Estrella Correa - Quédate conmigo, por favor

Здесь есть возможность читать онлайн «Estrella Correa - Quédate conmigo, por favor» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Quédate conmigo, por favor: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Quédate conmigo, por favor»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Alejandro y Álvaro han desaparecido de la vida de Dani y no sabe cómo llenar el vacío que han dejado en su interior, pero no espera todas las sorpresas que le depara el destino, algunas de ellas le sobrepasarán, otras llegarán a formar parte de su pequeño universo.

Quédate conmigo, por favor — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Quédate conmigo, por favor», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Siento no haberte devuelto las llamadas —susurro junto a su oído. Nos separamos lo justo para mirarnos a los ojos —. Te quiero, lo sabes ¿no?

Asiente y sonríe. Cuando Roberto sonríe, yo también sonrío. Es instintivo. Me tranquiliza y me transmite confianza. Me ha llamado y enviado mensajes cada día de la semana preguntando cómo estoy, pero la desgana me ha impedido atender al móvil. No lo he apagado por motivos de trabajo. Los artistas tienen mi número de teléfono, y con el traslado parece que ni siquiera duermen por la intranquilidad. Esto me recuerda que también he hecho caso omiso del montón de llamadas y mensajes del inspector Hidalgo. Insiste en que nos veamos, pero no tengo ni la menor idea de para qué. La información que posea de lo que pasó, lo normal es que lo hable con Álvaro. Vamos, digo yo.

—He reservado en Ingenio de Cervantes.

—¡Me encanta! —aplaude Sara.

—Creí que íbamos al Rox —contesto apática.

—Tendremos que comer. Que tú no lo hagas, no significa que los demás nos alimentemos del aire.

—Pufff —vuelvo a resoplar, la ignoro y me dedico a mirar por la ventana.

Notoria mi animadversión a cualquier plan que no implique sofá, cama y tele. Y mi compañera de piso se está hartando de mi actitud, «hasta el mismo moño» , palabras textuales. Bueno, no, ella fue mucho más bruta. Yo también lo estoy, pero no reacciono. Me conduzco cual Bella Durmiente que espera a su príncipe azul para que la despierte del letargo con un beso. Lo sé, muy melodramático. Mi príncipe, ni es azul ni me busca ni lleva corcel banco; más bien todo lo contrario. Él conduce varios BMW y tiene la espalda y el brazo tatuados. Suspiro varias veces, cierro los ojos y pego la frente al frío cristal.

Pensar en Alejandro duele mucho, el recuerdo de lo que le hice y lo que debe sentir en este momento, me parte el pecho en dos. Yo mejor que nadie conozco lo que te hace una traición, cómo te transforma y cómo te destroza a ti y a tu entorno. Las cosas cambian de color y te das cuenta de que nada es lo que parece. Pierdes la fe. Varía tu percepción, la manera de sentir, de actuar, de reconocer a los demás. Descubrir que la persona a la que amas te miente es algo que no debería sentir nadie. Te desgarra, como si te abrieran el pecho con una navaja, metieran la mano, sacaran el corazón y lo partieran a trozos mientras tú sigues respirando y observando cómo te desangras.

Una lágrima rueda por mi mejilla, pero la limpio con el dorso de la mano antes de que mis amigos lo adviertan.

Los he perdido a los dos. Álvaro tampoco se ha vuelto a poner en contacto conmigo después del mensaje en el que me pedía que le prometiera que estaba bien. Y no lo culpo, yo no he hecho las cosas de manera correcta con él. Y ahora…, ahora no sé qué va a pasar. Una gran incertidumbre me recorre de pies a cabeza. Lo he utilizado de forma rastrera y me odio por ello.

—Dani. —Sara me saca de mi turbio ensimismamiento—. ¿Tinto o blanco?

¿Qué? No reacciono a la pregunta.

—¿Tinto o blanco? —repite.

Miro a mi alrededor y descubro que estamos dentro del bar junto a la barra, supongo que esperando mesa. Me ha pasado lo de todos los días, hago las cosas por inercia, no porque sepa lo que hago.

—Tomaré agua.

—¡Venga ya! —Me ignora y pide tres copas de vino tinto.

Miro alrededor, y me quedo impresionada con la original decoración que envuelve el local, motivos cervantinos y una biblioteca de Quijotes en más de cuarenta idiomas. Camino hasta llegar a ella y, despacio, observo todos los libros. Crecí leyéndolo, me encantaba imaginarme a Sancho sobre su viejo burro acompañando a un Don Quijote de La Mancha en todas sus locas aventuras. Su fiel amigo. Miro a Sara y sonrío. Habla con Roberto, feliz mientras bebe de la copa de vino que el camarero le acaba de servir. Ella es mi Sancho, mi amiga fiel, mi compañera, la que me calma, la que controla mi locura. La que calibra mi vida. Giro sobre mis pasos y vuelvo a donde se encuentran. Roberto coge mi copa que espera solitaria sobre la barra y me la ofrece. Le doy un sorbo y le sonrío en un gesto agradecido.

Cenamos revuelto de setas con morcilla de Burgos, mousse de cabrales y entrecot. Todo exquisito y, mientras degustamos el postre, mousse de chocolate blanco y crema catalana quemada con azúcar moreno, le pedimos al camarero que le dé la enhorabuena al chef. Media hora después vamos camino del Rock-Rox, un pub situado muy cerca de la casa de Roberto. En Malasaña. Recuerdo muy bien la última vez que estuve allí, hace pocas semanas, Alejandro me quiso llevar a casa en la limusina y yo le pedí a Carlos que me trajera para cabrearlo. Jugando con fuego…, hasta que me quemé con mi propia llama.

Hay poca gente y lo agradezco. No me apetece en absoluto meterme en una lata de sardinas en la que respirar se convierta en una misión imposible, sobre todo si mi yo apático sigue prevaleciendo sobre los demás, aunque no haga ni diga nada. Duerme junto a todos mis «yoes», y mi subconsciente. Me siento tan sola, que a estos tampoco los escucho.

Nos sentamos en una esquina de la barra y Lola se acerca a saludarnos. Roberto le da un abrazo y un beso en la mejilla y después Sara hace exactamente lo mismo.

—¿Recuerdas a Dani? Os presenté hace un par de semanas.

—Por supuesto. Hola, guapa. —Me da un abrazo demasiado efusivo para, a mi parecer, la relación que nos une.

La recuerdo. Imposible olvidarla. Me encantan sus brazos tatuados y su estilo pin up. Preciosa.

—Hola. —No se me olvida tampoco que se ha acostado con los dos. A la vez.

—¿Qué queréis tomar?

—Tres gin-tonics, por favor.

—Yo, una Coca Cola. —Modifico el pedido de Sara. Afortunadamente no empieza una trifulca conmigo sobre por qué no me tomo una copa de ginebra y me libro de escuchar cosas como «si eres más aburrida, no naces» o «o te espabilas o lo hago yo a base de hostias» . No me apetece en absoluto beber ni que me echen la bulla.

—Ahora vuelvo. Voy al baño. —Mi amiga se disculpa educadamente, cosa rara en ella, y desaparece.

De fondo suena Torn de Natalie Imbruglia.

—¿Estás bien? —Roberto me mira y yo me encojo de hombros —. Siento mucho lo que pasó.

—No fue culpa tuya. —Fue mía. Por imbécil. He perdido a los dos únicos hombres que he amado y nadie tiene la culpa, solo yo. Boicoteé mi relación con Alejandro por miedo a que él lo hiciera antes. Cada día lo veo más claro. Y me acosté con Álvaro porque quise, porque lo quiero y porque nunca lo he olvidado. Dudo que algún día llegue a hacerlo.

—Tuya tampoco.

—Claro que sí. Sabía que pasaría tarde o temprano y no hice nada para evitarlo.

—No podemos manejar todo lo que sucede a nuestro alrededor. —Esto lo he escuchado ya antes.

—Me acosté con Álvaro. Tomé una decisión. —Le recuerdo.

—No estabas con él.

—Es su hermano. Dudo que eso importe. —Me toco la frente y suspiro—. Mejor cambiamos de tema.

—Obviarlo no hará que desaparezca.

—Ah, ¿no? —Sonrío tratando de distender el ambiente.

—Estoy orgulloso de ti.

Abro los ojos asombrada.

—Siempre sigues adelante, pase lo que pase.

—No creo que dormir todo el día cuente como seguir adelante. —De todas formas, no me queda otra. Si yo le contara…

—Por supuesto que sí. Cada uno supera la pena como puede. —Me encojo de hombros, y miro en dirección a la barra. Lola se acerca hasta nosotros.

—Aquí tenéis, chicos. He tenido que ir un momento al almacén. —Y, al decir esto último, mira a Roberto con una sonrisa lasciva que no oculta en absoluto. Deja las bebidas delante de nosotros y se aleja a atender a otros clientes que la esperan.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Quédate conmigo, por favor»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Quédate conmigo, por favor» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Quédate conmigo, por favor»

Обсуждение, отзывы о книге «Quédate conmigo, por favor» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x