Isabel Montes - El vuelo del Halcón

Здесь есть возможность читать онлайн «Isabel Montes - El vuelo del Halcón» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El vuelo del Halcón: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El vuelo del Halcón»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Obra del año 2019. Imprescindible lectura
Después de veinte años de conflicto, la Alianza de los Estados del Bienestar creó y propagó la Gran Depresión, exterminando a los frentes terroristas extendidos por todo el planeta. La enfermedad acabó con dos tercios de la población humana y aniquiló por completo a los animales y al reino vegetal. Los hombres y mujeres que sobrevivieron portarían en su código genético la terrible afección. La GD borró de su mente los recuerdos que llevarían de nuevo a la especie a su autodestrucción, pero también aquellos que pudieran rememorar tiempos en los que sí se podía soñar.
Cincuenta años más tarde de aquel exterminio, un rayo de esperanza regresará a Rodinia cuando Félix, afectado gravemente por la GD y postrado en una silla de ruedas sueñe que es un animal que puede volar…

El vuelo del Halcón — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El vuelo del Halcón», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Belle agarró las manos de Félix y dio un paso más hacia él.

—Prométeme que tú no me dejarás. —Alzó los ojos para encontrarse con los del chico.

Se conocían desde hacía unos días, pero ella se lo había contado todo. Años atrás había prometido a su padre que jamás se lo contaría a nadie, pero también sabía que aquel chico nunca la iba a delatar.

—¿Dejarte? Imposible. Aunque quisiera no podría. —Félix la abrazó queriendo resguardar a la chica del mundo que les había tocado—. Prométeme no dejarme tú a mí, pequeñaja. —Agarró la cintura de la chica con manos temblorosas.

—Claro, ¿cómo ibas a defenderte tú solo? No tienes nada que hacer sin mí ―bromeó Belle agarrando sus bíceps marcados y mirando, esta vez sí, el escalofriante escenario que les rodeaba.

Félix sonrió halagado. Estaba acostumbrado a que hablaran de su belleza, inusual en los barrios marginales donde vivían. Pero con Belle era distinto, ella era incluso más guapa que él. Además, tenía algo especial, algo que le hacía brillar sobre el resto de chicas que había conocido antes.

—¿Entonces estaremos juntos siempre? —siguió flirteando Belle, y pareció olvidar de nuevo su futuro desesperanzador.

—Claro. —Félix acarició la sonrisa de su ya novia.

—¿Y por qué? ¿Por qué no vas a fijarte en otras entonces? ¿Te gusto mucho? ―Se acercó un poco más sin que él retrocediera y dejando que él le colocara un mechón de pelo detrás de la oreja.

—Porque eres tú. Eres la chispa de mi vida. Mi Chispita.

Félix se inclinó para agarrar la cara de Belle con más fuerza y esta vez fue él quien la besó.

CAPÍTULO 1: UN VIAJE INESPERADO

Rodinia, año 257, mes 1, día 4

No te asustes, Chispita, que sigo vivo. Aunque no pueda abrir los ojos, ni hablar, ni moverme, yo sí puedo oírte a ti. Deja de llorar, por favor, que me partes el alma. No es la primera vez que pasa esto. Ahora sí lo recuerdo. Cuando me encuentras tirado en la acera en mitad de la noche, y mi cuerpo viejo e inútil arde, y tengo el pulso acelerado, solo estoy descansando. Cuando me despierto lo olvido, pero cuando estoy aquí, encerrado en mi cuerpo, puedo rememorarlo todo, hasta el mismo instante en que he llegado hasta este lugar. Volando.

Ojalá pudieras escuchar lo que voy a contarte, porque cuando lleguemos al hospital no sé cuántas cosas más me van a pinchar y olvidaré todo. Andaremos cerca del vertedero, ¿no? Me parece oír los camiones de basura esquivando los baches. Es lo que siempre hablamos, que no sabemos cómo pueden acostumbrarse al olor helado y metálico de esta parte de los suburbios, aunque lleven aquí toda la vida. Ya sabes que no nací para pobre. Los camiones son incluso más ruidosos que esta ambulancia. Imagina cómo deben de vivir en la zona de chabolas, con los furgones de basura por aquí y por allá, pasando de largo sin hacer ni una parada para recoger basura, solo dejando su apestoso ruido y nuestra mugre. Sí, también sabes que siempre me enrollo y me desvío del tema principal. Lo que quería decir es que si se empiezan a oír los camiones, es que nos quedará para llegar otra media hora, así que escúchame bien, si es que en algún momento puedes oírme. Ya sé lo que me ha estado pasando estos días y por qué soy capaz de levantarme por mí mismo de la cama. Cuando volvamos a casa verás que la silla de ruedas sigue en su sitio. Palabrita que ni la he tocado. Ya te lo dije, que a mi pesar sigo sin poder salir por mi propio pie. Me he marchado por la ventana, porque he sido un pájaro. Sí, Chispita, sí. Un pájaro bien grande. Y no digo tonterías. Los animales sí existieron. Y existen. Tenía razón tu padre, y los del bar. Durante esta noche, yo me he transformado en uno de esos animales.

Para de llorar, cariño, que al final te van a ingresar a ti, en vez de a mí. Sabes que cuando lloras te pones muy fea y se te quedan los ojos chiquititos. Siempre te lo he dicho. Además, te saldrán más arrugas, y no paras de quejarte de todas las que tienes. ¿Quieres que te vea fea cuando despierte? Venga, no llores, que no hay motivos. ¡Que he volado alto, mujer, y he llegado mucho más arriba del asfalto, del metal y del plástico! También hay bosques, Chispita. Jamás he visto algo tan bonito. Bueno, menos tú, claro, pero sabes que tus ojos están por encima de todo, incluso cuando lloras. Me pondré bien, ya verás, ¿cuándo te he fallado yo en más de cincuenta años?

Nunca me creyeron los otros niños cuando me encontraron escondido debajo de la mesa del bar. Los rebeldes hablaban de un suelo verde invadido por los animales. Hablaban de esas cosas increíbles, y yo he podido verlo hoy. He tocado con mis alas las coronas verdes de esos postes marrones que tu padre llamaba árboles. ¡Cuánto me gustaría acariciarte con mis alas! Son tan suaves que no pararía de hacerte cosquillas con ellas para que rieras toda la vida. Ríe, mujer, no me llores. Y ¡no le metas tanta prisa al conductor!, que cuanto más tardemos, más tiempo tendré para contarte todo. He volado a ras de los árboles rozándome con las hojas y las plumas se me han erizado.

No nos hemos dado cuenta, Chispita, pero con los años nos hemos olvidado de todas nuestras ilusiones. Ahora sé que los rebeldes tenían razón. Aunque se los llevaran esposados, aunque no se los volviera a ver, no han podido acabar con lo que hay más allá del mundo que nos ha tocado vivir. No llores y sonríe, Chispita, que tu padre no mentía, que los cuentos que te contaba no eran cuentos, eran…, son la verdad.

MEMORIAS II

Rodinia, año 201

Belle y Félix corrían esquivando escombros y resbalando por el barro para volver al refugio antes de que les echaran en falta sus familias. A pesar de que la noche estaba cayendo, no podían evitar pararse para besarse a escondidas cada vez que encontraban abrigo entre las ruinas de edificios. Besarse en público no estaba prohibido oficialmente, pero algún miembro de la Potencia podría interpretarlo como un acto de rebeldía ante la carga depresiva que mantenía sumisa a la población. Y aunque no los vieran, ya sabían que la Potencia estaba en todas partes.

Entraron en la sala del antiguo aeropuerto donde sus familias llevaban unos días refugiados de la última oleada de violencia. Belle no pudo remediar reírse al ver a toda aquella gente cabizbaja en los asientos oxidados.

—¿Nadie les ha dicho que su vuelo lleva retraso? —dijo por lo bajini la chica dando un codazo a su novio.

Félix no pudo reprimir una carcajada, pero enseguida cesó cuando vio que la sala del aeropuerto no era lo único sombrío. Una vecina de Belle se acercaba a ellos con pasos apresurados y con una boca apretada que presagiaba una tragedia más.

Siguieron a la chica que les había pedido —o casi ordenado— que la acompañaran hasta la siguiente sala de espera. Félix alumbró con una linterna desde atrás porque el aeropuerto empezaba a estar en penumbras. Allí, en una cinta transportadora contigua a un mostrador de facturación lleno de mugre, descansaba la madre de Belle.

—Lleva así un par de horas. No puede mover una pierna y está ausente. Solo ha hablado para preguntar por ti. —La vecina de Belle se había refugiado varias veces con ella y con su madre en otras oleadas de violencia. Era una persona bastante reservada. Poco sabían de su vida, solo que había perdido a sus padres un tiempo atrás y que era cinco años mayor que ella, pero la suciedad que la cubría y la severidad de su cara cuarteada le hacían parecer mucho mayor—. Te hemos buscado por todas partes, pero estarías por ahí revolcándote con este o con cualquier otro. Si no te importa tu propia madre, al menos no nos causes problemas a los demás.

Félix devolvió a la chica un gesto amenazante. En cualquier otra ocasión habría puesto en su lugar a aquella amargada, pero su mirada no fue a más porque no era momento de crear un problema añadido. Ella captó la amenaza de Félix y se marchó. Belle ni siquiera la había escuchado. Se apresuró a arrodillarse junto a su madre y le besó la frente que estaba ardiendo. Apoyó su cara junto a la de ella y pudo notar como se le clavaba el pómulo en la piel, casi translúcida. Aquello no era sino un paso más en el desenlace de su Gran Depresión.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El vuelo del Halcón»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El vuelo del Halcón» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Michael Connelly - El Vuelo del Ángel
Michael Connelly
Isabel Allende - Ines Del Alma Mía
Isabel Allende
Eduardo Rosalío Hernández Montes - El fin del dragón
Eduardo Rosalío Hernández Montes
libcat.ru: книга без обложки
José Fernando Gomez Montes
Isabel Montes - Gold Beach
Isabel Montes
Leonardo Boff - El vuelo del águila
Leonardo Boff
Isabelle B. Tremblay - Mensajes Del Cielo
Isabelle B. Tremblay
Jorge Del Rosal - El vuelo de Bacardí
Jorge Del Rosal
Отзывы о книге «El vuelo del Halcón»

Обсуждение, отзывы о книге «El vuelo del Halcón» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x