡Está deliciosa! –exclamó sorprendida–. Realmente me la tomaría toda, pero aprovecharé de llevar un poco para el almuerzo de mañana –dijo ella, sonriente.

–Me he sentido muy a gusto preparándotela –dijo él, allegándose al cuello de su mujer–. Hacía mucho que deseaba tener la oportunidad de demostrarte mi cariño con algo nuevo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Exabruptos. Mil veces al borde del abismo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Exabruptos. Mil veces al borde del abismo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Exabruptos. Mil veces al borde del abismo»

Обсуждение, отзывы о книге «Exabruptos. Mil veces al borde del abismo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x